Procurador del Ciudadano también le echa el ojo a los hidrantes dañados
La Oficina busca establecer un plan uniforme para atender el problema de manera consistente.

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Tan reciente como hace tres semanas, la Oficina del Procurador del Ciudadano (Ombudsman) de Puerto Rico se reunió con varias agencias para encaminar una investigación en torno al estado de miles de hidrantes (bocas o bombas) de incendio en los cascos urbanos de los 78 municipios de la Isla.
Este esfuerzo tiene el fin de diseñar un plan de acción para reparar y reemplazar aquellos que no estén funcionando, atender situaciones con hidrantes que hayan quedado inoperantes por construcciones no autorizadas alrededor de estos e incluso en algunos casos, la posible eliminación de aquellos en estado de obsolescencia.
Tras la publicación esta semana de un reportaje en Primera Hora, en el que se informaba que más de 8,000 bombas contra incendios necesitan atención, el procurador del ciudadano, Edwin García Feliciano, explicó en que convocó al Departamento de Seguridad Pública (DSP), al Negociado del Cuerpo de Bomberos y a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) para que le ayudaran en la gestión.
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El ombudsman indicó que, al conocer la precariedad de los hidrantes, comenzó un tímido esfuerzo hace años, delegando a una sola investigadora para verificar las estructuras localizadas en los cascos urbanos de los municipios.
Dada la magnitud del trabajo, recabó la ayuda de las demás agencias.
“Cuando vemos que hay hidrantes que requieren reparación, que no están en condición, que no están a la altura. Que se les construyó una verja alrededor o que se construyó algún tipo de edificación que obstruye que se pueda usar el hidrante, ciertamente esto nos lleva a reunir el componente para poder cubrir la totalidad de los hidrantes”, relató García Feliciano.
Añadió que el propósito de involucrar todas estas agencias es evitar la multiplicidad de esfuerzos y que, de vez, todas tengan acceso a la misma información de primera mano, de manera que cada una pueda tomar las acciones o ajustes necesarios respecto a los hidrantes, de acuerdo a su responsabilidad.
El descargue de esa responsabilidad puede ir desde asuntos tan simples como actualizar la información sobre el estado del hidrante en un listado para que cuando personal de Bomberos, por ejemplo, salga a atender un incendio, sepan si un hidrante está funcionando o no, hasta acciones mayores como el que una de las agencias tenga que acudir a un Tribunal para que se remuevan estructuras que obstruyen el poder utilizar el hidrante.
Hasta mayo pasado, alrededor de la Isla había unas 32,246 bombas de agua de las que 2,164 estaban completamente inservibles y otras 6,000 necesitan algún tipo de reparación. La información había sido confirmada a Primera Hora por Luis Ortiz, vicepresidente de operaciones de la AAA.
García Feliciano manifestó que “hace, aproximadamente, tres semanas tuvimos una reunión con ese personal, donde básicamente se estableció un itinerario de trabajo que ya está en cumplimiento, donde estamos visitando inicialmente los centros urbanos. No estamos visitando la totalidad del municipio, solo los centros urbanos y donde hay representantes nuestros, de la AAA, de Bomberos de Puerto Rico y del DSP, de manera que se visite cada uno de esos hidrantes para ver la condición de los mismos, e identificar qué se requiere mejorar de cada uno de ellos. Si el hidrante está en las condiciones adecuadas, perfecto. Pero ciertamente eso implica también que el hidrante se va a abrir en ese momento. Se va a ver si funciona, si no funciona, si tiene alguna pieza dañada, a quien le va a corresponder el reemplazo de la pieza, que usualmente es la AAA porque básicamente lo que hace Bomberos es conectarse al hidrante”.
El licenciado indicó que al esfuerzo también se incorpora personal de la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias del municipio en el que se realiza la inspección.
De ser necesario, no descartan acudir a la Junta de Supervisión Fiscal para que asigne fondos para la reparación o reemplazo de hidrantes y en aquellos casos que lo amerite, el reemplazo de tuberías o incluso equipo de suministro como bombas de agua que alimenten los mismos.
El reemplazo de un hidrante puede ascender a $10,000, dinero que está incluido en el presupuesto de la AAA.
García Feliciano explicó que el esfuerzo surgió por iniciativa de su oficina, pero dado a la gran cantidad de hidrantes que existen en la Isla -y a la limitada cantidad de recursos con los que cuenta, que apenas le permitió inspeccionar unos 400 en un periodo de casi tres años- se amplió el grupo de trabajo con las otras dependencias.
Actualmente, aseguró, se han revisado unos 10 mil hidrantes, pero no hay información de cuándo se realizaron esas inspecciones.
El funcionario indicó que, aunque el Ombudsman no tiene facultad para emitir multas a agencias del gobierno o entes privados, no descarta generar informes con recomendaciones para atender problemáticas y/o hallazgos de la investigación que no puedan ser resueltos o superados bajo el estado de derecho actual.