El Consejo Renal de Puerto Rico, en unión a la Fundación Puertorriqueña del Riñón y un grupo de pacientes renales, le reclamó este miércoles a la compañía aseguradora MCS Healthcare Management Options, Inc. que les permita escoger sus unidades de tratamiento de diálisis en lugar de obligarlos a cambiar a otros centros, como hacen en la actualidad.

Según explicaron los concernidos en una conferencia de prensa, en agosto de este año, MCS notificó -mediante carta- que habían determinado cancelar el contrato que mantenían con la compañía Fresenius Medical Care (FMC) debido a que llegó a un acuerdo de “proveedor preferido” con la empresa Atlantis Healthcare Group Puerto Rico, Inc. para que atienda a los pacientes en diálisis bajo su cubierta. Este cambio en el contrato provocará que los pacientes de FMC tengan que moverse a los centros de diálisis de Atlantis Healthcare Group Puerto Rico.

Dijeron que esta es la segunda ocasión en que la aseguradora hace un cambio de esta naturaleza, dado que en 2011 hizo lo mismo, pero a la inversa. Sin embargo, en esa ocasión detuvieron la decisión, añadieron.

“Pero ese no es el caso de ahora. Ahora mismo estamos en la plena crisis que estos pacientes están sufriendo porque prácticamente los están obligando a tomar una decisión de cambiarse de unidad. Ayer, en el 2011, como hoy, quienes quedan en medio de todas estas transacciones económicas, de negocios, siempre es el paciente”, expresó la directora ejecutiva del Consejo Renal, Ángela Díaz, quien puntualizó que unos 540 pacientes se verán afectados con este cambio.

Díaz acotó que los pacientes renales son unos pacientes delicados, para quienes estos cambios resultan difíciles de manejar. Entre las dificultades que enfrentan, mencionó la distancia de los centros de diálisis que les han comenzado a asignar y la dificultad de transportación que tienen algunos pacientes.

Asimismo, señaló que las comunicaciones que han recibido los pacientes son confusas y que los turnos y la disponibilidad de espacios en las unidades que les asignan son complicados y no se ajustan a las circunstancias y necesidades de estos pacientes, especialmente para las personas adultas y los que trabajan.

También hay quejas en torno a la cantidad de llamadas que reciben del plan médico MCS, para insistirles en que hagan el cambio de unidad. Estas llamadas, dijeron, los llenan de ansiedad y frustración.

Díaz puntualizó que los pacientes no pueden desafiliarse de su plan, y de hacerlo no podrían regresar a otro plan Advantage porque no cualifican por su condición renal. El paciente sí tiene la opción de regresar a la cubierta Medicare tradicional, pero esto implica que deberán cubrir el 20% de los deducibles.

“Esto es el resultado de una transacción económica que está poniendo a las dos compañías a enfrentarse, cuando no hay la necesidad”, manifestó Díaz.

Por su parte, la directora ejecutiva de la Fundación Puertorriqueña del Riñón, Ana Laboy, expresó que las quejas que han llevado a los organismos pertinentes se han quedado en investigaciones que no han traído ningún resultado concreto. Estas oficinas son Procurador de las Personas de Edad Avanzada, la Administración de Seguros de Salud de Puerto Rico (Ases) y el Centro de Servicios de Medicare, entre otras.

Este medio se comunicó con la portavoz de prensa de MCS, Marién Amézaga, para obtener una reacción, pero al momento de publicación, no había devuelto las llamadas.

A la conferencia de prensa, acudió un numeroso grupo de pacientes y familiares que exteriorizaron sus molestias con la situación.

Uno de ellos, Evaristo Reyes Peña, pidió -de forma enérgica- más atención para los pacientes renales, a los que describió como una población olvidada.

“La población renal en Puerto Rico es una población olvidada por todos. Se habla de psoriasis, de cáncer, de Crohn. ¿Por qué? Porque tienen el apoyo de alguna figura pública. Pero no hay ningún apoyo para la población renal en ninguna”, dijo.