El menú navideño está tan enraizado en nuestra cultura que lo vemos como algo natural y no nos detenemos a pensar –antes de “hartarnos” de lechón, pasteles o arroz con gandules– en el por qué estos platos son parte de las fiestas navideñas puertorriqueñas.

Y es que en Puerto Rico decir Navidad es casi sinónimo de arroz con gandules, pernil al horno, lechón a la varita, guineítos en escabeche o hervidos, arroz con dulce, majarete, tembleque y –no puede faltar para el parrandón– el asopado de pollo o el sopón de gandules con bolitas de plátano, destaca la chef Rosita Rosado.

Iniciamos entonces un viaje al pasado a través del historiador Cruz Miguel Ortiz Cuadra, autor de Puerto Rico en la Olla, para conocer el origen de algunos de estos platos típicos.

A juicio del doctor en Historia, la costumbre de comer lechón tiene tres posibles explicaciones.

Si eres católico de verdad, come cerdo

Para entender una de las posibles razones por las cuales se consume cerdo durante la Navidad, hay que hacer referencia a la expansión imperial de España en América. “Es posible que esté metido, insertado o haya pasado con más destaque a las fiestas navideñas por el fenómeno de los conversos (al Cristianismo)”, explicó.

Ortiz Cuadra recordó que “los reyes católicos estaban tratando de unificar España bajo la visión católica romana y en ese proceso expulsaron o persiguieron fuertemente a los judíos y los musulmanes, que son comedores de cordero, no de cerdo”.

Ocurrieron entonces conversiones de éstos a la religión católica para evitar ser expulsados o perseguidos, por lo tanto, a veces tenían que demostrar que se habían convertido de verdad, y una forma de hacerlo era comiendo cerdo, mencionó. “El cerdo en ese proceso de expansión (a América) se convirtió en signo de identidad católica”, señaló.

Hay que recordar, además, que los andaluces, extremeños y castellanos tenían una cultura muy pronunciada de cría de cerdo. “Un español siempre tenía un cerdo al lado porque ese era el alimento que podía durar (por mucho tiempo)”, destacó.

En la Isla, al cerdo le gustó nuestras zonas húmedas, además, su crianza también era fácil porque pueden alimentarse con cualquier alimento.

iNo hay carne!

Otra razón de su origen apunta a escases de carne en la Isla. “A fines del siglo 18 la sociedad empieza a quedarse descarnizada, cada vez más era más difícil tener acceso al recurso carne, ya fuera en el bosque o la crianza. El cerdo entonces se convierte en una de las únicas opciones para adquirir proteína para los jíbaros”, explicó.

“Además, el cerdo es mejor criarlo durante el año y sacrificarlo para una ocasión festiva importante, en este caso, la fiesta de Navidad. Se asocia entonces con el sacrificio del Señor (Jesús)”, agregó.

Eventualmente el cerdo se iba convirtiendo en símbolo de abundancia, por eso se daba el hartarse. “Todavía hoy hay que tener cuidado con el empache de cerdo”, manifestó.

Un pastel, un regalo

El pastel, de otro lado, tiene un origen mestizo y mulato porque incluye “todas las culturas gastronómicas que nos poblaron”, es decir, la taína, la española y la africana.

¿Y por qué son envueltos? La respuesta está en África debido a que los africanos tenían la tradición de envolver las comidas con hojas y hervirlas.

Ahora bien, ¿por qué se comen en Navidad? iSon un obsequio! 

“¿Por qué un obsequio? Es por el amor que se le pone a la confección, no se hace como hacer un hamburger. Hay trabajo, hay coordinación; se hace en colectivo, no puede hacer pasteles solos, necesitas a alguien al lado (…), hay mucho esfuerzo y empeño en la ejecución del producto”, apuntó.

Es más, el atarlo –que no es necesario– se ha convertido en símbolo de regalo. “Puede haber tenido relación con el lasito de los obsequios”, indicó.

¿Y el arroz con gandules?

El arroz ni los gandules existían en la Isla antes de la conquista española. El arroz nos llegó por los españoles y los gandules por los esclavos. Ahora bien, ¿por qué llegan a la mesa de Navidad?

“El que el arroz con gandules esté en la Navidad está muy relacionado con el ciclo de la producción del gandul ya que florece en esta época, es decir, octubre, noviembre y diciembre”, explicó.

Así las cosas, Ortiz Cuadra destaca que “si uno no encuentra un pastel durante una fiesta de Navidad, se te va a acusar de extranjero, porque es una auténtica falta de identidad cultural”.

Bueno, Navidad se acerca, por ello, destaca Rosado, “hay que ir rebajando para prepararse para estas navidades”, y ahora tal vez con más gusto que antes pues ya sabemos el origen de varios de nuestros platos típicos en nuestras mesas.

“La Navidad es una vez al año y es parte de nuestra cultura y no hay navidad en Puerto Rico sino tenemos estos manjares en la mesa, por lo tanto, entiendo que, según expertos en nutrición, un buen consejito que he escuchado de ellos es que podemos darnos el gustito pero en porciones moderadas y ajustadas”, dijo Rosado. 

 iBuen provecho!