“Piñita” está listo para una nueva jornada en el cañaveral
Será parte del monumental esfuerzo por sembrar el dulce tallo en el Valle de Yabucoa.
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Yabucoa. A sus 70 años, Luis Pinto Cruz, conocido por sus compueblanos como “Piñita”, se muestra como el yabucoeño más motivado con este nuevo intento del renacer de la industria de la caña de azúcar en su pueblo.
Es que este hombre le ha dedicado 50 años de su vida a la caña y ahora se ha unido al nuevo esfuerzo de lograr que el Valle de Yabucoa se vista de cañaverales.
Piñita comenzó a trabajar en la Central Roig poco después de cumplir sus 18 años como “listero, apuntando a toda la gente que trabajaba y buscando los almuerzos en la tienda de los almuerzos” y terminó como capataz. No tan solo eso. Comentó que en el 1983 le cedieron 300 cuerdas para sembrar y estaba a cargo de sembradíos de otras 1,500 cuerdas de terreno, con unos 1,200 trabajadores a su mando.
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Piñita fue uno de los que lideró la última zafra de la Central Roig, realizada entre finales de 2000 a mayo del 2001. Entonces, vio cuando toda la industria se desplomó en Yabucoa por falta de fondos y problemas con uno de los inversionistas extranjeros.
“Cuando se acaba la zafra, la central lloraba. Eso era un pito que sonaba como una persona llorando. Así nosotros llorábamos en Yabucoa. Uh, uh, uh. La gente lloraba. Lloraba la gente. Todo el mundo lloraba. El sentimiento era enorme. Cuando cierran la central, no sabíamos qué hacer. Unos se fueron con plátanos, otros con ganado, y yo, pues, dijo voy a empezar a vender guarapo. Tenía una poquita de caña y empecé a vender guarapo”, expuso Piñita.
El pito que recordó era el mismo que se tocaba por turnos en la central para avisar el inicio de la jornada, los cambios de turno y su final. Ese mismo pito el ahora comerciante lo replicó en una de las dos recreaciones de la Central Roig que tiene en su típico negocio de barrio, donde vende verduras y jugos. Esa réplica es funcional, pues es la máquina que utiliza para hacer el guarapo. La otra recreación de la central tiene trenes y chimeneas que lanzan humo al aire, tal y como lo hacía la antigua estructura donde laboró toda su vida.
Según recordó, “en Yabucoa, la central era la vida de la gente. Donde quiera había un negocito, porque cuando estaba la zafra, había chavos en todos lados y todo el mundo trabajaba en la caña. De la Central salieron maestros, políticos, abogados. Todos salían de la caña. Esa era la entrada principal, el sustento principal de Yabucoa era la caña”.
El hombre aseguró que desde que la industria de la caña decayó no se ha vuelto a tener en Yabucoa un repunte económico. Por ello, expresó su alegría de que hayan llegado nuevos inversionistas, con el Yabucoa Rum Company.
“Es una alegría inmensa. Estoy loco por ver ese valle sembrado. Me imagino que todo Yabucoa (también)”, soltó.
Piñita colaborará con todo este nuevo intento. Es una de las pocas personas que conoce la logística del Valle de Yabucoa, desde dónde estaban los canales y los sistemas de riego. Además, posee cinco cuerdas sembradas de caña que se usarán como semilla para iniciar la nueva plantación.
“Yo voy a trabajar con ellos. El único que conoce el valle soy yo”, dijo con seguridad.
También ayudará a reclutar agricultores para que se unan a este sembradío.
“Yo estoy loco que de empiece otra vez”, dijo entusiasmado. “Que se levante Yabucoa como lo que era, que en Puerto Rico se vea la industria azucarera, porque la caña crea mucha fuente de trabajo, mucho ingreso”.
“Yo le digo a mi gente que, cuando lean la noticia en el periódico, que vean que esto va a ser una realidad y que oremos para que se dé, que esto siga para adelante, que este proyecto es necesario para todo Puerto Rico. Yo sé que Puerto Rico va a renacer. Yo estoy seguro que otros pueblos cercanos que tienen fincas abandonadas, que hay agricultores que no encuentran qué hacer con la finca, se van a meter de lleno aquí, porque ellos casi no tienen que hacer nada, ahora es distinto a antes. Antes había que trabajarla más, ahora no, ahora es todo con maquinaria”, concluyó.