El coquí llanero, la rana más pequeña de Puerto Rico y la que solo vive en un humedal de agua dulce en Toa Baja, finalmente será protegido como especie amenazada o en peligro de extinción.

La determinación del Servicio federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS), que entrará en vigor hoy, se da en medio de una advertencia de la posible extinción de la especie si no se toman las medidas necesarias para su protección.

Y es que el coquí llanero ha estado en la mirilla de las autoridades desde el año 2005 cuando fue descubierto por el ecólogo Neftalí Ríos.

El hecho de que viva en un área tan pequeña de por sí ha representado desde el inicio un peligro para la especie, ya que, si la zona resulta impactada, podría representar el fin de la pequeña rana, que cabe dentro de una moneda de 10 centavos.

Igualmente resulta preocupante que al sur del humedal, donde vive el coquí llanero, ubica el vertedero de Toa Baja. También, cerca del humedal, hay urbanizaciones en donde las actividades urbanas pueden impactar las aguas de las que se nutre el pequeño animal. Mientras, al norte, hay una pista de vehículos 4X4 cuyas escorrentías perjudican la zona.

“Contrario a la mayoría de los anfibios, (el coquí llanero) pasa toda su vida en las plantas del humedal, específicamente entre los helechos, ciperáceas, sagitaria, bejucos y gramíneas, que son esenciales para su supervivencia”, se informó a través de comunicado de prensa.

Otro dato preocupante para la preservación del anfibio es que tiene una capacidad de reproducción más limitada que cualquier otra rana, con muy pocos huevos por camada.

Estaba contemplado

Fue en el 2009 cuando el USFWS designó el coquí llanero candidato a protección bajo la Ley federal de Especies en Peligro de Extinción (ESA, por sus siglas en inglés) “debido a la posible destrucción, modificación y reducción de su hábitat en el pasado, presente o futuro”.

“La destrucción y modificación de su hábitat, depredación, falta de mecanismos regulatorios adecuados, una baja capacidad reproductiva y requisitos ecológicos altamente especializados continúan amenazando la especie”, advirtió entonces el organismo federal.

La agencia indicó que todavía evalúa si será necesario extender la zona esencial para la conservación de la especie o “hábitat crítico” para incluir áreas recomendadas por ciudadanos que participaron en las vistas públicas previas a la designación.

El ESA requiere que el USFWS especifique la localización de hábitat esencial para la conservación de la especie, definida como “hábitat crítico”. Esta identificación del hábitat ayuda a otras agencias federales a identificar las acciones que podrían afectar la especie y su hábitat y a trabajar para evitar o minimizar los impactos.

Identificar el hábitat también ayuda a crear conciencia sobre las necesidades de hábitat de especies en peligro y enfocar los esfuerzos de conservación que puedan realizar organizaciones colaboradoras como el Gobierno estatal, los gobiernos locales, organizaciones sin fines de lucro y dueños de terrenos privados individuales.

Junto con el llanero residen el coquí común, el coquí de hierbas, el coquí silbador, la ranita de labio blanco y el coquí de las Antillas.

Mientras, en las últimas décadas han desaparecido el coquí palmeado (1970), el coquí dorado (1980) y el coquí Eneida (1990). En estado delicado se encuentran las poblaciones del coquí caoba y el coquí martillito, que ubican en las zonas de montañas altas.