Pronostican de seis a nueve huracanes

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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La temporada llega con las primarias.
Este domingo, además de celebrarse la primaria presidencial demócrata en la Isla, comienza la temporada de huracanes 2008 que se extiende hasta el 30 de noviembre.
Y, a pesar de que los meses de mayor actividad atmosférica son entre julio y octubre, el Servicio Nacional de Meteorología (SNM) recordó que es tiempo de preparación ante la eventualidad de que pueda llegar un sistema ciclónico a nuestra zona.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) pronosticó que se desarrollarán entre 12 y 16 tormentas, de las cuales entre seis y nueve se convertirán en huracanes, y de ésos, entre dos y cinco serán intensos (de categoría tres o más).
El llamado “gurú” de los huracanes, William M. Gray, de la Universidad de Colorado, emitió como cada año sus propias predicciones junto con otro experto, Philip J. Klotzbach, pero que no son muy distintas a las del NHC.
Estimó que se formarán entre 13 y 15 tormentas, con siete u ocho huracanes, de los cuales entre tres y cuatro tendrán vientos sostenidos de más de 111 millas por hora.
Siempre hay peligro
El subdirector del SNM, Rafael Mojica, recalcó que, aunque los últimos dos años se han formado menos tormentas que en otras temporadas, se desarrollaron huracanes categoría cinco (con vientos de 156 millas o más). Por lo tanto, “no se puede subestimar ninguna temporada”.
“Sea una temporada activa o no, no hay manera de predecir si va a venir un huracán a la Isla, su intensidad, ni si será en agosto o septiembre. De julio en adelante el riesgo para la Isla aumenta significativamente”, advirtió Mojica.
La actividad ciclónica se rige por un fenómeno multi décadas que comenzó en el 1995, que mantiene la temperatura caliente en el Atlántico, lo que propicia la formación de sistemas atmosféricos. Esto dura entre 20 y 30 años, según Mojica. También influyen los efectos de La Niña, que ayuda a que la temporada sea más activa que el promedio.
A pesar de que Puerto Rico no ha sentido el azote directo de un huracán desde Georges en 1998, sí ha habido sistemas que han pasado cerca y han causado estragos, por lo que siempre se debe estar preparado.
“El problema serio en Puerto Rico son las inundaciones. Ciertamente, un huracán trae viento también, por lo que es un problema compuesto”, explicó Mojica, quien puso como ejemplo las inundaciones en zonas costeras que se registraron en Semana Santa por marejadas ciclónicas que se desarrollaron a causa de un sistema a más de mil millas al norte de Puerto Rico.
Destacó que la Isla ha “visto y experimentado algo”, pero desde principios del siglo pasado, con San Felipe y San Ciprián, no se siente un huracán categoría tres o más.
“Un huracán intenso siempre tiene consecuencias desastrosas, tanto por los proyectiles que impulsa el viento, los daños estructurales, las marejadas ciclónicas y las inundaciones... Demuestra la vulnerabilidad de la Isla y su población”, señaló Mojica.
“Uno ve huracanes categoría cinco en otros países y se pregunta qué pasaría aquí. Ciertamente, el impacto sería significativo... El daño sería mucho mayor que lo que hemos visto en el pasado con Georges o Hugo...”, agregó el meteorólogo.
Hay que prepararse
Por lo tanto, el llamado a la ciudadanía y a las agencias gubernamentales es a estar preparados para cualquier situación que pueda surgir.
“Sé que prepararnos cuesta dinero y trabajo, de ir a la tienda, gastar los chavitos. Pero si no lo haces, después sufres daños y va a ser más costoso no prepararnos”, indicó Mojica.
La temporada huracanada 2007 comenzó con una tormenta subtropical un mes antes del inicio oficial. La tormenta Andrea se desarrolló en mayo, cuando la época de huracanes comienza el 1 de junio.
En total, hubo ocho tormentas tropicales y seis huracanes. En el 2006, solamente se registraron nueve sistemas.
El 2005 fue la temporada más activa, ya que estableció el récord de 28 tormentas tropicales. Debido a ello, se tuvo que usar el alfabeto griego para nombrar los sistemas que llegaron después que se agotó la lista alfabética de nombres.