Parador puertorriqueño recibe certificación verde por utilización de energía renovable
La Compañía de Turismo de Puerto Rico concedió a Turtle Bay Inn, un hotelito de 12 habitaciones ubicado en Lajas, la tercera Certificación Verde para Hospederías.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Villas del Mar Hau, en Isabela, se convirtió hoy, martes, en el primer parador puertorriqueño que recibe la distinción de certificación verde por sus iniciativas de conservación y utilización de energía renovable, entre otras medidas centradas en la protección de la naturaleza y el medio ambiente.
Además, la Compañía de Turismo de Puerto Rico concedió a Turtle Bay Inn, un hotel de 12 habitaciones ubicado en Lajas, la tercera Certificación Verde para Hospederías, informó el directivo de esa dependencia gubernamental, Luis Rivera Marín.
El funcionario explicó que existe una guía de criterios conservacionistas que permiten otorgar puntuaciones clasificadas en tres niveles para emitir las citadas certificaciones y destacó que al presente hay tres hospederías reconocidas de esa forma, siendo la primera la Casa Solaris de Hix Island House Hotel, en Vieques.
Las tres hospederías con la citada certificación verde están en el nivel 1 de medidas de conservación y protección del medio ambiente y en conjunto disponen de 67 habitaciones, precisó, por su parte, Ana María Ramos, oficial de prensa de la Compañía de Turismo.
En Puerto Rico, el programa de certificaciones verdes comenzó en octubre de 2011, y en la evaluación de hospederías se consideran criterios establecidos por la Sociedad Internacional de Ecoturismo, así como por la Organización Mundial de Turismo, precisó José Terrasa, director de planificación y desarrollo en la Compañía de Turismo.
Terrasa sostuvo que esos criterios fueron evaluados por el arquitecto Fernando Abruña, quien emitió recomendaciones adicionales "para adaptar esos estándares al trópico" y junto a Rivera Marín mostraron el logo de un árbol frondoso que identifica a las hospederías con la certificación verde. El letrero tiene tres hojas en su parte inferior para identificar el nivel de avance ecológico de la instalación.
Cantazo a la AEE
Por su parte, la propietaria de Turtle Bay Inn, Zulma Rivera, después de recibir la certificación de hospedería verde para su negocio, lamentó la dilación de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en tomar acción para instalar el metro que le permitiría recuperar la inversión en energía generada por las placas fotovoltaicas instaladas en su estructura.
"La AEE no nos ha instalado el metro que hace cinco meses nos habría permitido recuperar parte de la inversión", dijo Rivera, al destacar los altos costos de los paneles solares y las exigencias con las que tienen que cumplir para optar por recibir una certificación de hospedería verde o ecoamigable.
"Si no lo instalan (el metro) no tenemos ningún ahorro", puntualizó al plantear que las agencias gubernamentales deben cooperar más con las empresas comprometidas con el ahorro energético y la conservación, en vez de ser un obstáculo. No están "cantando la misma canción", recalcó.
Explicó que el 50% de la inversión para instalar los paneles en su hotel surgieron de "ahorros personales" y el restante dinero, unos $116,000, los recibió de una asignación de fondos de la Ley de Recuperación y Reinversión de los Estados Unidos (ARRA por su sigla en inglés).
Rivera comentó que ha sido una "odisea" implantar fácilmente medidas de conservación y reconoció que le gustaría explorar con la energía eólica y hasta poner un "molino de viento", como se denomina a los aerogeneradores que poco a poco comienzan a tomar auge en el país.
Sin embargo, explicó que para esos fines los empresarios hoteleros necesitan más incentivos y apoyo de agencias claves, como la AEE.
En el caso de Villas del Mar Hau, la propietaria Mirna Hau, dijo que ha invertido $211,000 en paneles fotovoltaicos y hasta en molino o turbina para energía eólica, pero destacó que si no hay suficiente viento, "no ayuda mucho".
Hau también ha desarrollado un cultivo hidropónico en su hospedería evaluada exitosamente para clasificarse en el primero de los tres niveles de certificación verde.
Sobre la experiencia de moverse a convertir sus instalaciones en hospederías verdes, Rivera dijo que las recomendaciones de sembrar más árboles han sido muy apreciadas por sus clientes y dijo que el programa estimula a mejorar al tiempo que los visitantes están pendientes a cooperar y preguntan, por ejemplo, donde depositar las botellas de plástico para procurar su reciclaje.
La Compañía de Turismo informó que para encaminarse a recibir una certificación verde, los hoteles comienzan por la utilización de equipo y luminarias que consumen menos energía, maximizan el uso de aguas pluviales y optan por generación solar o eólica, como ocurre con las instalaciones en Lajas, Vieques e Isabela.
Acuerdo con Universidad Politécnica
Por otro lado, la Compañía de Turismo firmó un acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) y con la Universidad Politécnica para fortalecer el desarrollo y operación instalaciones sostenibles. La iniciativa busca promover que los alumnos del citado centro de estudios adquiera destrezas que le permitan el diseño y construcción de hospederías teniendo en cuenta múltiples consideraciones de conservación de los recursos y la utilización de energía renovable.
El acuerdo fue firmado por Rivera Marín, así como por el presidente de la Universidad Politécnica, Ernesto Vázquez Barquet, y la subdirectora de la EPA en la Región 2, Teresita Rodríguez.
En cuanto a la importancia de esta tendencia conservacionista en la industria turística, Rivera Marín indicó que cada vez más agencias públicas y privadas adoptan políticas que exigen que sus asociados se hospeden solamente en hoteles ecológicos.
Indicó que en la reciente convención de representantes de convenciones de más de 56 países fue patente el interés marcado por la disponibilidad de hoteles y servicios responsables con la protección del medio ambiente y también con políticas laborales justas.
Rivera Marín opinó que moverse a políticas de conservación y protección de los recursos naturales también es algo costo efectivo para los grandes hoteles. Sin embargo, en Puerto Rico solo instalaciones pequeñas tienen estas certificaciones.
Terrasa, por otro lado, reveló que hay 15 hospederías en trámites para poder recibir las mismas y reciben asesoramiento para lograrlo. Aunque se le pidió identificar algunos de esas empresas, prefirió mantenerlas en el anonimato.