No mejoran las estadísticas de contagios de COVID-19
Tanto los casos positivos como las muertes continuaron en aumento durante la pasada semana.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Las cifras oficiales sobre la pandemia del COVID-19 revelan que, en la última semana, con cada día que pasó, la situación fue empeorando por todos los renglones principales en que se mide.
En la última semana murieron 29 personas por el peligroso coronavirus. Mientras, en los pasados siete días, los casos confirmados acumulados se dispararon de 5,416 a 6,835; y el total de casos probables ascendió de 10,015 a 11,329.
De igual forma, ha aumentado la cantidad de personas hospitalizadas, en salas de intensivo y usando respiradores, si bien por ahora la capacidad de los hospitales no ha llegado a un punto de ocupación que se considere los comprometa.
Para el doctor José Rodríguez Gómez, esta situación “era de esperarse”, porque no se ha estado actuando con la disciplina necesaria para poder enfrentar la pandemia.
“Esto era de esperarse. Vamos a empezar por ahí. Somos irresponsables y nos buscamos las cosas”, afirmó el epidemiólogo y gerontólogo. “Y se lo podemos atribuir a tres factores fundamentales: la falta de disciplina de muchos, la gente que ha estado llegando en muchos vuelos fuera de control, y la incapacidad para hacer las pruebas necesarias en el momento preciso”.
“Es una pena decirlo, pero esa falta de responsabilidad propia, individual, hacia uno y hacia otros… la falta de distanciamiento social, todo lo que vimos cuando abrieron playas y negocios, a 15 días después estamos viendo los casos a consecuencia de eso”, evaluó el experto.
“Pero es que somos indisciplinados. Por ahí vi una señora diciendo, ‘ah, pero es que de algo hay que morirse’. Pues mire, bien, si usted cree así, lo respetamos. Pero oiga, no arrastre a los demás. Igual con los jóvenes. Vimos a esos muchachitos en la playa, y luego van a ver al abuelo, y entonces los viejitos son los que se murieron”, condenó. “Tenemos que ser diligentes, entender que esto va a seguir, cuidarnos y cuidar a los demás”.
Recordó que, según los epidemiólogos “que más saben de esto”, por cada caso que se reporta se estima que pueda haber de 5 a 10 casos más que no se han detectado. “Y las implicaciones de eso son bien serias, porque ningún sistema de salud, por más sofisticado y adelantado que sea, puede manejar tantos casos”.
“Aquí estamos haciendo lo que podemos, con los respiradores que, gracias a Dios, no se ha sobrepasado su límite de uso. Nuestro sistema ha podido funcionar, hasta ahora. Pero no queremos llegar a sobrepasar ese límite”, insistió, recordando los tristes episodios que se han vivido en Europa y otros lugares donde los hospitales llegaron al punto que tenían que elegir qué persona conectar al respirador para salvarla y cuál se dejaría morir.
“Sabemos que este virus ataca a cualquiera, pero sobre todo a las personas con más riesgo, los adultos mayores, las personas en sobrepeso, con cáncer, con diabetes, condiciones cardiorrespiratorias, con el sistema inmune comprometido. Se sabe que a las personas en riesgo hay que cuidarlas mucho más”, afirmó.
Reiteró además que se conoce que los portadores asintomáticos son un peligro potencial, porque no experimentan síntomas y no se enteran que portan la enfermedad, y para cuando se hacen una prueba, si se la hacen, ya pueden haber contagiado a decenas de personas.
Alertó que esta tendencia al alza de casos puede además poner en riesgo la cantidad de personal de salud que esté disponible para atender a los enfermos.
“Ya hay comentarios por ahí, de profesionales de la salud contagiados que no les dan el resultado de la prueba a tiempo, y siguen trabajando. Si les haces la prueba tardía o no lo reportas, pues están trabajando con un gran riesgo”, comentó.
El experto lamentó además la toma de decisiones oficiales precipitadas.
“Lamentablemente, debimos ser más cautelosos al momento que se tomaron las decisiones de abrir ciertas áreas”, sostuvo.
Por otro lado, dijo, hay ya disponible tecnología que puede ayudar a controlar la pandemia, como la instalación de tecnología de rayos ultravioletas que se coloca en los aires acondicionados y deja el aire libre de virus y bacterias. Esa misma tecnología de rayos ultravioletas está también disponible en equipos portátiles que se pasan por unos 30 segundos sobre las superficies y las dejan libre de virus y bacterias.
“Pero lo más importante es la disposición que tú tengas para hacer las cosas y evitar que te contagies… la actitud, el conocimiento y la conducta, es decir, hacer las cosas, eso es lo determinante”, insistió el doctor.
Al igual que hacen la inmensa mayoría de científicos, doctores y otros especialistas, Rodríguez insistió en la importancia de observar las recomendaciones de uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado frecuente de las manos.
“Esa es la línea base inicial: el uso correcto de la mascarilla, el distanciamiento físico y la higiene”, reiteró.
“Y esto va a seguir. Lamentablemente es así. Y de la misma manera que digo que no podemos estar encerrados por cinco años, les digo que tendremos que adaptarnos a esto. Lo importante es seguir esas guías y mantenerse saludable, con un buen sistema inmunológico, con buena alimentación, haciendo ejercicios. Con todo eso, si te da, posiblemente no te compliques. Al 80% de los que se contagian no le da más que un catarrito. Pero el 20% se complica, y de ese 20%, el 5% muere. Así que lo principal es no caer en ese 20% y mucho menos en el 5%”, insistió.
El experto subrayó que considera poco probable que ocurra un descenso en las cifras de COVID-19 porque “son muchos los factores que influyen en controlar el contagio que no estamos haciendo adecuadamente, incluyendo cuándo se hacen las pruebas”.
“Esto no va a ceder. Va a continuar. Y la única forma de control que tenemos son esas medidas de control, la mascarilla, el ‘face shield’ (protector facial), el distanciamiento físico, el lavado de manos, y hasta gárgaras con agua de sal. Eso es cuestión de higiene básica, lavarse bien las manos, y puedes hacer gárgaras de agua con sal… tres cucharadas de sal en una tasa de agua, con eso limpias la garganta que es un punto de entrada del virus, lo puedes hacer antes de salir a la calle y al regresar”, insistió.
A pesar de todo, el doctor dijo que puede “dar un poquito de luz al final del túnel, y no es la del tren que te viene a atropellar”.
“Como epidemiólogo, estoy bien pendiente al desarrollo de posibles vacunas. Y puedo decir que por ahí hay varios proyectos corriendo ‘fast track’ que están bien adelantados y con buenas noticiar”, afirmó. “Hay como 50 tipos de ensayos clínicos en proceso, y hay como cuatro o cinco bien adelantados. Y en esos tenemos las esperanzas cifradas”.
Estimo que una posible vacuna estaría disponible antes de los estimados iniciales que apuntaban al 2021.
“Yo creo que (la vacuna) va a estar antes que termine el año. Claro, se necesita analizarlas con mucho cuidado. Son vacunas con ARN (ácido desoxirribonucleico) y hay que ver bien cómo funcionan. Y hay que ver cuánto dura su efectividad, por cuánto tiempo se van a desarrollar esos anticuerpos. Pero creo que van a ser antes de lo que muchos científicos habían establecido”, auguró.