Que no se repita la tragedia de Sanes
La Cámara aprueba informe que recomienda reubicar los campos de tiro de Ponce.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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¡Que no haya otro David Sanes!
Esa es la advertencia de dos comisiones de la Cámara de Representantes que investigaron el peligro que representan los campos de tiro al blanco de la Policía y del Ponce Experts Shooting Club para la escuela superior Lila Mayoral Wirshing y los residentes de viviendas cercanas a los dos polígonos en el barrio El Tuque de la Ciudad Señorial.
Las comisiones legislativas recomendaron reubicar los campos de tiro a un lugar más seguro, refirieron “la sensitiva situación” al Departamento de Justicia y emplazaron al Departamento de Recreación y Deportes a que realice una evaluación rigurosa de los polígonos de tiro antes de otorgarles el permiso de operación.
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“Vieques era considerado un polígono de tiro seguro por la Marina de Estados Unidos hasta que un bombazo mató a David Sanes; entonces, un pueblo y un país se movió contra este cuerpo militar, indignado por la tragedia”, dice el informe final de las comisiones de Desarrollo Integrado de la Región Sur y de Seguridad Pública, que fue aprobado por la Cámara el pasado 17 de junio.
“En el caso de los polígonos de tiro en El Tuque puede afirmarse que todavía no ha ocurrido nada verdaderamente malo. En cambio, la interrogante es la siguiente: ¿Tiene que entrar otra bala a una sala de clases, o a Montemar Apartments, y provocar una desgracia para que se estremezca la conciencia e indiferencia de las autoridades de rigor sobre esta controversia?”, concluye el informe suscrito por los presidentes de las comisiones legislativas, Víctor L. Vassallo Anadón y José L. Báez Rivera.
Advierten los legisladores que si ocurriese una tragedia producto de una bala perdida proveniente de los polígonos, “nuestra Uniformada tendría mucho que perder en prestigio y credibilidad con asumirse solamente que el proyectil que segó la vida de una persona pudiera haber venido de su campo de tiro”.
Sostienen en el documento legislativo que el debate sobre este asunto no debe circunscribirse a qué estructura estuvo primero en la zona de conflicto. “La escuela llegó última. Tampoco el fin es buscar de cuál pistola o arma de fuego es que salen los proyectiles que personal de la escuela recoge diariamente en el plantel escolar. El papel de esta investigación es crear conciencia en las autoridades de rigor, como en los propietarios de los campos de tiro al blanco, de que permea un ambiente de inseguridad y de riesgo a la vida en la zona de convivencia”, dice el informe de las comisiones, que realizaron vistas públicas el pasado 19 de marzo en la biblioteca de la escuela ponceña.
Además de reubicar los polígonos de tiro, recomiendan que la Policía realice sus prácticas en otros de sus campos de tiro; llevar a cabo una vista ocular en ambos polígonos; citar a una vista ejecutiva al titular del Departamento de Educación y al Superintendente de la Policía y citar, so pena de desacato, al propietario del Ponce Experts Shooting Club, William Rodill.
Recomiendan también solicitar formalmente al distrito policíaco de El Tuque los resultados de las investigaciones de querellas radicadas por los vecinos del lugar.
El informe destaca, entre sus hallazgos, que los incidentes con balas perdidas “han estado muy cerca de impactar y hacer daño físico a los estudiantes”.
Indica también que la operación de los campos de tiro ha provocado una reducción de un 45 por ciento en la matrícula de la escuela Lila Mayoral Wirshing. “La operación de los polígonos de tiro después del horario de las 3:30 p.m. convierte a la escuela en un plantel inservible para aspectos y programas extracurriculares”, sostiene el informe.
Desde febrero pasado, Primera Hora denunció el grave problema de balas perdidas que acecha a la escuela y a la comunidad de El Tuque.