Una bebita de un año que ingirió un medicamento para el dolor que le habían recetado a su abuelito es una de cuatro víctimas fatales que se han reportado este año entre las estadísticas de casos que atiende el Centro de Control de Envenenamiento (CCE), en Puerto Rico, donde cada día se auxilia a un promedio de 10 personas que resultan intoxicadas al estar expuestas a diversas sustancias, que van desde medicamentos hasta plaguicidas, detergentes o plantas, entre otras.

Hasta el mes pasado, el CCE había recibido 2,162 llamadas para brindar ayuda a personas que tuvieron contacto con sustancias tóxicas. De ese total, 913 (42%) fueron relacionadas a niños, adolescentes o jóvenes menores de 21 años.

Las intoxicaciones pueden suceder cuando las personas ingieren, se inyectan, inhalan o, incluso, tocan alguna sustancia tóxica.

“La mayoría de estos casos son accidentales. En el caso de los niños, adolescentes y jóvenes lo más que vemos son intoxicaciones con analgésicos, detergentes y plaguicidas. Mientras que, en los adultos, vemos más incidentes relacionados a los fármacos sedativos hipnóticos que se usan para la ansiedad o depresión, entiéndase medicamentos como Xanax o Valium. Usualmente, se trata de pacientes a los que les recetaron esos medicamentos para tratar una depresión o ansiedad y se toman pastillas de más”, explicó a Primera Hora el Dr. Andrés Britt Larregui, director del CCE.

Agregó que, en el 2022, los sedativos ocuparon el primer lugar de incidencias con 459 casos atendidos. En total, el centro auxilió a 3,788 personas, lo que implica un promedio de 10 casos mínimos diarios.

“En el caso de los menores, lo más que vemos son intoxicaciones con analgésicos, que son los que están más disponibles en los hogares. Aquí lo que tenemos son padres que les dan dosis de más a los hijos o, incluso, ellos mismos los ingieren porque los dejan a su alcance. Las intoxicaciones más comunes se dan con acetaminofén o ibuprofeno. Tenemos también casos de abuelitos que se encuentran con la situación de que el menor ingirió la medicina y nos llaman al centro preocupados. En estos casos, el pronóstico es bueno porque rápido hacemos el cálculo de cuánto fue que pudo haber ingerido y manejamos la situación. El asunto se nos complica cuando hay casos como el de una menor de un año que tuvo acceso a una Toradol, un medicamento que se utiliza para el dolor. En ese caso, lamentablemente, la bebé falleció”, indicó el también toxicólogo y médico de emergencias.


En términos generales, además de medicamentos, los percances ocurren por la ingesta de detergentes y plaguicidas.
En términos generales, además de medicamentos, los percances ocurren por la ingesta de detergentes y plaguicidas. (Shutterstock)

Britt Larregui hizo referencia a la menor de Isabela que, según trascendió en los medios, una vez ingirió el medicamento fue llevada al hospital por familiares, pero el cuadro clínico se complicó y murió.

“La mamá se encontraba cuidando a su papá (abuelo de la menor) por una operación previa, la menor se trepó sobre una silla y consumió el medicamento”, explicó la Policía de Puerto Rico a El Nuevo Día, respecto a los hechos ocurridos el pasado mes de abril.

En total, en lo que va de 2023 se han reportado cuatro fallecimientos por envenenamiento, una cifra que el año pasado alcanzó los ocho casos.

“Ocurrió este caso, pero la gran mayoría que tenemos en menores son con analgésicos y los nenes se recuperan”, aseveró Britt Larregui al explicar que en este tipo de escenario se les orienta a los padres qué hacer paso a paso. Posteriormente, si es requerido, se refiere el caso para que sea atendido en un hospital.

“Un año hice una gráfica de intoxicaciones por edades y el pico de incidentes ocurre en lo que llaman los ‘terribles dos’. Es que a esas edades los niños exploran su ambiente, rebuscan y esa curiosidad a veces los puede poner en peligro”, comentó el médico.

En términos generales, además de los sedativos hipnóticos y analgésicos, los percances ocurren por la ingesta de medicamentos cardiovasculares, detergentes, antidepresivos, antihistamínicos y plaguicidas.

“En los antihistamínicos vemos muchos casos de intoxicación con Benadryl, Zyrtec o Pepcid. Si vamos a los plaguicidas, entonces tenemos la citronella y los productos que se usan para matar insectos, hierbas o plagas”, determinó el portavoz del CCE al añadir que también se han dado situaciones de intoxicación con cannabis medicinal, particularmente, en menores.

Los intentos suicidas

Aunque la mayoría de los casos son accidentales -como fue el de la bebé que falleció en el oeste- hay otros clasificados como “intentos suicidas”.

Según Britt Larregui, de las 2,162 llamadas atendidas este año en el CCE, hay 436 que se registraron como intentos suicidas. Los datos señalan que de los incidentes con menores (913) hay 135 bajo esta clasificación, lo que representa el 15% del total de casos.

“Hay 132 casos que se reportaron entre adolescentes de 12 a 21 años, pero tenemos tres casos en niños entre 7 a 11 años. Eso es algo que siempre preocupa”, expresó Britt Larregui al explicar que, por lo general, estos sucesos llegan a través de consultas que se hacen desde los hospitales.

“Los médicos nos consultan para saber qué hacer. En caso de que nos llamen desde los hogares, nos aseguramos que ese paciente llegue inmediatamente a un hospital, aun cuando entendamos que la intoxicación no debe causar problemas mayores”, sostuvo el experto, quien labora en el CCE desde el 1997.

Medidas de prevención

La primera medida de prevención para evitar intoxicaciones es mantener las sustancias fuera del alcance de los niños, especialmente, los medicamentos, los productos de limpieza o líquidos como gasolina.

“Otra cosa importante, y lo menciono porque hemos tenido una rachita de casos, es que ponen las sustancias en envases que no son los originales y no los rotulan. Y eso es de suma importancia. Por ejemplo, no pueden poner gasolina en un envase de refresco. No pongan plaguicida en un envase de jugo. Estas son prácticas que traen confusión, especialmente en los niños. Y si lo hace, coja una cinta adhesiva y escriba claro que es peligroso”, aconsejó.

Otro asunto es no referirse a los medicamentos como dulces.

“Algo que hemos visto es que muchas de las intoxicaciones ocurren a horas que los nenes tiene hambre y las pastillas las pueden confundir con dulces. Si usted les dice a los nenes: ‘tómate esto, que es como un dulce’, ellos lo verán literalmente así”, manifestó Britt Larregui.

Mencionó también el riesgo que asumen algunos padres o abuelos al dejar potes de medicamentos semiabiertos, aun cuando son diseñados para ser resistentes a niños.

“Sé que es difícil, porque lo hacen por conveniencia, pero es un peligro. Al igual que es un riesgo ponerlos en cajitas de colores, porque esos empaques son llamativos para los niños y son fáciles de abrir. Si lo hace, hay que tener vigilancia”, recomendó.

En cuanto a las plantas, sugirió rotularlas. “Saber qué tipo de planta tienen en su casa nos ayuda a conocer el plan de acción en caso de que, por ejemplo, un menor la mastique”, explicó.

“Otras situaciones frecuentes que podemos resolver en el hogar, sin necesidad de referir al hospital, pero que provoca que muchos padres y madres se asusten son los casos con disecantes, que son las bolitas que vienen en unas bolsitas en las cajas de zapato o carteras. Algunos niños se echan esas bolitas a la boca y, realmente, no es tóxico, pero sí hay riesgo de que se ahoguen”, subrayó.

“Lo más importante también es que se aprendan el número de teléfono del CCE, que es el 1-800-222-1222 y que sepan que es atendido 24 horas, los siete días de la semana, por profesionales de enfermería y médicos especialistas en información de envenenamiento. Son personas totalmente capacitadas en este tema”, dijo el médico.