Perfecto el Caribe para el apareamiento de orcas
Buscan las aguas cálidas para reproducirse.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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El reciente avistamiento de una orca en aguas cercanas a Puerto Rico, que fue captado en vídeo por los ocupantes de una lancha, causó sorpresa entre muchas personas y quizás hasta algo de preocupación, pues se trata de animales carnívoros de gran tamaño.
Sin embargo, según aclara un experto, tales avistamientos no son raros y no hay nada que temer ante la presencia de esos cetáceos.
“No es el primer avistamiento de orcas en el Caribe. Hay datos de pescadores y buzos que han visto orcas en aguas de Puerto Rico”, afirmó el oceanógrafo Jorge Bauzá Ortega, director científico del Programa del Estuario de la Bahía de San Juan.
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“Hace unos dos años hubo un avistamiento de orcas en Guánica. Hace unos tres años vieron un macho en Dorado. Un pescador lo tuvo al lado de la embarcación. En San Juan también las han visto, y en Farjardo”, añadió Bauzá, recalcando que se trata de algo relativamente frecuente.
El experto explicó que las orcas, al igual que otras ballenas, migran y se mueven a través de los océanos y mares.
“No es tan usual que se acerquen a las costas. Sus presas están en las aguas más profundas. Pero buscan las aguas cálidas para aparearse. Eso ocurre también con la ballena jorobada, que se aparea en el Caribe, y vienen a parir aquí”, expresó el experto.
Según el oceanógrafo, al encontrarse una orca, no hay razones para temer. Por el contrario, sugiere observar sin molestar al animal y hacer las anotaciones que pueda sobre el encuentro.
“El hombre no es su presa. La orca se alimenta de otros peces (y mamíferos marinos). Los ataques que se conocen (contra humanos) han sido en acuarios, pero no en el mar”, dijo Bauzá. “Son animales que están protegidos, no se les puede tocar, ni acecharlos, ni perseguirlos con el bote. Tampoco hay que sentir pánico ni miedo. Ellas no van a atacar. Las han visto hasta gente buceando y no ha habido problemas”, indicó Bauzá Ortega.
“Pueden anotar observaciones. Un estimado del tamaño, cuántos individuos son, alguna forma o marca particular en las aletas, que es algo que la puede identificar. También sobre el comportamiento, si se acercaron al bote, si se alejaron”, recomendó Bauzá. “Todo eso es información valiosa que un especialista convierte en datos”, manifestó el oceanógrafo.
Bauzá explica que los cetáceos son un grupo de animales que si lo miras como un arcoíris abarca desde los típicos delfines como el emblemático “Flipper”, hasta las típicas ballenas como la conocida “Moby Dick”, del clásico de la literatura. En medio hay especies que tienen parecido tanto a delfines como a ballenas. Las orcas, de hecho, aunque son vistas comúnmente como ballenas, pertenecen en realidad a la familia de los delfines.
En total, los cetáceos son unas 89 especies, algunas de las cuáles aún son tema de debate sobre si son en efecto especies diferentes o subespecies. De ese total, una veintena pueden verse con cierta frecuencia en las aguas del archipiélago boricua, estimó Bauzá.
El experto mencionó que es más común ver delfines que ballenas, pero reiteró que no es raro ver ballenas jorobas, orcas, ballenas piloto y también cachalotes, entre otros grandes cetáceos.
Bauzá mencionó que el fenómeno del cambio climático podría hacer que las observaciones de cetáceos alrededor de Puerto Rico cambien. Advirtió, no obstante, que no hay estudios que puedan afirmar o negar eso. Es por eso que reiteró la importancia de documentar los avistamientos, para poder determinar si está ocurriendo un cambio de patrones.
Por último, Bauzá recomendó que, en caso que alguien vea una ballena en apuros o varada, no debe tratar de actuar por su cuenta, sino notificar de inmediato al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (FWS, en inglés) o la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) para que envíen un experto al lugar. Solo bajo las instrucciones de un biólogo o algún especialista cualificado se debe entonces intentar algún tipo de rescate.