Las calles San Francisco y Del Cristo en el Viejo San Juan, se perfumaron de incienso este lunes en la noche cuando se trasladaban hacia su nueva morada los restos mortales del primer diputado de la Isla en las Cortes de Cádiz en España, Ramón Power y Giralt, junto al primer Obispo puertorriqueño, Juan Alejo de Arizmendi.

En una procesión animada por la banda musical de la Congregación Mita y que integró a miembros del Regimiento Fijo de Puerto Rico, la Guardia Nacional y la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, los restos fueron llevados hasta la Catedral de San Juan, donde descansarán en el llamado Altar de la Patria y Vientre Maternal de la Nación Puertorriqueña.

Fue la banda Mita la que se “robó” el aplauso colectivo en la ceremonia que pudo celebrarse después de meses de polémica entre el arzobispo de San Juan, Roberto González Nieves, y el Vaticano, que se había expresado en contra de que se le llamara de esa forma a la capilla ubicada en el lado izquierdo de la catedral y de que los restos de Power y Giralt fueran sepultados allí. El grupo interpretó repetidas veces los temas En Mi Viejo San Juan, Preciosa y Por Amor. 

La procesión culminó con la entrada a la iglesia de las cajas que contenían los restos, que fueron cargadas por personal de Servicios Fúnebres Católicos. La de Power y Giralt, de madera, llevaba sobre ella la bandera de Puerto Rico con el triángulo azul celeste, mientras que la de Arizmendi era roja con los bordes dorados y encima le fue colocada la mitra dorada del obispo.

Durante la homilía, González Nieves destacó el valor del Altar de la Patria como un lugar de “identificación personal y espiritual”.

“Si este Altar de la Patria nos lleva a erigir un Altar de la Patria en nuestros corazones, entonces, toda esta fatiga ha valido la pena”, expresó González Nieves.

El líder religioso recordó cuando Arizmendi, gran defensor de Power y Giralt, en 1809, le dio su anillo episcopal al teniente, para que recordara siempre las necesidades de sus compatriotas cuando se presentara en las Cortes Españolas.

“Fue en esta catedral que se dio ese encuentro hace 204 años… Abogar por los derechos de los compatriotas no es algo político partidista, sino un acto coherente con la fe cristiana”, subrayó monseñor.

“Fue un largo proceso fundacional de maduración de conciencia… Es aquí que nace la palabra compatriota”, agregó al recordar la recomendación que le dio Arizmendi a Power: “mantente fiel a la iglesia”. “Fue un acto de conciencia del Obispo Arizmendi”, reiteró.

Las palabras de González Nieves fueron interrumpidas en numerosas ocasiones por aplausos de feligreses e incluso, de miembros de otras denominaciones religiosas que se dieron cita al acto religioso.

“Descansarán en esta sala capitular, que una vez fue testigo de la fe de ambos”, mencionó González Nieves antes de proceder a sepultar a los próceres.

En la misa estuvieron presentes la primera dama Wilma Pastrana; la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, y su esposo, Alfredo Carrasquillo; el presidente del Senado, Eduardo Bhatia; el exgobernador Rafael Hernández Colón; el exalcalde de la capital Héctor Luis Acevedo; el representante popular Luis Vega Ramos; y el senador popular José Nadal Power, descendiente de Power y Giralt.

También participaron del acto los obispos de Mayagüez, Álvaro Corrada del Río; de Fajardo, Eusebio Ramos Morales; y de Caguas, Rubén González Medina; y otros religiosos que subieron al altar principal con la monoestrellada boricua.

La actividad concluyó con dos cañonazos que marcaron la sepultura en el Altar de la Patria, mientras la banda tocaba La Borinqueña. Al escuchar el himno, un grupo que se encontraba en el centro de la Catedral comenzó a entonar la versión revolucionaria.

La semana pasada, González Nieves anunció que el 18 de mayo, recibió el visto bueno del Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, adscrito al Vaticano, para sepultar los restos de Power y Giralt en la Catedral y mover los de Arizmendi al mismo lugar. 

Los restos mortales de Power y Giralt han permanecido en el Departamento de Estado desde su llegada el pasado 6 de abril, reavivando la controversia entre el Arzobispado de San Juan y la Santa Sede sobre el Altar de la Patria.

Según trascendió en medios noticiosos, el Vaticano ordenó, por lo menos, en dos ocasiones al Arzobispo a que desistiera de bautizar a la capilla con ese nombre. Fue a finales de diciembre pasado que habría recibido el primer llamado de atención por parte del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone.

La controversia por el Altar de la Patria comenzó desde la inauguración del espacio en la catedral en el 2011, cuando a González Nieves le sometieron varias querellas por una presunta “intromisión política”. Una de ellas fue sometida por la entonces senador senadora Melinda Romero, del Partido Nuevo Progresista.

Pero la polémica se agravó, a principios de marzo, cuando el arzobispo Józef Wesolowski, nuncio apostólico en la República Dominicana y delegado apostólico en Puerto Rico, le comunicó a González Nieves que el Vaticano le ordenaba desistir en sus intenciones de usar el lugar para enterrar a Power y Giralt y al obispo Alejo de Arizmendi.

Se dijo incluso, que el Vaticano le había pedido la renuncia a González Nieves, información que negó la semana pasada en una conferencia de prensa en la que habló sobre la actividad celebrada este lunes en la noche.