El pequeño de cuatro años que resultó baleado el lunes luego que sicarios entraran al apartamento donde residía con su progenitora, para matar a su padrastro, John P. Hernández, está recluido en la unidad de intensivo del Hospital Pediátrico en el Centro Médico en Río Piedras, en condición estable.

Según el portavoz del Departamento de la Familia, Ángel Torres, el niño está acompañado por una de las trabajadoras sociales de la agencia en lo que se entrevista a la madre, a los abuelos y demás familiares inmediatos, así como a los vecinos de la familia, quienes viven en el residencial Santiago Iglesias en Ponce.

Los hechos ocurrieron a eso 10:24 de anoche frente al bloque 39 del residencial, cuando dos pistoleros abrieron fuego contra Hernández, de 26 años.

Hernández reaccionó en busca de refugio, por lo que entra al apartamento, siendo perseguido por los sicarios, quienes lo ultimaron dentro de la residencia. Cuatro de las balas alcanzaron al menor.

Como parte de la investigación policiaca, trascendió en la mañana que el menor fue utilizado para ocultar heroína.

El capitán Joel González, director del Cuerpo de Investigaciones Criminal, dijo que cuando el niño era atendido en la sala de emergencias del hospital se le encontraron 156 decks de la droga en su ropa, guardados en una bolsa plástica y con un valor de aproximadamente de $1,000.

“Estamos entrevistando a la mamá, a los abuelos y parientes en general”, dijo Torres.

Indicó que la condición del niño es estable, pero desconoce los detalles de cuánto tiempo puede tardar su recuperación. Tampoco supo precisar en qué parte del cuerpo fue impactado por las balas. Más temprano, las autoridades habían informado que una de ellas lo había alcanzado en la ingle.

Al cuestionarle a Torres la veracidad de que el niño era utilizado para transportar droga, se limitó a decir que eso es parte de la investigación tanto de Familia como de la Policía.

En torno a si la madre tenía conocimiento, también declinó entrar en ese aspecto de la investigación.

Aseguró que en adelante entra en curso el proceso de entrevistas a los familiares para conocer bajo qué condiciones vivía el menor.