Es imposible confeccionar cualquier plato de nuestra gastronomía típica sin la cosecha de nuestra tierra. Desde los plátanos- producto estrella del mofongo- hasta los ajíes, la agricultura es una industria arraigada a nuestra cultura y tradiciones y que, sobre todo, nos da vida y salud.

Pese a esto y de ser una industria que actualmente aporta $1,000 millones a la economía local, es una que ha sufrido una disminución significativa de su fuerza laboral, amenazando su continuidad.

Los datos más recientes del Departamento de Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) reflejaron que 20,000 personas laboraban en este sector laboral para marzo de 2024, cifra que marcó una disminución de 1,000 agricultores para la misma fecha en el 2023. Mientras, las estadísticas del Censo de Agricultura de la agencia federal (USDA, en inglés) apuntan a que, en las últimas dos décadas, hay más de 60% menos fincas dedicadas a la agricultura.

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Reconociendo esta necesidad y con la intención de retener y atraer más personas a que opten a la agricultura como carrera, la empresaria Soemi Morales no se quedó de manos cruzadas. A través de Morsom Group, compañía que preside que se dedica a dar apoyo a empresarios agrícolas, se unió a Caribbean University para ofrecer programas de formación que aborden aspectos administrativos con relación al sector y, así, fortalecer a los agroempresarios a enfrentar retos de la industria.

El 90% de las causas por lo que (los agricultores) han salido de la Isla o por lo que han dejado la agricultura está directamente relacionado a la parte administrativa, a la forma que se administra la finca y a eso le añadimos los desastres naturales”, destacó Morales desde el recinto bayamonés de la universidad y momentos antes de firmar el acuerdo.

A raíz de esta colaboración, la institución universitaria ofrecerá a partir de este verano en el recinto de Vega Baja un grado asociado en agrofinanzas y técnicas de producción agrícola, así como cursos sobre el valor agregado de productos agrícolas, uso y manejo de plantas medicinales, agricultura orgánica, agricultura sustentable, agricultura de precisión y desarrollo e implementación del Plan FSMA (Plan de Inocuidad).

De izquierda a derecha: la presidenta de Caribbean University, Ana Cucurella, y la presidenta de Morsom Group, Soemi Morales.
De izquierda a derecha: la presidenta de Caribbean University, Ana Cucurella, y la presidenta de Morsom Group, Soemi Morales. (Suministrada)

“Cada uno de estos agricultores se sentó en un momento en nuestro escritorio y nos dejó saber cuáles eran sus necesidades. Así que, consciente de cuáles eran las necesidades de los agricultores, tocamos la puerta de Caribbean University para ofrecer aquellos cursos que ellos realmente necesitaban”, dijo la también contadora y auditora forense internacional y cuya empresa ha ayudado a sobre 600 agricultores a recibir sobre $35 millones en ayuda federal.

“Queremos ser esa opción para los agricultores se puedan orientar en la parte administrativa y dejar de ver al agricultor en la parte romántica del campo. Que se vean como los empresarios que son, como un motor económico y como parte de la industria”, agregó.

Y no solo fue Morales quien resaltó esta gran necesidad de la orientación administrativa, sino que el agricultor Jesús Ortiz Matos dio validez al reclamo, recontando que en el 2016 su Hacienda Costa Verde en Salinas recibió una gran compensación por exportar melones a Wtr Mln Water en Estados Unidos pero, por no tener actualizada algunos aspectos administrativos, el banco canceló la transferencia, pues confundió el recibimiento monetario como un acto de lavado de dinero.

“Nosotros tuvimos una situación bastante incómoda, ya que nosotros (decíamos) como se trabaja en Puerto Rico, eso es un negocio familiar, no hay que llevar contabilidad, no tengo récord de nada, no tengo registros de nada y fue bastante incómodo lograr que el banco aclarara la situación y nos obsequiaran los fondos”, narró Ortiz Matos, quien es la cuarta generación de su familia que se dedica a la agricultura.

Asimismo, Ortiz Matos recalcó que cursos como estos ayudarían a deshacerse de una vez y por todas del mito de que los agricultores son campesinos sin formación académico.

“El ‘issue’ este de ver la agricultura demonizada, como algo de que trabajamos bajo el sol. No, no, no, no. Estoy hay que cambiar ya la manera de verlo. Somos industria y, en adición de ser industria, damos vida, porque nosotros producimos lo que mantiene vivo a los que se lo comen. Yo creo que es el momento, qué bueno que entró la universidad, pero hay que cambiar esa manera de ver esa agricultura de la manera en que lo vemos. Hay que vernos como empresarios, hay que vernos como industria, hay que vernos como la aportación que le hacemos al país, a la sociedad y hasta al mismo pueblo que estamos ubicados”, reiteró al señalar que “conseguir actualmente en Puerto Rico contables que sean extremadamente preparados en el sector agrícola es imposible” porque “nuestro campo fue olvidado y entonces siempre se ha visto algo como algo familiar”.

Por su parte, la doctora y presidenta de Caribbean University, Ana Cucurella, celebró el hito de la institución, único en este ofrecimiento, subrayando que responderá a “la necesidad urgente de brindar a nuestra comunidad agrícola las herramientas y conocimientos que necesitan para afrontar los desafíos actuales y futuros”.

Mientras, el agricultor barranquiteño, Heriberto De Jesús Ortiz, aseguró a este diario que estos programas los ayudarían a estar mejor preparados a aprovecharse de fondos federales disponibles que proveen alivio a consecuencia de fenómenos naturales, como huracanes o episodios de lluvia que afecten el cultivo, y que usualmente son burocráticos.

“Estamos conscientes de que ayudar a brindar estrategias prácticas que ayuden a que estos agricultores puedan ampliar sus oportunidades y fortalecer la parte administrativa de sus fincas, porque ellos son geniales haciendo lo que hacen, trabajando la tierra, buscando oportunidades para llevar comida a la mesa de todos los puertorriqueños. Son los mejores. Los míos. Yo voy a ellos. Pero, esa parte administrativa, que es la que necesita reforzarse, estamos seguras de que con este acuerdo colaborativo…van a poder tener las herramientas para duplicar y triplicar lo que producen hoy día”, comentó Morales.