La cantidad de personas que logra un grado postsecundario o universitario en Puerto Rico está un poco por debajo del promedio de los Estados Unidos, pero la Isla tiene mejores cifras que otros 25 estados, a pesar de que aquí se padece un profundo declive demográfico que impacta, en particular, a los segmentos más jóvenes de la población. 

Los datos son parte de abarcadores estudios conducidos por la Fundación Lumina y el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College en Nueva York, presentados ayer en un evento en la Fundación Puertorriqueña de la Humanidades, como parte de múltiples esfuerzos en busca de mejorar la educación en Puerto Rico. 

La Fundación Lumina, de hecho, incluyó la Isla por primera en el reporte nacional que desarrolla como parte de su iniciativa “A Stronger Nation Through Higher Education” (Una nación más fuerte a tráves de la Educación Superior), y en el que evalúa la situación de la educación universitaria en cada estado y en los Estados Unidos en general. 

“La buena noticia es que Puerto Rico tiene talento, y pueden ver el reporte ‘A Stronger Nation’ y se darán cuenta que si bien el logro de grado postsecundario a nivel nacional es en promedio 47.6%, Puerto Rico está en 47.1%. Eso es una excelente noticia. De hecho, están por delante de unos 20 estados. Es fabuloso, algo de lo que deberían estar orgullosos, y algo que más gente debería saber”, afirmó la doctora Courtney Brown, vicepresidenta de Impacto Estratégico de la Fundación Lumina. 

“La mala noticia es que eso no es suficiente. No es suficiente para los trabajos que existen actualmente, ni para los que se crearán en el futuro”, agregó. 

Según el estudio, a pesar que en promedio menos gente ingresó a instituciones postsecundarias en Puerto Rico, la cantidad que logró graduarse en la Isla creció un 3%, cifra por encima del 2% que se registró a nivel nacional.

Este estudio provee, además, cifras detalladas de las divisiones jurisdiccionales más pequeñas dentro de cada estado, que en el caso de Puerto Rico son sus municipios. Asimismo, evalúa las disparidades existentes según ciertos factores, como la raza o el nivel de ingreso.

Las cifras indican una amplia disparidad entre los municipios urbanos, como los del área metropolitana, y municipios rurales. Mientras que Guaynabo, Trujillo Alto y San Juan superan el 50% de personas que obtienen un grado postsecundario, en Maricao es de apenas 16.8% y en Culebra de 23%. 

Brown exhortó a Puerto Rico a establecer una meta realista, que tome en cuenta la situación económica, el desastre post María y el reto de disminución poblacional, para aumentar la cantidad de personas que logren algún grado postsecundario. Alertó que sería necesario establecer muchas alianzas entre diferentes sectores y grupos, públicos y privados. Sugirió además que, teniendo en cuenta el declive en la población más joven, se mire al grupo de personas adultas como un posible enfoque para ofrecer cursos de educación superior, pues “también tienen destrezas y talentos” de mucho valor.

Determinante la migración

Por su parte, el estudio del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College puso buena parte de su atención en la situación de las escuelas en la Isla y el marcado efecto que deja la migración masiva que sufre Puerto Rico. 

Se repasó los datos que revelan una reducción de 44% en la cantidad de estudiantes en las escuelas de Puerto Rico, desde 2006 al presente, que ha afectado tanto a escuelas públicas como privadas. Tan solo en el periodo post María, se registró un declive de 11%. De manera paralela, la cantidad de escuelas bajó en 24%, y también hubo una baja considerable de maestros. 

“El problema es que el éxodo y la baja en la población no ha terminado. Todas las proyecciones indican que va a continuar. O sea, que estamos en medio de este problema, y hay que buscar formas más inclusivas en las comunidades más desventajadas, de que se atienda sin penalizarlas más”, alertó el profesor Edwin Meléndez, director del Centro. 

Este estudio resaltó que los cierres de escuela han afectado en particular a zonas rurales, donde el factor de distancia podría incidir aun más en la deserción escolar. 

No obstante, se resalta como una importante alternativa al cierre de planteles el establecimiento de escuelas Montessori en diversas comunidades a través de la Isla, que ha tenido una excelente aceptación entre muchos padres y estudiantes. 

El sistema Montessori, destacó Meléndez, se ajusta al ritmo de aprendizaje del estudiante y puede acomodar a niños de diferentes grados en un mismo salón. Además permite diferentes tipos de colaboración entre entidades públicas, privadas, asociaciones comunitarias, organizaciones sin fines de lucro y otras entidades, a la vez que involucra mucho más a los padres. 

De hecho, hay muchas familias que aceptan viajar distancias más largas para tener a sus hijos en escuelas Montessori. En ese sentido, Hernández destacó que los estudios revelan que una familia toma mucho en cuenta cuán bien se siente su hijo en la escuela antes de emigrar, y por tanto una buena escuela podría ayudar a disminuir la emigración, si bien el tema de ausencia de empleo continuaría siendo un factor decisivo.