El presupuesto de $106 millones de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) del pasado año fiscal 2022 fue utilizado en su totalidad, pero no se lograron completar todas las reparaciones pronosticadas para las centrales generatrices.

Y es que, según explicaron varios ejecutivos de la agencia en la extensa conferencia técnica virtual del Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR) que se celebró hoy, el dinero presupuestado no alcanza para cumplir tanto con las necesidades de las centrales generatrices y sus unidades, así como las emergencias súbitas que provocan daños a las mismas, como incendios, huracanes y seísmos.

“Nosotros nos reunimos con los jefes de centrales generatrices para preguntarles sus necesidades. En realidad, (basado en) las necesidades de los jefes de centrales con los presupuestos que son autorizados, el dinero no da, pero tratamos de ajustarnos a lo más posible a la realidad de no tener un presupuesto mayor para atender esas reparaciones o mantenimiento de las unidades”, detalló Negrón, ingeniero de la AEE.

Un ejemplo que utilizó Negró fue cuando el temblor de magnitud 6.4 estremeció la región sureña a principios del 2020 y provocó que dos unidades de la central Costa Sur se salieran de servicio, una por un año y ocho meses, y otra por un año y un mes. Al no estar en operación, sobrecargaron otras unidades, dijo.

También utilizó como ejemplo la explosión de la unidad #1 de Aguirre, que demoró más de un año en volver a entrar servicio, inhibiendo que a otras unidades se les diera mantenimiento.

Mientras, la subdirectora de operaciones de la AEE, Maricarmen Zapata, explicó que “el presupuesto de gastos de mantenimiento necesario de la Autoridad es un presupuesto que se trabaja de forma dinámica”, pues es dependiendo en las prioridades que pudieran surgir espontáneamente que se transfieren fondos.

“Una vez establecemos el programa de reparación y de unidades generatrices y de otros equipos de las centrales de las generatrices, procedemos a establecer prioridades a base de las condiciones operacionales del sistema eléctrico determinando qué unidades podemos retirar de forma programada del sistema para poderlas reparar sin (afectar) un mínimo la confiabilidad del sistema, eso unido a las órdenes de compra que, en estos casos generalmente pueden tomar semanas o hasta meses todo ese proceso de compra de equipo y materiales y de contratación para las compañías que van a realizar los trabajos. Y, a base de toda esa dinámica y otros efectos operacionales, pues tomamos en cierta ocasiones determinaciones (de) transferir fondos de un proyecto a otro para poderlas realizar de manera prioritaria”, comentó.

De la misma manera, el director ejecutivo de la AEE, Josué Colón, resaltó que como el presupuesto suele ser muy bajo para cubrir todas las necesidades existentes, la AEE se ve obligada a “hacer un análisis con el presupuesto que tenemos aprobado (para) realizar las reparaciones más apremiantes en los equipos más apremiantes de esas unidades”.

“Todo lo que se requiere hacer en una unidad para mantenerla en su condición óptima no está alineado con el presupuesto disponible”, repitió Colón al tildar la unidad de Aguirre #1 como un “buen ejemplo” de cómo se habían completado reparaciones según el presupuesto, pero cuando entraría al servicio, falló el generador, algo que “nunca estuvo contemplado en el presupuesto vigente”.

“Hubo una falla mecánica y ahora la tenemos que atender. Si hubiésemos tenido el presupuesto necesario y el alcance requerido no hubiese ocurrido eso, porque lo hubiésemos prevenido”, recalcó.

“Tratamos de que ese plan (el presupuesto) se pueda llevar a acabo según se pensó, pero ocurren diferentes cosas en los procesos de operación”, concordó Negrón.