Ratas hacen fiesta en residencial de Hato Rey

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Fiesta... de ratas.
Por las noches, aprovechan para salir de sus cuevas y pasearse por las calles. Se trepan en las ramas de los árboles y llegan a los balcones. Corren por encima de las verjas y hasta pasan por los pies de los humanos que se cruzan a su paso.
Los vecinos del residencial Juan César Cordero Dávila, en Hato Rey, aseguran que esa es la situación en que viven, especialmente por las noches cuando se topan con cientos de ratones y ratas.
"Parecen ardillas", indicó uno de los residentes afectados, Harry Figueroa.
El hombre es padre de seis hijas y les tiene prohibido salir de la vivienda después del atardecer.
Confesó que, junto a otro vecino, colocó arroz con veneno debajo del zafacón aledaño al edificio 13 y observó cómo se peleaban decenas de ratas por el festín.
Ayer el empleado de mantenimiento y residente del complejo, Ángel Reyes, contó 52 ratas que aparecieron muertas tras la colocación del veneno.
Según el propio empleado, quien vive en el residencial desde que nació hace 24 años, el problema comenzó desde hace tiempo y dijo que la administración no fumiga desde hace tres años.
Los residentes mostraron los hoyos en la tierra donde se esconden los ratones y señalaron un árbol detrás del edificio 13 donde indican que "se hospedan" los "residentes" no bienvenidos.
"De noche salen y hacen fiesta. Hay que picar ese palo, arrancarlo de raíz porque si se espera por permisos de Recursos Naturales, se tarda como un año", advirtió Efraín Jorge, quien vive en el residencial desde hace siete años.
El presidente de la compañía administradora del residencial, Wilfrido Santiago, de Management Administration Services Corp. , explicó que la fumigadora Land Exterminating fue ayer a fumigar y que la muerte de las ratas fue a raíz de ese proceso.
Confesó que conoce del problema que atraviesan, pero que apenas llevan cuatro meses administrando el complejo de vivienda.
En cuanto al árbol, indicó que están en los trámites para pedir el permiso al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales para poder cortarlo.
"Nuestro interés es complacerlos al máximo", aseguró Santiago.