Los 22 soldados de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR) que se encontraban destacados en Haití trabajando en la zona afectada por el terremoto del pasado 14 de agosto regresaron hoy a Puerto Rico luego de realizar 31 misiones que incluyeron evacuaciones médicas, transporte de equipos de búsqueda y rescate, y transporte de alimentos y productos médicos.

El grupo llegó en tres helicópteros al aeropuerto de Isla Grande, donde fueron recibidos por el ayudante general de la GNPR, general de división José J. Reyes, quien resaltó que, como parte de la misión humanitaria, el grupo hizo “misiones de búsqueda y rescate, misiones de transporte de heridos, y transporte de medicamentos, artículos para tratar distintas heridas y comida”.

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El comandante de la misión en Haití, el coronel Samuel Agosto, expresó su orgullo y satisfacción por “la labor extraordinaria” que llevaron a cabo sus tropas en Haití, en conjunto con efectivos de otros países.

“Fue bien complejo, porque cada país tiene su forma de operar. Pero tengo que decir que se trabajó como un equipo de trabajo”, afirmó el coronel, relatando que tuvieron que trabajar en lugar sin aeropuertos ni condiciones para poder aterrizar los helicópteros, forzando a hacer las operaciones de llevar alimentos y rescatar personas sin que la aeronave tocara el suelo.

Entre los momentos más impactantes de la operación, según Agosto, estuvo el “ver niños regresar con unas condiciones que no sabíamos si iban a poder sobrevivir, y personas adultas con heridas, ya sea por traumas o que se tomó varios días en poder traer ese personal al hospital en Puerto Príncipe”.

“Pero también fue de una gran satisfacción porque entendemos que se le pudo salvar la vida a esas personas que se trajeron”, agregó el coronel. “Me quito el sombrero ante nuestros soldados, hombres y mujeres que fueron a esta misión, muy compleja, pero lo hicieron. Estamos muy satisfechos con eso”.

La piloto Helen Dávila, una de las tres mujeres que participó de la misión, resaltó que “la experiencia fue tremenda. La ayuda que dimos la verdad se notó. Trabajamos super duro. Fue bien gratificante. De verdad que fue una experiencia superenriquecedora para nosotros. Trabajamos duro para lograr el objetivo, estuvimos muchos días trabajando horas larguísimas. Pusimos nuestro granito de arena”.

El capitán Ángel Colón se hizo eco de las palabras de sus compañeros de misión, destacando que le causó impacto tanto “la gran necesidad que tenía el pueblo haitiano” como “el trabajo tan duro que hicieron mis muchachos y mi equipo para ayudar a los hermanos haitianos”.

“El personal que tenemos, los muchachos y muchachas que tenemos en nuestro equipo son personas altamente entrenadas, son personas bien profesionales que saben lo que van a hacer, saben su trabajo muy bien y saben mantener su profesionalismo para hacer la misión de la forma más segura y exitosa posible. Ellos hicieron el trabajo”, afirmó Colón.

El país fue azotado por un sismo de 7.2 el sábado, mientras que el lunes fue impactado por una depresión tropical.

El piloto Norberto Martínez Negrón, mientras, explicó que fue “una misión difícil. Nos llega a todos, somos seres humanos, somos padres de familia. Entonces ver la necesidad, y llevarle también los recursos, pero se sabía que era mucho lo que hacía falta y era un poco complicado no poder llevarlo todo al mismo tiempo. Así que era un día a la vez, y eran días bien largos, de 14 y 16 horas de trabajo. Pero el ‘crew’ (tripulación) lo hizo con mucho orgullo y mucho placer. Nadie se quejó, todo el mundo trabajó, día tras día, para poder aportar y ayudar con la misión. Pudimos llegar a comunidades que no se podía llegar en vehículos y llevarle por lo menos comida y ayuda médica y creo que el aporte fue grandísimo”.

El oficial Alberto Ponce de León, veterano que también participó de la misión humanitaria luego del terremoto de 2010 en Puerto Príncipe, comentó que, a diferencia de la experiencia del 2010, donde había caos total en la capital haitiana con decenas de miles de muertos, en esta ocasión el daño fue en aldeas y comunidades más pequeñas.

Sin embargo, el reto fue llegar a lugares como “una aldea, que subimos a 4,000 pies (de altura), bajamos a un valle para dejar la comida allí. Sinceramente fue impresionante ver a la gente, digo yo desesperada, porque para tú llegar a esa aldea creo que tenías que caminar como dos o tres días porque no había ni carretera. Pero sinceramente los muchachos hicieron excelente labor. Me siento bien orgulloso de mi equipo”.

“Sinceramente, la satisfacción más grande es salvar vidas, ayudarlos a ellos y tú saber que esa caja que tú pusiste allí en aquella montaña que nadie podía llegar, alguien va a comer de ella”, agregó Ponce de León.

El grupo realizó sus misiones con dos helicópteros Black Hawk UH-60 y uno Lakota UH-72. Completaron nueve evacuaciones médicas y transportaron 70 pasajeros que eran parte de equipos de búsqueda y rescate y reconocimiento de infraestructura, y transportaron y entregaron más de 17,300 libras de alimentos y productos médicos, incluyendo entregas a lugares montañosos remotos y de difícil acceso.

Por su parte, el general Reyes reafirmó que “estamos bien orgullosos de nuestros soldados que hoy regresan a Puerto Rico, después de aproximadamente tres semanas en Haití”.

Agregó que la asistencia a Haití entraría en otra fase, y habría que ver que unidades se asignan para la misma. Anticipó que probablemente sean unidades para dar seguridad a organizaciones sin fines de lucro que están ayudando allí.