Mayagüez.- La Agencia federal de Protección Ambiental (EPA) confirmó ayer que investiga el establecimiento de un pulguero en unas instalaciones donde una vez se almacenaron abonos en Mayagüez.

Ello, tras recibirse quejas de personas que han acudido al pulguero y que alegan haberse afectado con los fuertes olores que se sienten allí.

Ariel Iglesias, de la oficina de la EPA en San Juan, señaló que ya pidieron a los dueños del pulguero y de la estructura que entreguen una lista de los compuestos químicos que se almacenaban en el lugar “para poder fijar responsabilidades sobre los olores objetables y el riesgo que esto podría representar”.

La pestilencia sale de un viejo edificio en la carretera dos, entre Mayagüez y Añasco, que fue utilizado para almacenar fertilizantes para la desaparecida industria azucarera.

La empresa Abonos Súper A, una de las muchas empresas que mantuvo el empresario, político, abogado y banquero Miguel Ángel García Méndez, vendió allí fertilizantes por décadas, pero cerró una vez desapareció la industria de la caña.

El técnico de la Junta de Calidad Ambiental (JCA) en Mayagüez, Luis Rodríguez, reconoció que su agencia no tiene mucha injerencia en la situación porque es un lugar privado, aunque sí visitaron el lugar.

“En varios lugares, especialmente en puertas, el operador tiene expuesta advertencia al público donde aclara que el lugar fue utilizado para almacén de abonos y que si entran al lugar es bajo su propio riesgo”, explicó.

Rodríguez también confirmó que la Oficina de Salud Ambiental, adscrita al Departamento de Salud, intervino en el lugar por la pobre ventilación.

Janice Albino, del Departamento de Salud, detalló que los dueños del pulguero “no tenían una licencia sanitaria para operar”, a pesar de que la Administración de Reglamentos y Permisos había emitido un permiso provisional.