Besos, abrazos, llantos… y un profundo alivio por verlos de nuevo sanos y salvos.

Eso experimentaron ayer los familiares de los 51 pilotos de la Guardia Nacional de Puerto Rico que llegaron de la guerra de Irak.

Doña Sara Hernández, de Bayamón, era una de las más nerviosas antes y durante la ceremonia de recibimiento de los soldados, actividad que se llevó a cabo en el hangar de la Guardia Nacional en Isla Grande.

Su hijo, Santos González, estuvo ausente del hogar por más de un año, un periodo que ella vivió como una “eternidad” ante la lógica preocupación por lo que podía pasarle.

“Quisiera que terminara la guerra porque no quisiera que él estuviera en ella”, le confesó a PRIMERA HORA, aunque de inmediato acotó que siente “profundo orgullo por el sacrificio hecho” por su hijo.

“Estaba loco por verlos”, dijo Santos González cuando ayer finalmente logró confundirse en abrazos y besos con su familia.

“No le veo motivo a esa guerra. Ellos (los iraquíes) siempre han tenido sus problemas y eso no se va a acabar porque (George W.) Bush decida estar allí por años”, concluyó durante la espera por la llegada de los guardias nacionales Sol Castillo, esposa del soldado Alexis Benítez, de Caguas.

Castillo, como muchos otros familiares de estos militares, dijeron estar esperanzados en que sus parientes no tengan que regresar nuevamente al escenario de guerra. Ninguno supo señalar si eso será posible con respecto a “su soldado”.

Elián, de siete años, fue a buscar a su papá. Como niño no sabe ni de política exterior, ni por qué se declaran las guerras. Mucho menos de protocolo militar.

Cuando vio a su padre Elián Correa lo saludó desde lejos.

Éste se mantuvo en los primeros minutos de su arribo en la requerida formación militar, pero no pasaron cinco segundos y ya Elián estaba a su lado.

La unidad que llegó ayer de Kuwait pertenece a la Compañía Alpha del 1er Batallón del 111 de Aviación de la Guardia Nacional de Puerto Rico. El grupo salió de la Isla en mayo de 2006.

La Unidad llevó a cabo labores de reacción inmediata a incidentes en la frontera entre Kuwait e Irak. También ofreció transportación aérea al secretario de Defensa de Estados Unidos, a otros miembros de la alta oficialidad de las Fuerzas Armadas norteamericanas, de la coalición multinacional que participa de la guerra y del Gobierno de Irak, entre otros.

También llevaron a cabo misiones de reconocimiento aéreo en las rutas de suministros militares.