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Las malas costumbres de algunos han provocado acciones en las tiendas que hace un par de años nos parecerían irreales.

Cada vez son más los artículos que se conservan bajo llave para evitar el robo de estos.

Lo que en un principio se reservaba para licores y cigarrillos se ha extendido a navajas, desodorantes, condones y, más reciente, al café. Pronto podríamos ver hasta a la pasta de dientes tras una puerta de plástico.

“Hace años, por lo mucho que se estaban perdiendo, porque no decimos robados, sino perdidos, colocamos los licores caros y los cigarrillos bajo llave”, explicó a este diario Bruni Torres, gerente de Asuntos Corporativos de Walmart, Amigo y Sam’s Club.

“El café se lo roban como pan caliente y hay desodorantes que son pequeñitos y se los llevan”, añadió Torres sobre los productos que se han ido incluyendo en la lista de los preferidos de los pillos.

“Cada vez se han ido añadiendo artículos a medida de que comienzan a tener un atractivo. No te puedo decir cuánto dinero es la pérdida, pero te puedes imaginar por el hecho de tener que encerrarlos, que sabemos que es más difícil para el cliente”, expresó.

En áreas donde hay muchos productos pequeños, como en la zona de cosméticos, se opta por colocar una caja registradora con un empleado para controlar las pérdidas.

El problema con el café y los productos robados, según Julio Batiz, gerente de auditoría y control de pérdida de SuperMax, es la facilidad de reventa en la calle.

“Se llevan cinco o cuatro paquetes en las canastas de compra. Ellos no están buscando para consumo, es para revenderlos. Van a un puesto de gasolina o a un colmadito pequeño, y un paquetito que está como a cuatro pesos los venden a dos”, detalló Batiz.

Gilberto Arvelo, conocido como “Dr. Shoper”, opinó, por su parte, que la crisis económica y los pillos nos están llevando atrás en el tiempo, a cuando el comerciante vendía los productos detrás de un mostrador y el cliente tenía que pedir sin tocarlos.

“Al final, nos afectamos los consumidores, porque el comerciante pasa el precio de lo robado al cliente”, sentenció Arvelo.

Encerrados

Las góndolas con candados en los supermercado van en aumento debido a los  productos que los pillos encuentran fáciles de robar y revender en la calle.   

Licores caros: Fue el primer producto que se tuvo que controlar, por las pérdidas que provocaban los ladrones.

Cigarrillos: Muchas tiendas optaron por encerrarlos bajo llave o colocarlos en la caja registradora.

Café: Las pérdidas monetarias se volvieron sustanciosas, por lo que fue necesario encerrarlo. 

Navajas: Principalmente los cartuchos de reemplazo comenzaron a desparecer por montones.

Perfumes: En el departamento de cosméticos se colocó una caja registradora para controlar los robos. 

Medicamentos: Debido a lo pequeño de los frascos, fue necesario controlarlos en muchos de los supermercados.

Fórmulas de bebé: Aunque no se ha investigado, se cree que muchas son robadas para mezclarlas con drogas, por su consistencia.

Desodorantes: También los de tamaño pequeño y de fácil escondite obligaron que se guardaran bajo llave. 

Condones: En algunas tiendas han encerrado los profilácticos y lubricantes. 

Baterías: La mayoría de los negocios ha optado por colocarlas detrás de las cajas registradoras.