La terraza que da hacia la bahía de San Juan es el lugar del Palacio de Santa Catalina donde disfruta más una copa de vino. Confiesa, además, que ahora usa más mahones, claro, siempre que puede. También que aún guarda y escucha en su iPod canciones de Calle 13 y que a pesar de tener choferes sigue disfrutando guiar.

Es más, parece que de vez en cuando deja las escoltas y se da una escapadita libre de vigilancia.

Ya han pasado tres años desde que el gobernador Aníbal Acevedo Vilá juramentó el 2 de enero de 2005. Ahora entra al último año del cuatrienio, que sin dudas será trascendental en su vida porque en el 2008 se juega su futuro político y su aspiración de revalidar cuatro años más como primer ejecutivo.

A veces en tono serio y reflexivo, otras con chispa y sentido del humor, Acevedo Vilá respondió a 15 preguntas de PRIMERA HORA en las que se revela qué piensa, siente y disfruta el Gobernador y el ser humano que dirige los destinos de este país.

En una palabra o frase, ¿cómo describiría sus tres años como gobernador?

-Voluntad de cambio para enfrentar los retos.

¿Cómo ha evolucionado su perspectiva de gobernar desde que asumió el cargo el 2 de enero de 2005 hasta hoy?

-Hoy estoy más convencido de que podemos superar todos los problemas de nuestro pueblo si los enfrentamos con valentía, sabiduría y voluntad de cambio guiados por el bien común.

¿Cuál ha sido la decisión más difícil que ha tomado?

-Aceptar el sales tax del PNP para salvar al país de la bancarrota.

¿Cuál es la más gratificante?

-Combatir la deserción escolar con los Centros CASA. Son tantos los jóvenes que hemos rescatado y que ahora tienen nuevas oportunidades de progresar y superarse. Son más los que tenemos que encaminar.

En sus años como gobernador, ¿de qué se arrepiente?

-Del tiempo perdido por los obstáculos de la oposición.

¿Qué metamorfosis interna ha sufrido el Gobernador?

-Cada día entiendo más la frustración de la gente con los políticos. Hace falta más desprendimiento patriótico.

¿Qué metamorfosis externa?

-Más mahones y menos trajes, siempre que la ocasión lo permita.

¿En qué se parece a Luis Fortuño?

-Somos de una misma generación. De hecho, yo repartía el periódico en la casa de sus papás.

¿Cuál es la gran diferencia entre Luis Fortuño y usted?

-Eso se verá en la campaña, si es que gana la primaria.

En una cena con Sila M. Calderón y Rafael Hernández Colón, ¿cuál sería el menú del chef de la Fortaleza?

-Qué sé yo. En tres años nunca he preguntado cuál es el menú en ninguna cena en Fortaleza.

¿Usted se escapa sin escoltas de vez en cuando por ahí? Hasta el Rey de España lo hace…

-No se lo digas a nadie, please.

Ese Jeep rojo que conduce en su campaña, ¿es suyo o se lo prestan? ¿Le gusta guiar o ya está acostumbrado a los choferes?

-Yo no tengo ningún Jeep de campaña. Los alcaldes, como saben que me gusta guiar me prestan los suyos. Algunas veces ha sido rojo, otras veces de otros colores.

¿Sigue teniendo a Calle 13 en su iPod o ahora escucha otro tipo de música?

-Sí, al igual que otra música.

¿En qué lugar de la Fortaleza disfruta más una copa de vino?

-En la terraza mirando hacia la Bahía de San Juan.

En estos tres años, ¿qué regalo lo ha conmovido más? ¿Cuál ha disfrutado más?

-En la parranda que hice por residenciales públicos la semana pasada, una artesana del (residencial) Lloréns (Torres) fue hasta el residencial Manuel A. Pérez para entregarme en una caja una artesanía. Cuando lo abrí en Fortaleza eran tres reyes magos hermosos.