Crisis de salud: el Gobierno de Puerto Rico no sabe cómo manejar la reproducción de su población, tanto como no puede controlar la de gatos y perros realengos.

La comparación choca, luce extrema, pero según el ex secretario de Salud Johnny Rullán, sirve para dramatizar cómo el Estado abandona a los más débiles.

En términos de la población humana, las más frágiles son las adolescentes, particularmente las niñas que se ven privadas de educación sexual y de acceso a métodos contraceptivos.

El ex titular de Salud, ahora como director médico de la compañía de seguros de salud Humana, hizo un llamado ayer a que se articule una política pública coherente sobre reproducción; y dentro de ésta que se establezca un sistema de clínicas para el despacho de anticonceptivos, incluso para los menores de edad.

Durante la conferencia Nuevas Perspectivas de la salud sexual y reproductiva; retos de todos -celebrada ayer en ocasión del 35 anivesario de las Clínicas de Planificación Familiar Título X, de la Universidad de Puerto Rico- Rullán dijo que los contraceptivos se les deben dispensar a los adolescentes siempre que participen de “preconsejerías” sobre sexualidad.

Mencionó que las nuevas clínicas deben seguir el patrón entablado por él para llevar a toda la Isla las pruebas del virus del sida: muchas en diversos puntos del país, “como si se tratase de una red de ATH”.

Durante el foro auspiciado por la UPR, representantes de otras aseguradoras, Cosvi, Triple S, Humana y Medical Card System (MCS), develaron que en términos de la salud sexual y reproducción los reclamos de que la Reforma de Saud del Gobierno les daría derechos iguales a todos queda como otra promesa sin cumplir.

Hablando de los anticonceptivos, Max Miranda, consultor de operaciones de salud de Cosvi; Ramón López Acosta, director médico asociado de MCS; Zenaida Fernández, de Triple S; y Rullán, de Humana, señalaron que la póliza del Estado no los cubre, mientras que el seguro privado sí; si el patrono lo autoriza para sus empleados.

“¿No hace más sentido pagar la píldora? ¿No tiene más sentido tener planes educativos que pagar solamente por las esterilizaciones?”, se cuestionó Rullán en torno a la política del Gobierno sobre un tema tan importante.

Miranda trajo a colación otras estadísticas que ilustran cómo losmédicoindigentes bajo la Reforma se quedan rezagados a la hora de recibir servicios de salud sexual y reproductiva cuando se les compara con los que disfrutan de un seguro privado.

Las embarazadas adolescentes de los planes de salud comerciales sostuvo que muestran un mejor cuidado médico y su preñez es menos riesgosa que sus pares de la Reforma de Salud.

También son menos, quizás porque las mujeres de ese grupo son más educadas y tienen otras expectativas de vida.

Las adolescentes del sector privado constituyen solamente el 2.5 % de todos los embarazos en los planes comerciales, una cifra muy similar a la de las llamadas mujeres “añosas”, aquellas de 40 años o más.

Los asegurados privados se practican más vasectomías que los usuarios de la “tarjetita de salud” del Gobierno; y las pruebas de papanicolao se les suelen practicar a las mujeres con un plan privado con mayor regularidad que a las pobres.

A estas últimas, dijo que generalmente la prueba se les administra cuando presentan flujo vaginal.

Cabe señalar que en ambos grupos, los patrones sexistas prevalecen: la tasa de vasectomías entre los hombres sigue siendo mucho más baja en Puerto Rico que la de esterilizaciones en mujeres, aunque esta última es una operación mucho más complicada.

Rullán reveló, asimismo, que las Clínicas de Planificación Familiar Título X apenas reciben $2 millones en fondos federales, y les brindan servicios a sólo 36 mil puertorriqueños.

El ex secretario de Salud también denunció que los programas de prevención en salud general brillan por su ausencia en la Isla porque en 2006 se suponía que un dinero que utilizaban las aseguradoras para llevar a cabo esa labor -entre $50 y $60 millones- llegara al Departamento y eso no ocurrió.

“No se sabe qué pasó con ese fondo que la Administración de Seguros de Salud tenía que transferirle a la agencia. Salud ya no lo tiene”, acotó el reconocido epidemiólogo.

De ese dinero, a Humana le daban unos $12 millones, fondo que se llegó a usar para contratar educadores en salud, para mantener unidades móviles para pruebas de mamografía, y otras prácticas de prevención.

Sobre los servicios obstétricos en general, ayer el ejecutivo de Cosvi resaltó que de todos los partos que se efectúan en Puerto Rico, el 67 % siguen siendo cesáreas, dos terceras partes del total de los partos.

“Definitivamente el modelo de prestación de servicios de salud obstétrico en Puerto Rico lo que ha promovido es este comportamiento negativo. Urge un cambio en el modelo”, sentenció Max Miranda.

Los métodos anticonceptivos que mayormente se usan en Puerto Rico son: la esterlización en primer lugar (45.5 %, en 1996); contraceptivos (9.1 %), condón (6.4 %) y vasectomía (3.5 %).

Las mujeres con seguros privados se esterilizan más que las del seguro público.