La  aprobación del reglamento 8766 en Puerto Rico ha activado a los agricultores del país para cultivar en sus fincas las matas que se utilizarán para fabricar las cremas, pastillas o líquidos derivados del cannabis.

En Guánica se están preparando para esos propósitos, indicó el agricultor Louies Meyer, quien ha viajado al estado de Colorado para familiarizarse con el cultivo industrial del producto.

“La aprobación de ese reglamento abre las puertas a la creación de una industria que en estados como California y Colorado son muy productivas, y Puerto Rico no se debe quedar a atrás”, expresó el agricultor que cultiva en su finca de Guánica diversos productos entre los que se encuentran plátanos, berenjenas, y aguacates.  

Meyer está en conversaciones con inversores para lograr $1.5 millón para iniciar la empresa que esperan concretar en un edificio destartalado de Fomento Industrial en Guánica, para habilitarlo de modo que se pueda cultivar la planta bajo techo.

De hecho, la Asociación de Agricultores, que cuenta con una matrícula de 2,000 asociados, de los cuales unos 100 poseen instalaciones hidropónicas, ha respaldado el reglamento.

Y es que el reglamento 8766 es tan estricto que no todo agricultor podrá cumplir con los mismos ya que antes de dedicarse al cultivo de Cannabis Medicinal, cada propietario o titular de finca con licencia ocupacional, tendrá que obtener una certificación del Departamento de Agricultura.

“Es un reglamento bien estricto que requiere que cada propietario tome un curso de práctica agrícola, eso incluye un adiestramiento básico”, indicó Meyer, al precisar que la certificación cubre la humedad y cosecha del Cannabis Medicinal, procedimientos de emergencias, saneamiento y uso de químicos, actividades peligrosas para el cultivo, higiene personal, entre otros aspectos. 

De hecho, cada finca puede ser inspeccionada por la Oficina de Sustancias Controladas y Cannabis Medicinal, así como cualquier otra agencia gubernamental con el fin de confirmar que no haya riesgos para la salud y la seguridad, como el Departamento de Bomberos.

Meyer estima que el desarrollo de esa industria en Puerto Rico requerirá una gran inversión, así como de la participación monetaria de empresarios de Estados Unidos.

De hecho, mencionó que en su viaje a Colorado, pudo conversar con empresarios interesados en invertir en Puerto Rico.

El reglamento dispone además que la Junta de Calidad Ambiental, realice inspecciones a las fincas que cultiven el producto.

“Nadie debe pensar que el cannabis se producirá sin controles ni estará disponible así porque sí. Esta es una operación muy costosa y altamente exigente en términos ambientales y agrícolas”, explicó.

De hecho, el Departamento de Salud podrá requerir a los dueños de las fincas, someterse a una auditoría independiente, tal y como lo dispone el reglamento que surge de una Orden Ejecutiva del gobernador Alejandro García Padilla.

Meyer está convencido de que el nuevo gobierno que encabezará el gobernador electo Ricardo Rosselló a partir de enero, no derrogará esa orden hasta que se firme una ley que encause el proyecto y encamine la industria.

Para el profesor Gary Gutiérrez, el reglamento 8766 es tan estricto que al igual que en Estados Unidos, será difícil para pequeños y medianos comerciantes entrar en esa industria.

“Me luce que es una forma de detener un proceso y encarecerlo de tal forma que se favorezca a un tipo de inversor y no al ciudadano común y corriente”, expresó Gutiérrez, quien colabora con el grupo Descriminaliza, que busca que no se criminalice al usuario de marihuana recreativa y que se permita el autocultivo, ya que resultará muy costoso adquirir los productos derivados.