El año 2014 nos podría sorprender con un alza en el precio del café que viene de afuera si se decreta un aumento en el grano importado.

El de aquí se descarta que suba de precio, aunque el colaíto nuestro a veces lo mezclan con café del extranjero.

La decisión sobre cualquier subida en el precio del café que se vende en Puerto Rico la toma el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) y el secretario de esa agencia, Nery Adames, ha dicho que le preocupa que cambios en el arancel “vayan a convertirse en una carga más para el consumidor boricua”.

El Departamento de Agricultura y la Comisión de Agricultura del Senado señalaron, sin embargo, que el alza en el arbitrio, en todo caso, afectaría al café que nos llega del exterior, incluido el de EE.UU. Agricultura también puntualiza que el café con la marca del país no vería alterado su precio.

Según el subsecretario de Agricultura, Francisco Aponte, el café semitostado que ese departamento importa para satisfacer la demanda en la Isla se le seguiría vendiendo a los torrefactores al mismo precio, equivalente al del grano local, de aprobarse el Proyecto 781 del Senado, que continuará el trámite legislativo en enero.

Germán Negrón, director de Asuntos Agrícolas de la Puerto Rico Coffee Roasters, elaboradores de las marcas de café puertorriqueñas más importantes -Yaucono, Alto Grande, Rico, Crema, Rioja y Café Selecto- dijo que ellos tampoco anticipan un alza en ninguno de sus productos, de aprobarse a principios del año próximo el proyecto del senador popular Ramón Ruiz Nieves.

“El arancel del café, desde su establecimiento hace 85 años, es uno de los pilares que sostienen la industria cafetalera puertorriqueña y el resguardo principal de los caficultores de Puerto Rico. Apoyamos la permanencia y el fortalecimiento de esta importante herramienta, que a su vez genera fondos que le permiten a los caficultores el financiamiento de sus proyectos de café”, dijo Negrón.

El director de la Comisión de Agricultura del Senado, Carlos Irizarry, aclaró que la intención de Ruiz Nieves no es provocar un aumento en el precio del café producido en la Isla.

Cuando escasea el grano boricua, la demanda se compensa con granos que vienen de otros países, más recientemente México.

Irizarry dijo que Agricultura compra en el mercado mundial y no paga arancel alguno, y como siempre compra bien por debajo del precio café local, el margen de ganancia es tan grande que puede venderles el producto a los torrefactores al mismo precio que el café que se siembra aquí.

“El café que puede aumentar, si se aumenta el arancel, es el que viene ya envasado del extranjero, con etiqueta de afuera”, insistió el subsecretario de Agricultura.

“Yo no tengo un estudio económico sobre el efecto que tendría el aumento del arancel sobre el café importado. Pero sí estoy diciendo que hay que tener cuidado porque un aumento en el arancel podría suponer una carga adicional para el consumidor. En ese sentido estoy dando la voz de alerta, aun reconociendo la buena intención del legislador”, expresó el titular de DACO en entrevista con este diario.

Con respecto al café del exterior -como el descafeinado, el Bustelo y otros- Adames hizo otra una advertencia: dijo que las compañías que los importan podrían presentar alegatos de carácter confiscatorio o decir que el arancel no los deja recuperar ganancias. Con un reclamo de debido proceso de ley, dijo que esas empresas podrían correr al Tribunal Federal a buscar otros remedios.

“Yo tengo que ser cuidadoso con que una movida de ese tipo no afecte al consumidor”, recalcó el secretario del DACO.

Ruiz Nieves insiste en un alza el arancel del café importado para que ayude a la industria cafetalera de la Isla a salir de la crisis por la que atraviesa. Por concepto de ese arancel nos llegan unos $4 millones al año y el aumento podría aportar otros $2 millones adicionales, dijo Irizarry.

Ruiz Nieves y el elaborador del Café Mami, José González Freytes, recordaron que la última vez que se aumentó el arancel del importado fue 1991 y ningún consumidor vio un centavo de aumento.

El proyecto propone aumentar el arancel de $2.50 a $3.50 por libra de café crudo y de $3.00 a $4.25 la libra de café tostado o molido. Fijaría además un arancel de $5.50 por libra de café instantáneo.