Preocupados en Ponce ante nuevos temblores
Los remezones del día de Nochebuena también sacudieron la esperanza de los jugueteros, que, tras un año de pérdidas por los sismos y la pandemia, pensaron que esta vez sería diferente.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Nancy Vega se despierta todos los días a las 4:00 de la madrugada pues aún está aterrada con el terremoto del 7 de enero, y desde entonces, no ha logrado descansar ante la incertidumbre de que pueda ocurrir un sismo mayor.
Pero hoy, el miedo se apoderó nuevamente de esta ponceña retirada cuando cercano al mediodía, dos remezones de magnitudes 4.8 y 4.69, respectivamente, le hicieron revivir uno de sus más grandes temores.
“Horrible… sentí dos. En el primero, yo estaba fregando y cuando escuché el ruido que subí la vista, un adorno que tenía en el ‘family room’, lo vi bailando de lado a lado. Y el segundo ya estaba en el ‘family’ y se sintió igual de fuerte. En ese momento y siempre me asusto”, confesó mientras caminaba por la Plaza Federico Degetau en el casco urbano.
“Entre todas las situaciones estresantes que hemos pasado en los últimos tiempos, realmente lo más que me estresa son los temblores. No tenemos control. Ahora va a hacer un año que yo despierto todos los días a las 4:00 de la mañana, no importa a la hora que yo me acueste, el trauma del terremoto del Día de Reyes”, admitió al mencionar que desde entonces mantiene preparado su bulto para emergencias.
A pasos de doña Nancy estaba un joven de 17 años vendiendo piraguas.
Se trata de Jangell Feliciano Gutiérrez quien contó que cuando surgieron los nuevos remezones no se percató, pues pensaba que el movimiento del carrito era producto de que estaba raspando el hielo para atender a una cliente.
“En realidad yo estaba trabajando y tenía una clienta… ella lo sintió más que yo. Me di cuenta porque el carrito se empezó a mover, pero como estaba trabajando pues pensaba que era yo, pero en realidad fue ella que me dijo que era un temblor de 4.8”, relató Feliciano, residente en una de las calles aledañas a la zona histórica de Ponce.
“Eso me trajo a la mente enero… ojalá y no pase de nuevo lo mismo, pero tú sabes, las réplicas y todo eso, uno nunca sabe. Creo que se ha calmado, pero poco a poco la gente va acostumbrándose”, agregó.
Los temblores de Nochebuena también sacudieron la esperanza de los jugueteros, que, tras un año de pérdidas por los sismos y la pandemia, pensaron que esta vez sería diferente.
Sin embargo, la tierra despertó temprano.
“Se sintieron dos temblores bastante fuertes… pensé que íbamos a volver a vivir lo que vivimos en enero. Yo estaba sentado en el banco hablando y de momento, pues sentimos pánico y la gente comenzó a comentar y como ya usted ve, ya casi no hay nadie. La gente se fue por los temblores… verdaderamente esto está apreta’o”, lamentó Juan Moreu, quien ayuda a sus padres en la venta de juguetes tradicionales.
“Bien difícil… la economía en Ponce sigue mermando cada año más y la economía no está como antes con la pandemia y los temblores”, manifestó.
Otra de las vendedoras de juguetes que llegó desde Coamo también sintió los remezones, pero confiaba que la situación cambiara para bien.
“Se sintió fuertecito… ya desde el año anterior hemos vivido lo mismo para estas mismas fechas. Se comenzaron a sentir así. Esto a afectado las estructuras, los comercios, regresar a trabajar a Ponce me percato que muchos comercios ya no existen y es bien difícil para los padres de familia”, dijo.
“Hay que esperar, esto aquí es una sorpresa, es impredecible y confiamos en que cuando cierren los comercios, la gente llegue a buscar los juguetes. No le cojan miedo a los temblores porque prácticamente ya estamos poco a poco acostumbrándonos”, añadió.
Por su parte, Miriam Vera Morales y su hija Leylie Rivera, trataban de despejar la mente con un paseo por la Plaza Las Delicias.
“Nosotras estábamos comiendo en Juana Díaz y me quedé callaita para que ella no se alterara. Uno empieza otra vez con la inquietud esa de la intranquilidad de los temblores, pero ¿qué vamos a hacer? ¿Qué más nos va a tocar? Esperemos que no sea de mayor capacidad, que esto se acabe porque entre todas estas situaciones que están pasando no sabemos qué va a pasar”, sostuvo Vera Morales.
“Yo dije ‘ay, mi madre… otra vez’. Se habían calmado, pero ahora han empezado poquito a poco a temblar otra vez. Solamente esperamos que no sea uno mayor que no esa una tragedia, que no le haga daño a nadie, que más nadie pierda sus hogares. Le pedimos a Dios que no pase nada más”, agregó.
Entretanto, Rivera, que está de visita en la Ciudad Señorial ya que vive en el estado de Nueva York, exhortó a la ciudadanía afectada por los terremotos a que no bajen la guardia y se acuerden de las mascotas en caso de que le toque desalojar su vivienda.
“En este momento nos acostamos a dormir y no sabemos cómo vamos a despertar. De momento uno tiene que salir corriendo, que uno tenga las cosas en el carro, que se acuesten con ropa, que tengan el bulto de emergencia cerquita de la puerta, que el carro tenga gasolina… que se preparen por si acaso hay que salir corriendo, y, que se acuerden de las mascotas que no las dejen y velen por ellas”, concluyó.