Las preocupaciones financieras están teniendo un impacto cada vez mayor en la salud emocional y la calidad de vida de la gente, algo que, en el caso de Puerto Rico, suele multiplicarse cuando se suman elementos tales como los altos costos de importación y electricidad, y mayores niveles de pobreza.

Y la combinación de todo eso suele afectar de manera todavía más desproporcionada a las personas de edad avanzada, un segmento cada vez más grande de la población de la Isla, que a su vez está impactado por otras situaciones que abonan a sus dificultades financieras, y el consecuente estrés que eso conlleva, expresó José Acarón, director estatal de AARP Puerto Rico.

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Sus comentarios surgieron en respuesta a las cifras de un reciente sondeo desarrollado por el portal Debt.com, que indica un creciente impacto de las preocupaciones financiera en la salud emocional de las personas en los Estados Unidos.

En dicho sondeo, publicado en mayo -lo que coincidió con el Mes de Concienciación sobre la Salud Mental- el 66%, o dos de cada tres de los entrevistados a través de los Estados Unidos, dijo estar sintiendo un impacto negativo no solo en su diario vivir sino también en su salud emocional por la subida de precios en un sinnúmero de artículos, incluyendo productos esenciales, un fenómeno en parte asociado a los aranceles que impulsa el presidente Donald Trump y la guerra comercial que ha desatado con otras naciones.

José Acarón Rodríguez, director de AARP en Puerto Rico
José Acarón Rodríguez, director de AARP en Puerto Rico (David Villafañe Ramos)

Las personas afectadas por esa presión financiera dijeron sentir estrés (75%), ansiedad (74%), tristeza (38%), desesperanza (33%), que se afecta su atención en el trabajo (23%), que no pueden dormir bien (17%), y que no les alcanza para comer (7%).

Si bien la inflación y el alza de precios a consecuencia de los aranceles encabezaron la lista, no son los únicos asuntos que de desatan preocupaciones financieras en la gente.

Según el sondeo de Debt.com, otro tema que lastra la salud mental de muchas personas es el endeudamiento por préstamos estudiantiles, más ahora que el Departamento de Educación federal anunció que comenzaría a cobrar los préstamos morosos, luego de una pausa de cinco años.

Por otro lado, el estrés asociado al uso de las tarjetas de crédito también se ha disparado, prácticamente duplicándose en los pasados cuatro años, y llegando a su punto máximo desde que se comenzó a monitorear.

De acuerdo con el sondeo, 43% dijo sentirse presionado por el uso de las tarjetas de crédito. Pero más preocupante todavía es el aumento desproporcionado, con respecto a lo que se reflejaba hace apenas tres años, entre quienes dijeron sentir desesperanza (22%), tristeza (22%) y que están perdiendo el sueño (13%).

El sondeo recogió la opinión de 1,000 estadounidenses de más de 18 años a través de los 50 estados y el Distrito de Columbia, en busca de conocer el impacto de las preocupaciones financieras en su salud emocional.

Y aunque ese sondeo no recoge datos de personas en Puerto Rico, Acarón comentó que se sabe que el impacto en la Isla suele ser similar o incluso peor.

“Definitivamente, son números importantes y determinantes en la calidad de vida y la salud mental de la gente. Y aquí en Puerto Rico podemos añadirle varios niveles más a lo que se siente en Estados Unidos, porque aquí tenemos, prácticamente, los mismos costos de allá. La inflación, y el asunto de la electricidad, y otros, hace que sea peor aquí en Puerto Rico la parte de la inestabilidad financiera”, comentó Acarón.

“Además de eso, aquí tenemos niveles más altos de pobreza y más cantidad de gente que solamente recibe el Seguro Social. O sea que cualquier impacto de inflación de los precios va a golpear más dramáticamente la calidad de vida de la población”, agregó el directivo de AARP, organización sin fines de lucro que se dedica a velar por el bienestar general de las personas de 50 años o más.

“Si a esto además le añadimos las conversaciones que hay de posibles cortes a Medicaid, a Medicare, y posibles cambios al Seguro Social, que son determinantes… oye, estamos hablando que en la Reforma (Vital) nada más, hay sobre 1.2 millones de beneficiarios, que dependen su salud y sus servicios del gobierno. Así que si tú añades todo esto que se está cultivando en este momento y la conversación que hay ahora, los niveles de estrés son todavía más altos”, añadió.

Recordó que “el estrés te lleva a depresión. La depresión te lleva también al desarrollo de condiciones neurocognitivas y hasta físicas, deterioro cognitivo y físico de la salud. Y eso todo te lleva a una expectativa de vida más corta”.

“Así que esto tiene un impacto directo en calidad de vida, en salud y expectativa de vida en la población”, insistió Acarón.

“La parte que estamos hablando, esto de la inflación, tiene efectos: uno, la ansiedad y el estrés, y ya hemos estado hablando de cómo la gente aquí en Puerto Rico tiene que decidir entre comprar alimentos, pagar la luz o comprar sus medicamentos. Ya la gente está decidiendo eso aquí, y si le subes esto, peor todavía”, comentó.

“Eso te lleva a depresión y a baja autoestima. Eso tiene un impacto importante también en la parte de las relaciones de parejas y las relaciones familiares. Estamos hablando de que cada vez estamos viendo como aumenta el maltrato financiero de la familia contra la población mayor”, agregó.

“Si a eso le añades que una persona que se siente así comprimida y restringida económicamente, lo que tiende es que esté en aislamiento social y que no salga por no gastar. Y eso tiene otras implicaciones de salud”, sostuvo.

Acarón afirmó que es bien importante que este asunto se vea en todo su conjunto, porque “nada está separado, somos un todo. Y la relación entre la parte financiera tiene un impacto completo en todos los aspectos del ser humano, especialmente la población mayor que tiene ingresos fijos, y que se siente inseguro que no tiene tampoco (esos ingresos)”.

Y a eso le añades que la población mayor está sola, porque los hijos y las redes de apoyo se han ido para Estados Unidos. O sea que estamos hablando que no tienen el apoyo de nadie, están solos. Y tras de eso tienen que apoyar económicamente a sus hijos y sus nietos con lo poco que les queda”, insistió.

“Mira, la cosa de los carros del nieto. Estamos hablando, en estudios que nosotros hemos hecho aquí, el 67% de la gente mayor apoya económicamente a un hijo o un nieto, con lo poco que le queda. Tiene esa carga adicional. Para una persona mayor lo más importante es el legado y su familia, y van a dejar ellos de comer por darle a sus hijos o a sus nietos para que tengan estabilidad. Es una cadena”.

Mano amiga

Pese al panorama sombrío, Acarón afirmó que hay personas y organizaciones que ofrecen ayuda para las personas agobiadas por los problemas económicos y de salud mental, y exhortó a todo aquel que atraviesa tales dificultades a procurar ayuda.

“Hay una organización que se llama Consumer Credit Counseling que pueden ayudarle a hacer un balance de sus cuentas, y ver su situación económica financiera para buscar soluciones, y hacer un análisis de los costos que tiene, los ingresos que tiene, y hacer unas decisiones de dónde puede cortar o no, que muchas veces es bien difícil que la gente lo vea. Yo diría que eso es número uno. Lo pueden buscar, Consumer Credit Counseling, su website es consumerpr.org. O pueden buscar cualquier proyecto que tengan así (similar)”, indicó.

Igualmente, si se sienten estresados, busquen ayuda profesional”, agregó.

“Ya estamos hablando que, si usted está en una posición que está sintiendo el estrés de la inflación y la parte económica, tiene dos cosas que tiene que hacer: número uno, buscar a alguien que le pueda a aconsejarle financieramente qué hacer con sus ingresos y sus gastos; y número dos, ir a un profesional de la salud mental, para poder entonces bajar y saber cómo reducir esos niveles de estrés y que no se le impacte su vida total”, exhortó el líder de AARP.