Cayey.- La Universidad de Puerto Rico en Cayey destaca como un epicentro de la innovación académica por medio de investigaciones interdisciplinarias y multisectoriales que abarcan desde las ciencias naturales hasta las ciencias sociales.

Son investigaciones que, en muchos casos, juegan un papel vital en la promoción de una sociedad más justa y solidaria, destacando el impacto positivo de fortalecer los lazos comunitarios y el bienestar colectivo, cónsono a la misión, visión, metas y objetivos de la UPR en Cayey.

Es el caso de los estudios que llevan a cabo la psicóloga social Mariluz Franco Ortiz y la doctora en antropología cultural Isar Pilar Godreau Santiago, académicas que desde 2002 laboran en promover una educación antirracista y que trabajaron la investigación “Visualizando la afro-dignidad: negritud y afro-descendencia en los libros de texto de estudios sociales”.

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Desde el Instituto de Investigación Interdisciplinaria del recinto, el proyecto de Franco Ortiz y Godreau Santiago busca adelantar la equidad racial en la educación pública a nivel elemental, evaluando los libros de texto de Estudios Sociales distribuidos por Departamento de Educación de las siguientes editoriales: Santillana, SM, Publicaciones Educativas y Panamericana.

“Detectamos que hay que trabajar con mitos acerca de África y hay que desmontar esa narrativa acerca de nuestros ancestros y ancestras para entender por qué y cómo se da el racismo hoy día”, puntualizó Franco Ortiz en entrevista con Primera Hora.

Franco Ortiz destacó que el proyecto pretende desarollar una guía antirracista para las casas publicadoras de estos textos.

La psicóloga explicó qué la revisión ocurre solo para el material de cuarto grado debido a que es durante este nivel escolar cuando los estudiantes aprenden por primera vez sobre la colonización y la esclavitud.

“Se presenta la parte más folclórica: se pone énfasis en la (música) bomba, que sí tiene raíces africanas, pero ellos no llegaron bailando, sino que fue parte de lo que surgió aquí”, aseveró la catedrática. “La esclavitud (es) justificada o inevitable cuando se habla de que ‘necesitaban manos para trabajar’ o de que hubo una ‘llegada masiva de africanos”.

Entre los hallazgos de la investigación de las profesoras destaca cómo los libros de texto escolares perpetúan una perspectiva eurocentrista, simplista y distorsionada de la historia, minimizando la importancia y la complejidad de África y la experiencia de las personas esclavizadas. Igualmente, resaltaron el enfoque limitado en el espacio dedicado al continente, la glorificación de los colonizadores, la deshumanización de las personas esclavizadas y el uso de un lenguaje que elude la responsabilidad de la violencia esclavista.

La investigación enfatiza la propuesta visual, la cual en los textos evaluados contribuye a la distorsión racial, enfocándose en imágenes que deshumanizan a las personas esclavizadas y omiten representaciones de resistencia o la vida cotidiana de los afrodescendientes libres.

Para Franco Ortiz y Godreau Santiago muchos de estos libros de texto perpetúan estereotipos y evitan un entendimiento profundo del impacto duradero de la esclavitud en la sociedad actual.

El presente de la salud en Puerto Rico

Por su parte, la doctora en lingüística, Patria López de Victoria, ha dedicado los últimos cinco años a investigar el acceso a la salud y atención médica en la adultos mayores en áreas rurales de Puerto Rico, particularmente en los municipios de Cayey, Cidra, Comerío y Aibonito, enfocándose en cómo estos pacientes y sus cuidadores buscan y reciben ayuda médica. Su investigación se dirige a los pacientes diagnosticados con demencia.

Su trabajo resalta los desafíos que enfrentan estas personas, exacerbados por desastres naturales y la crisis fiscal. Entre los retos se encuentran la escasez de personal médico, las largas horas de espera para recibir servicios y las deficiencias en la infraestructura de salud pública, un fenómeno agravado por la emigración de profesionales de la salud.

“Las familias necesitan un diagnóstico para poder recibir medicamentos, incluso para (...) solicitar servicios municipales para lo que es apoyo, cuidado y si no tienen un diagnóstico, no pueden recibir ese apoyo, ayuda que necesitan en la inmediatez”, contextualizó.

Esta falta de acceso no solo afecta la salud del paciente, sino que también impacta a toda la familia y a los cuidadores, quienes a menudo terminan en peores condiciones de salud que los propios pacientes.

Las entrevistas con proveedores de salud como parte de la investigación académica revelan que uno de los principales problemas radica en los planes médicos, que limitan el número de proveedores por área y restringen las decisiones que pueden tomar para los pacientes. Esto dificulta aún más la prestación de servicios adecuados, especialmente en áreas con una alta densidad de población.

Además, los proveedores también se enfrentan a cuestionamientos sobre sus diagnósticos y tratamientos, así como a la presión de los planes médicos para ofrecer servicios no esenciales, lo que limita el acceso a servicios médicos necesarios para una mejor calidad de vida.

“Una de las cosas que he escuchado más frecuente es que se le cuestiona el diagnóstico, se le cuestiona cosas sencillas como lo que ellos piensan que debe ser la ruta para dar esos servicios o el diagnóstico o la medicina que se le puede dar al paciente”, destacó López de Victoria.

Por otro lado, la investigación identificó las redes sociales como una estrategia para sobrellevar el cuidado de pacientes de demencia a través de recursos digitales accesibles como infografías y grupos de apoyo en línea, mitigando la sobrecarga emocional y física de los cuidadores.

“Los espacios que son las redes sociales canalizan las ayudas que hay de diferentes agencias, incluso de las mismas asociaciones que hay en Estados Unidos o en Latinoamérica que trabajan con pacientes que han sido diagnosticados es sumamente importante”, concluyó la profesora.