Tres días. Ese fue el lapso de tiempo que tenía María Torres Alicea, madre soltera, para despedirse de sus seres queridos.

Las múltiples complicaciones salubres que enfrentaba incluían Hepatitis C, producto de una transfusión de sangre, y cáncer de seno. Pero, esas 72 horas se tradujeron a muchos años más, cuando el 25 de octubre de 2014 recibió el trasplante de hígado, convirtiéndola en la beneficiaria número 86 de este proceso que se lleva a cabo únicamente en el Hospital Auxilio Mutuo en San Juan.

“Antes del trasplante fue complicado, porque primero me descubrieron Hepatitis C por una transfusión de sangre, luego de que me diagnosticaron que tenía que ser trasplantada me diagnosticaron cáncer de seno. En el transcurso, me dieron tres días de vida para poder despedirme de mi familia. (Pero), gracias a Papá Dios, todavía estamos aquí, estoy cinco años con la remisión para volver a ser candidata, cumplo con el tiempo y, gracias al Señor, me hicieron el trasplante”, relató la paciente a Primera Hora al recalcar que ahora está “mucho más activa” y puede ver a su hija de 19 años crecer.

El Hospital Auxilio Muto celebró esta mañana una década desde el hito médico, del cual 369 pacientes se han beneficiado de la operación.

Juntos hemos logrado que el programa de trasplante de hígado sea motivo de orgullo para todos los que laboramos en el centro y el Caribe”, comentó el doctor y director quirúrgico del Programa de Trasplante de Hígado, Juan Del Río Martín.

“Antes el paciente tenía que viajar a los Estados Unidos por un promedio de seis meses a un año para poder trasplantarse; desde hace 10 años el paciente puede recibir un trasplante de hígado en Puerto Rico”, dijo, por su parte, el doctor Rafael Pastrana, director médico del Programa de Trasplante de Hígado.

Mientras, el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, destacó el papel protagónico de la institución en este tipo de tratamiento e intervenciones, describiéndolo como pionero en la Isla.

“Para mí es un honor y un orgullo, como puertorriqueño, que exista un hospital que esté adelante como este. Incluso, en el mismo COVID (el Hospital) fue un brazo operacional para el Departamento de Salud, y ahora en estos 10 años desde el trasplante de hígado en Puerto Rico debe ser motivo de orgullo, porque en Puerto Rico sabemos que tenemos limitaciones en cuanto a acceso a fondos. Tenemos una disparidad en cuanto a lo que son los planes médicos y esa capacidad de tener esa cantidad de dinero en comparación con otros estados. Creo que levantarse un programa como este. con todas esas vicisitudes, sencillamente, es algo que es admirable”, destacó.

Por su parte, el padre, abuelo y natural de Hormigueros, Alfredo Texidor Feliciano, aseguró que el proceso médico del cual él también ha sido beneficiario le regaló otra oportunidad de la vida, la cual ha aprovechado óptimamente para compartir con su esposa, tres hijos y seis nietos, de los cuales cuatro son féminas y dos varones.

 Alfredo Texidor Feliciano
Alfredo Texidor Feliciano (Sara R. Marrero Cabán)

“Antes del trasplante yo pasé tres años en mi casa en una cama. Me cambiaba de un lado, me iba al otro, me cambiaba al otro llorando, pero Gracias a Dios… después del trasplante ha sido espectacular”, narró al señalar que fue uno de sus hijos quien inició el proceso para su posible elegibilidad.

Aseguró que, a menos de un año del proceso médico, comenzó a caminar por las pistas atléticas de madrugada, abriéndole camino para participar de la caminata y maratón por el puente Teodoro Moscoso en el 2016.

“En una hora 38 minutos caminé el Moscoso”, recordó. “La vida ha sido espectacular, ayuda a mi esposa, ayudo a mis hijos, ayudo a mis nietos (y) los busco en la escuela”, agregó el septuagenario y maestro plomero retirado.

El programa, explicó el licenciado y director ejecutivo del hospital, Jorge Matta, cuenta con todas las certificaciones y aprobaciones, incluyendo la de la Red Nacional para la Distribución de órganos (UNOS, por sus siglas en inglés).

Se destacó, además, que los pacientes beneficiarios reciben el trasplante a un ritmo de tres a cuatro veces más rápido que en los Estados Unidos, ya que localmente se capturan más hígados de los que se trasplantan.

Aquellos órganos que no se utilizan, se envían a receptores fuera de la Isla, una gestión posible en colaboración con Lifelink de Puerto Rico.

“Cuánto hemos vivido en 10 años”, comentó Guillermina Sánchez, directora ejecutiva de Lifelink de Puerto Rico.

“Disfruten ese regalo (de vida), cuiden ese regalo. Que Dios les regale muchos años de vida para que puedan hacer lo que quieran y lo que el donante (hubiera querido) hacer”, instó.