Nachaly Rodríguez y Raúl Ortiz tienen mucho en común, pero lo principal es que ninguno se rinde ante la adversidad.

Rodríguez, de 22 años y natural de Mayagüez, tiene parálisis cerebral (diplejía espástica), y Ortiz, de 52 y de San Germán, es ciego total.

Este dúo trabaja hace seis meses en Puerto Rico Industries for the Blind en Mayagüez, donde se confeccionan uniformes para el Ejército de los Estados Unidos.

En esta empresa laboran 115 personas, 65 de ellas con diversidad funcional, y para este año necesitan reclutar 260 empleados más para un nuevo proyecto; de esas, unas 200 plazas serán para personas con diversidad funcional.

Por ello, la organización sin fines de lucro celebrará el sábado, 6 de abril, una feria de empleo en la zona libre en el Parque Guanajibo, de 9:00 a.m. a 1:00 p.m.

“Esta empresa ingresó hace un año al programa AbilityOne, que persigue que un determinado por ciento de las compras del gobierno federal se realicen a organizaciones sin fines de lucro que empleen a esta población”, explicó Josean Feliciano, vicepresidente de Cumplimiento de la empresa.

El programa también requiere “que el 75% de los empleados que trabajan en la manufactura directa sean personas con diversidad funcional”.

Gracias a dos contratos -que han obtenido con ayuda de la organización SourceAmerica para hacer dos modelos de jackets militares- Nachaly y Raúl han logrado un empleo seguro y han demostrando que pueden ser útiles en una sociedad que mucha veces los margina. 

“Las estadísticas hablan que las personas con impedimentos no tienen empleo. Nuestra experiencia es que es mucho más que eso. Creo que, fácilmente, un 95% a 97% de ellos no tienen una experiencia de trabajo real, y nosotros a lo que aspiramos es a seguir identificando esas oportunidades que nos permitan incrementar las oportunidad de empleo y lograr una economía inclusiva”, sostuvo Feliciano.

Sobre su nuevo trabajo, Nachaly dijo que “al principio estaba un poco nerviosa, porque esta es mi primera experiencia de empleo, fija… Es algo que todavía no lo proceso en el sentido de que yo nunca me hubiera visto trabajando en una fábrica. Decía: ‘no sé coser, ¿qué voy a hacer?’ Pero ha sido una maravilla”, confesó a Primera Hora. 

Agregó que “me siento incluida. Me encanta el hecho de poder interactuar (con los demás). Siento que puedo confiar en mis compañeros de trabajo. Me siento a gusto”.

Como Nachaly no puede mover sus piernas, modificaron la máquina para que trabaje con sus manos.

En el caso de Raúl, que trabajó por años en una escuela y perdió la vista paulatinamente, aceptó que luego de enfrentar su realidad dijo: “voy a luchar, porque tengo mi familia... Mucha gente cree que no puedes hacerlo, entonces tú dices que sí”.

Aceptó que a veces, por su diversidad funcional, enfrenta trabas y tropiezos.

Feliciano agregó que los jackets se hacen aquí porque los que lo hacían fuera “no han podido cumplir con las entregas y un producto de calidad”.

Mientras, todos hicieron un llamado a participar en la feria de empleo. Los interesados deben tener un certificación médica que especifique condición y grado de severidad.

Precualifican personas ciegas, sordas, mudas, con problemas de aprendizaje, bipolaridad, depresión, cáncer y HIV, entre otras condiciones.

Feliciano, por su parte, insistió en que ellos no se enfocan en la condición de salud “sino en las limitaciones funcionales que esta ocasiona”.

Para más información sobre Puerto Rico Industries for the Blind puede llamar al (787) 806-0054.