Parecía un día de trabajo normal, en la rutina de los paramédicos Iván Rodríguez Pérez y David Cruz Ramos, cuando a eso de las 6:00 de la mañana recibieron una llamada del Sistema de Emergencias 9-1-1, informándoles sobre una labor de parto en el barrio La Haya, de Lajas.

Inmediatamente, estos profesionales adscritos al Negociado del Cuerpo de Emergencias Médicas Estatal (NCEM) en ese pueblo, se miraron fijamente, casi incrédulos, ya que hace 15 años les tocó ayudar a una fémina que estaba a punto de dar a luz.

Por eso, supieron qué hacer al llegar a la residencia de la familia Ortiz Ramírez, a donde se encontraba Yesmarie Ramírez Cortés, de 30 años, quien intentaba controlar su respiración, pues, las continuas contracciones hicieron que rompiera fuente media hora antes de que llegaran a auxiliarla.

Rápidamente, el dúo de paramédicos preparó el equipo de cuidado neonatal, mientras recibieron una segunda llamada, indicándoles que la mujer “estaba coronando”.

“Cuando llegamos, nos recibe papá (Alexis Ortiz Fernández) en los portones y, nos llevó a donde estaba la madre y allí se encontraba una vecina asistiéndola”, relató Rodríguez quien lleva 15 años en la agencia.

La pareja de paramédicos ayudaron a que el parto fuera exitoso y sin complicaciones.
La pareja de paramédicos ayudaron a que el parto fuera exitoso y sin complicaciones. (Suministrada)

¡Es niña!

“Cuando llegamos, preparamos el área con el equipo, ya había roto fuente, quedaba de nosotros hacer el trabajo que nos correspondía, que era el parto en la casa. Me envolví en preparar el área, sacar el equipo y asistir al compañero que fue el que recibió a la beba”, agregó el hombre de 40 años.

Precisamente, Cruz Ramos fue el que hizo la labor de partero, no sin antes ataviarse con el equipo de protección que incluye guantes esterilizados.

“En ese momento, se coloca a mamá en una posición cómoda para que pueda expulsar a bebé y se le da apoyo emocional, hablándole: ‘Respira profundo. Trata de pujar lo más fuerte que puedas’. Le iba dando masajes en la barriga en lo que ella fue pujando hasta que fue saliendo poco a poco a la bebé”, dijo David de 49 años.

“La labor de parto de ella fue rápido. Lo más emocionante fue cuando la bebé salió, cuando estaban terminando de salir las piernitas, ya estaba llorando. Ahí procedemos a limpiar a bebé, a succionarla y ya bebé estaba llorando. Luego se le dio una frazada para calentarla, se procede a cortar el cordón umbilical, se le ponen los clanes (clamps)”, contó.

De hecho, en común acuerdo, los paramédicos permitieron que el padre de la criatura cortara el cordón umbilical, con el propósito de que el hombre pasara por la inigualable experiencia.

“De ahí, se la pasamos (bebé) a mamá, para que la tuviera un momento en sus brazos en lo que nosotros preparábamos la camilla y trasladarla a la unidad e ir al Hospital de la Concepción en San Germán, donde nos esperaba el médico”, explicó Cruz.

Entretanto, Iván insistió en que no hubo complicaciones.

Esta vez, uno no puede decir que salvé una vida, sino que trajimos una vida al mundo. Son cosas diferentes. Son experiencias inexplicables. De verdad que ver una criatura tan hermosa en las manos de uno y escuchar su primer llanto, es algo que le saca las lágrimas a cualquiera”, admitió Rodríguez, padre de dos hijos.

No siempre se logra hacer esto en la calle, por eso son las emociones que nos dan a nosotros, de tener ese privilegio de que Dios nos dé la oportunidad de ser sus manos en la tierra. Es un enorme privilegio traer una vida”, sostuvo.

Su compañero, David, resaltó que “son tantas emociones juntas que, uno dice: ‘Wow’. Te da nerviosismo, te da como un frío, alegría, orgullo, que dices: ‘Para esto yo estudié y aquí estamos, para hacer lo que tenemos que hacer”.

“Me siento orgulloso de mi profesión y, cada día que nos levantamos es para darle servicio al pueblo a un 110%”, dijo al mencionar que lleva 19 años en la agencia.

¡Son unos héroes!

Por su parte, Yesmarie catalogó como héroes a los paramédicos que le ayudaron a traer al mundo a la bebé, que se llamará Ailanys. Fue su segundo parto, ya que tiene un niño de cuatro años.

“Las contracciones me empezaron a las 8:00 de la noche de ayer (martes). Pero no fui al hospital porque el ginecólogo me había dicho que estaba todo bien. Entonces, me empezaron las contracciones en intervalos de cinco minutos; me duraban un minuto y, a las 5:32 rompí fuente”, recordó.

“Le dije a mi esposo: ‘Vámonos’. Pero en eso, me viene una contracción, un pujo y yo corrí para el cuarto porque ya sentía que la nena estaba ahí. Le dije: ‘Llama al 9-1-1 y llama a la vecina que tiene conocimiento, porque ella estudió paramédico y lo ejerció y, es enfermera”, agregó.

Aunque cansada por la labor de parto, Yesmarie contó a Primera Hora que, los paramédicos llegaron rápido.

Realmente, fue algo bien rápido, hicieron un excelente trabajo y recibieron a la bebé a las 6:18 de la mañana. Parí en casa, en todo momento ellos me asistieron muy bien, mantuvieron la calma. Me dieron fuerza, luz, de llevar la calma en medio del parto y siguiendo sus instrucciones todo salió bien”, recalcó.

Según Yesmarie, la bebé pesó 7 libras y 10 onzas y midió 19 pulgadas y media.

“Son unos héroes. La nena se encuentra bien y yo también. Todos los laboratorios de la nena salieron bien, gracias a Dios. Simplemente, la están monitoreando porque, aunque tuvo un buen peso y midió casi 20 pulgadas, se considera una bebé prematura porque nació de 36 semanas y la están monitoreando”, concluyó.