El ex comisionado electoral del Partido Popular Democrático (PPD) y veterano de la arena política, Eudaldo Báez Galib auguró que el nuevo Código Elelctoral que la gobernadora Wanda Vázquez Garced convirtió en ley este fin de semana sin el consenso de los partidos políticos, será objeto de mucha litigación en los tribunales.

“Una de las cosas que sorprende es que en última instancia quien nombra al presidente de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) es el Tribunal Supremo y tiene un gigantesco conflicto de interés, pues si el presidente que ellos nombran toma decisiones que son llevadas al tribunal, ellos se convertirían en jueces con parte interesada”, advirtió el abogado y ex senador, retirado hace varios años del servicio público.

Recordó que la nueva ley dispone que el comisionado electoral del partido que gane las elecciones generales sugiere al presidente de la CEE y de no lograr el consenso de los demás partidos políticos, será el gobernador el que lo nombre con el consentimiento de la legislatura. Pero, si tampoco se logra el consenso, entraría en juego el Tribunal Supremo.

Báez Galib consideró que la ampliación del voto adelantado también puede causar litigios, confrontaciones e impugnación de los resultados electorales por entender que los mecanismos para validar ese derecho a votar son “débiles, imprecisos y muy fáciles de burlar”.

“Me preocupa que esta ley pueda ser el causante de confrontamientos sociales innecesarios cuando empiecen a verse los resultados de una elección sobre la cual no se tiene confianza. Hemos tenido experiencias previas donde ha habido coraje en el pueblo que puede desencadenar en violencia. Para efectos de la sanidad electoral, este código es un retroceso, aunque hay áreas que sí se pueden apoyar”, expresó Báez Galib, en entrevista con Primera Hora.

Reconoció como áreas favorables la transformación de las Juntas de Inscripción Permanente (JIP) y su paulatina eliminación al igual que la tarjeta electoral. “Hace años que he planteado que la tarjeta electoral es innecesaria porque con la tecnología disponible se puede establecer que en la misma lista electoral aparezca el retrato del votante”, sostuvo.

No obstante, el ex senador subrayó que el efecto trascendental del nuevo código “es la violación al concepto del consenso que se logró construir en 1983, luego de la elección tumultuosa del ’80”, entre Carlos Romero Barceló y Rafael Hernández Colón. Recordó que en esa elección la diferencia fue de menos de 1% de los votos por lo que hubo un recuento que se conoció como el famoso recuento de Valencia por el nombre del edificio donde se llevó a cabo el reconteo de sufragios. Tras el recuento, Romero Barceló fue certificado como gobernador.

“Ahí hasta arrestaron al entonces comisionado electoral del PPD, Héctor Luis Acevedo por proteger unas papeletas que estaban guardadas”, sostuvo Báez Galib.

Dijo que el consenso que se logró entonces “vino a reparar muchos desmanes de décadas”, pues cada partido cuando adquiría el poder hacía sus ajustes legislativos. “En 1983 se llega a ese consenso, que era un acuerdo de caballeros, que logran Carlos Romero Barceló, Rafael Hernández Colón y Rubén Berríos Martínez y se llegó a la conclusión de que para tener elecciones sanas se necesitaba el consenso. No se podía legislar electoralmente si los partidos políticos no estaban de acuerdo”, indicó el ex legislador.

“En las elecciones de 1980 estuvo a punto de explotar una confrontación violenta y fue el buen oficio de muchos líderes que lograron apaciguar los ánimos”, dijo para recordar que él y el fenecido Severo Colberg Ramírez recibieron pedradas en una ocasión en que salían del coliseo.

Dijo que en 1988 también se caldearon los ánimos en la elección a la Alcaldía de San Juan entre Acevedo y José Granados Navedo. Primero, Acevedo perdía y luego del recuento ganó por 24 votos. “La situación se puso tan fuerte que la Policía tuvo que venir a buscarme y darme servicio de protección como por dos semanas, incluso en mi casa, porque había gente que alegaba que me había robado las elecciones”, narró.

Sin embargo, dijo que en el nuevo Código “lo más trascendental, es la falta de palabra de la Gobernadora”.

“Eso tiene un efecto devastador, pues tienes una gobernadora que públicamente hizo constar que no iba a firmar una ley electoral que no fuera apoyada por todos los partidos. Eso crea un procedente nefasto. Un gobernador que miente, en adelante no se le pueden creer sus promesas y sus acuerdos. De aquí en adelante la confianza en la gobernanza se va a medir con un antes y un después de la falta de palabra de la gobernadora”, opinó Báez Galib.

“Hasta ahora (Vázquez Garced) había cometido dos desmanes que la gente se los había perdonado. El primero fue el que dijo que no iba a asumir la línea de mando de la gobernación y el segundo, que no iba a postularse a la gobernación. Estos dos el pueblo los tomó como expresiones políticas, pero cuando se firma una ley, como esta sin consenso, estamos hablando de palabras mayores”, expresó Báez Galib.