Alfredo Betancourt Santiago trabajaba tanto como mecánico para mantener a su familia que apenas tenía tiempo para atender sus propias situaciones, hasta que, de momento, su cuerpo empezó a darle señales de que algo estaba mal.

Más allá de lo que parecía un desgaste físico con un cansancio extremo, sueño, fiebre, escalofríos y desmayos, el hombre de 31 años se enfrentaba a un diagnóstico de cáncer linfoma no Hodgkin en etapa 3.

Desde entonces, Freddy ha tenido que concentrarse en pelear contra el enemigo que amenaza su vida, mediante un tratamiento agresivo que no le ha permitido salir a buscar su sustento, sobre todo, con una hija de seis años que ha sido operada del corazón en tres ocasiones.

“Llevo desde junio 8 fuera del trabajo, como un mes antes me habían diagnosticado cáncer linfoma no Hodgkin y fue, porque como cualquier persona que trabaja no era de ir al médico hasta que me empecé a sentir mal, me empezó a dar escalofríos, fiebre, me desmayé, me sentía muy débil con mucho sueño. Cuando fui, encontraron que tenía los glóbulos blancos muy altos y la hemoglobina en 7″, recordó Betancourt quien es residente en San Juan.

“Después de eso, me hicieron estudios hasta que estuve dos semanas recluido en un hospital, me pusieron tres pintas de sangre y empecé la quimio. Ese mismo mes, me empecé a sentir mal con fiebre y a toser, me encontraron liquido en el pulmón izquierdo. Gracias a Dios, después de eso me he mantenido caminando para no retener líquido porque por la condición los nódulos producen líquido en el pulmón. Porque en la torácica de los pulmones tengo nódulos. Eso produce líquido si uno no se estira o no se mueve”, explicó.

Pero la enfermedad no disminuyó con las primeras quimioterapias y por eso, la oncóloga Alexandra Deyá tuvo que aumentarle la dosis. Esto le provoca mucha debilidad.

“Llevo como tres o cuatro meses con quimioterapia, pero las primeras dosis no eran suficientes. Cuando me hicieron el CT scan (Tomografía computadorizada), habían crecido unos nódulos nuevos en el lado izquierdo en el brazo y el cuello. Mi doctora me cambió los medicamentos. Hoy cogí una quimio y mañana la otra parte. Me empezaron en una etapa nueva con esta quimio, llevo como cuatro meses’, relató.

‘Hay unos días que me siento débil y en otros puedo hacer las cosas. Pero tengo días que me da fiebre, escalofríos, adormecimiento en las manos, picazón por todo el cuerpo, varios factores que algunos días estoy bien, que puedo llevar un día regular y otros tengo que lidiar con la situación. Fuera de las medicinas que mandaron para el estómago, no tengo nada más para el dolor, solo Advil o Tylenol y así he llevado esto por varios meses’, sostuvo al señalar que su nueva realidad no le ha permitido volver a trabajar.

Sin embargo, la generosidad de sus compañeros de labores en Auto Centro Toyota permitió que Freddy pudiera cumplir con sus obligaciones mensuales a través de la ayuda que le brindaron. Pero los fondos se han ido agotando y ya no sabe cómo se mantendrá de ahora en adelante.

“Es una condición que es fuerte de llevar. Tengo una nena de seis años que fue operada del corazón tres veces y ella es mi empuje para mí, pasamos una situación bastante fuerte con mi hija y fuera de eso, tenía mis ahorritos, gracias a Dios y con eso me ayudado en estos meses para pagar la luz, el agua, las cosas y también las aportaciones de los muchachos de mi trabajo’, reveló.

“Ya este mes se acabaron los fondos que tenía guardados. Estoy esperando por el Sinot que no me ha pagado nada. Por eso, con la mamá de mi nena, recurrí a poner el post para buscar ayuda para resolver en los meses que quedan. Me encuentro pidiendo esa ayuda para por lo menos sobrellevar lo económico en los próximos meses”, dijo sobre un post que colgó en Facebook para dar a conocer su necesidad.

En cuanto a los costos de su tratamiento para el cáncer, explicó que cuenta con la reforma de salud “y hasta el momento no he tenido problemas, más allá que bregar con el plan para que me aprueben la quimioterapia”.

“Tengo que estar llamando mucho porque realmente te das cuenta de que si no ejerces presión en esto, los planes no te ayudan mucho. Nunca están de acuerdo con la dosis que la doctora envió o le falta un número y realmente si no llamas o no estás pendiente se pasa el tiempo de espera y cuando llega el día de la quimio no te la pueden dar porque faltan cosas del plan médico, que, si no lo aprobó esta semana, así es todo el tiempo”, lamentó.

Adelantó que el pronóstico médico se extiende a después de febrero de 2022 cuando se supone vea una mejoría en su condición de salud.

“El pronóstico que ellos tienen es para después de febrero, que haya una mejoría en los nódulos y terminar el tratamiento, pero como es algo incierto, uno no sabe cómo salgan las cosas. He estado haciendo lo que puedo, tranquilo en la casa con la familia, pero fuera de eso, gracias a Dios y a las personas que me rodean no tengo una necesidad más allá que lo económico”, resaltó.

Destacó que la reacción de las personas al dar a conocer su situación en Facebook ha sido algo inesperado y agradece el apoyo que ha recibido de su familia, conocidos y otras personas que vieron la publicación y se acercaron para darle apoyo.

“Gracias a Dios y a las personas que me rodean y es algo que me sorprende. Hay mucha gente buena. A mí me llena bastante fuera de lo que es lo económico, saber que las personas están dispuestas a ayudar, teniendo sus propias situaciones y aun asi te llaman, te dan un aliento. Ha sido reconfortante de ver lo que la gente se desvive para ayudar y compartir lo que es tu caso”, concluyó.

Para información adicional o colaborar con Freddy puede hacerlo a través de ATH Móvil: 787-565-2823.