Ibrahim Pérez, quien fue director médico en hospitales privados y también dirigió el sistema de salud pública de San Juan, advirtió hoy que el despido de profesionales de la salud podría afectar los servicios que ofrecen las instituciones hospitalarias en los momentos cruciales en que se proyecta que pueda ocurrir el pico de casos de COVID-19 en el País.

“Es verdaderamente lamentable que la Asociación de Hospitales no anticipara que el toque de queda iba a vaciar los hospitales y las oficinas médicas de la misma manera que vació el comercio y que con un censo bajo no iban a poder seguir financiando al 100 por ciento de su plantilla laboral y se verían obligados a suspender o despedir empleados”, dijo el internista y gastroenterólogo retirado.

“Si el pico de la pandemia para Puerto Rico se dice será para el 8 de mayo, dentro de cinco semanas, entonces en ese momento la red hospitalaria estará en su momento de menor preparación, menor plantilla y hasta cierre de facilidades, para atender la mayor demanda de servicios que se espera en ese momento”, expresó el galeno.

Dijo que los hospitales debieron haber ponderado por más tiempo los despidos y reducción de personal ya que el Congreso de Estados Unidos aprobó recientemente un paquete de ayudas económicas para subsanar el problema a nivel de distintas industrias y eso, incluye a los hospitales.

“Aquí como que no lo sabían o no esperaron a que eso no ocurriera porque va a haber ayudas económicas para que la gente no despida empleados en una época de crisis como esta”, sostuvo Pérez.

El médico retirado indicó que prácticamente “todos los hospitales” tienen la misma problemática porque dijo que la ocupación hospitalaria se ha reducido a cerca de un 40 por ciento. Sostuvo que en la medida en que la ciudadanía ha asimilado el toque de queda como la medida principal para evitar el contagio con el coronavirus “la gente no está saliendo nada más que para las cosas de absoluta necesidad y emergencia”.

“Eso era natural que iba a ocurrir y los hospitales tenían que prepararse para esa disminución en servicios”, dijo para agregar que favorece ciento por ciento el toque de queda y que considera que el distanciamiento social “está ayudando a reducir el número de casos”.

“Tengo información de diferentes hospitales donde me indican que no ha habido un incremento significativo en pacientes yendo a salas de emergencia por problemas respiratorios. Si eso (el virus) estuviera creciendo en contagio y enfermedad uno hubiera esperado que las salas de emergencia estuvieran más inundadas de pacientes buscando ayuda y eso según me cuenta no está ocurriendo”, sostuvo. Pérez dijo que si esa tendencia se mantiene, es indicativo de que aparentemente el efecto que nosotros vamos a tener en esta pandemia no va a llegar a niveles como lo que está ocurriendo en Nueva York.

El exsecretario de Salud, Enrique Vázquez Quintana opinó sin embargo, que si la curva de contagios subiera drásticamente para fines de abril o principios de mayo y se mantiene la baja ocupación hospitalaria “tendríamos camas suficientes” para atender a los enfermos con el COVID-19.

“Si hay 9,600 camas en el País y tenemos más de tres mil vacías, eso es bueno para los hospitales llenarse de los pacientes del virus COVID-19 y aún el Hospital San Jorge, que separó a sus empleados, si la crisis surge a fines de abrir o principios de mayo, tiene que volver a llamarlos y admitir pacientes. Si no abre, el gobierno tiene que tener la disposición por ley de declarar que esto es una emergencia nacional y apoderarse del hospital”, afirmó el cirujano retirado.

Vázquez Quintana también dijo que no cree que las “tentadoras” ofertas de empleo para trabajadores de la salud en Estados Unidos incidan en una nueva fuga de profesionales.

“No creo que las enfermeras y el personal médico se van a estar yendo en estos momentos de crisis en Puerto Rico. Son más inclinados a seguir dando servicios a la gente de su País y a estar en el frente de batalla todo el tiempo. Lo que ellos están exigiendo es tener las protecciones adecuadas. Yo apuesto a la sensatez y al patriotismo del personal médico y paramédico”, agregó el galeno.

Por su parte, la demógrafa, Judith Rodríguez expresó que el País está viendo las consecuencias de no haber tenido un buen sistema de vigilancia epidemiológica del Covid 19 en el Departamento de Salud, cuando había una alta probabilidad de que este virus llegara a la Isla.

La excatedrática de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Puerto Rico destacó que las características de este coronavirus en cuanto a su gran poder de contagio humano en un corto periodo de tiempo, requería como medida primaria de intervención salubrista, el mayor monitoreo de los casos como estrategia para detener el ritmo de velocidad de contagios en la comunidad.

“Estar en este momento montando un sistema que responda a nuestra realidad económica y de salud es un gran reto por parte de un excelente grupo de profesionales de la salud puertorriqueños que siempre han estado ahí, pero no fueron nunca considerados ni llamados a colaborar”, afirmó la demógrafa.