Hace unos días escuchaba a dos señoras de edad avanzada diciendo que este año no pensaban votar. Ambas estaban inscritas en uno de los partidos mayoritarios y sentían suma desconfianza debido a los innumerables sucesos en estos últimos tiempos. Decían frases como: “¿Y ahora cómo voy a creer que no nos harán lo mismo?” o “Yo si no es por ellos, prefiero este año no votar”.

Si por sólo un segundo comprendiéramos que Puerto Rico es mucho más que un partido... En mi casa cuando un carro no funcionaba y salía “un limón”, cambiaban la marca y no regresaban a ella.

El verano pasado, cuando el gobernante de turno nos engañó, salimos a la calle a exigir su renuncia. Sin embargo, cuando llega el momento de tomar la decisión que afectará contundentemente a nuestro país, a algunos les llega la amnesia, la indiferencia o se vuelven abstemios.

Estos últimos años han sido tan duros, que nos toca descansar con la tranquilidad de haber elegido responsablemente a quien cada cual cree es la persona más adecuada para administrarnos. Les invito a hacer un simple ejercicio, y preguntarle a algún familiar o amigo lo siguiente: ¿Cómo ves a Puerto Rico?.

Por mi parte, yo percibo un pueblo abatido con aires de agotamiento, cansancio, desesperanza y muchísima incertidumbre.

Me gustaría regresar donde aquellas hermosas doñitas y decirles cuánto las comprendo, pues cuando uno coloca la lealtad en un partido y este nos decepciona tan abismalmente como ha sucedido, se deshacen las razones para ir a las urnas. Quisiera sólo sugerirles que esa misma lealtad, la coloquen primeramente en nuestro país.

Miremos a los ojos a esta isla tan única y extraordinaria, pero a la vez tan lacerada. Andemos por sus carreteras, sus barrios, sus playas, sus pequeños comercios y, respirándola, hagamos el esfuerzo de sacar un rato en educarnos, en leer cada propuesta. Nos queda poco más de un mes para tomar la decisión sobre quién es la persona más adecuada para cuidarla, amarla, protegerla y administrarla adecuadamente.

He tenido la dicha y fortuna de haber llevado música a tantos pueblos y plazas públicas de este terruño. Tengo una estampa en mi cabeza hermosa de un Puerto Rico cargado de recuerdos que van dando vueltas una y otra vez en mi pecho. ¿Qué excusa tengo para quedarme en casa este 3 de noviembre?

Me indigna escuchar cómo muchos creen que sólo tenemos dos alternativas y no se ha enterado ya casi a fines de septiembre que este 2020 contamos con seis opciones. Sólo intento en mis palabras hacer un llamado a regresar la mirada a Puerto Rico, a sacar de nuestro tiempo y leer esas seis propuestas de l@s candidat@s a la gobernación. Nos urge saber qué existe detrás de cada nombre, pues se está jugando el futuro de nuestro País.

Tú y yo somos como esa madre y ese padre que desea entregar en las mejores manos a su hij@ el día de su boda. Yo quiero entregarle a esta isla que tanto amo al mejor candidat@ por estos próximos cuatro años tan cruciales.

¡Ojalá aquellas doñitas supieran el impacto que tuvieron en mí sus palabras!