Padre de Juan Carlos Santana pide a Dios y a la Virgen de la Monserrate que ilumine a juez

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Hormigueros. “El que aquí lo hace, aquí lo paga’’.
Carlos Santana caminó ayer temprano desde su casa en Cabo Rojo hasta la Basílica Menor de la Virgen de la Monserrate, en Hormigueros. Una vez allí, subió los 72 escalones y entró a la iglesia. Se arrodilló frente al altar mayor y pidió ahogado en llanto que ilumine al juez Arnaldo Jerónimo Irizarry para que reconsidere su dictamen exculpatorio en el caso del radiólogo Tomás Irizarry Concepción del cargo de homicidio negligente por la muerte del hijo de Santana, Juan Carlos Santana Rodríguez.
Cuando el padre Floyd McCoy Jordan culmino la misa, en la que reconoció los que habían llegado en peregrinación caminando, Santana se arrodilló frente a la imagen de la Virgen de la Monserrate y volvió a pedir la intercesión.
Luego, Santana fue a la tumba de su hijo en el cementerio de San Germán. “Juanki, vengo a decirte que no se hizo justicia, pero que al final la justicia de Dios será la que brillará... Todo el daño que hemos vivido por los pasados cuatro años, de alguna manera se va a pagar’’, le dijo el desconsolado padre a su hijo en su tumba.
Lo acompañaba José Luis Rodríguez, padrastro del talentoso estudiante de tercer año del Recinto Universitario de Mayagüez, quien murió al ser impactado por el vehículo manejado por el radiólogo, la noche del 25 de agosto de 2005.
“Le he pedido a Dios y a la Virgen de la Monserrate que ilumine al señor juez para que revierta la decisión que tomó. Ahora sólo nos queda esperar los recursos que tiene el fiscal (José Arocho) y confiar en que todo se resolverá, que la persona que mató a mi hijo pagará por su irresponsabilidad’’, dijo Santana a Primera Hora.
Lo que les queda es “una tumba de lo que era un muchacho vivaracho, alegre, que desde los 16 años comenzó universidad’’, y que ya estuviera graduado de educación física.
“Por culpa de ese señor, que... por tercera vez mató un inocente y el sistema se lo ha permitido, hoy mi hijo está en esa tumba. Dios permita que nadie más tenga que vivir esto’’.