Reina el pastel puertorriqueño en Orocovis

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Todo festival tiene un protagonista pero, si es bueno de verdad, cuenta con los mejores actores de reparto que lo ayudan a lucirse y sobresalir sobre los demás.
Ése es el caso del Octavo Festival Nacional del Pastel Puertorriqueño, que se celebra este fin de semana en Orocovis, donde el tradicional platillo de la mesa boricua se ha hecho acompañar de las aclamadas frituras, los refrescantes jugos naturales y frapés, la siempre presente cervecita, una exquisita exhibición de artesanías, y un puñado de virtuosos de la música típica para hacer las delicias del local y del visitante en el comienzo de las fiestas navideñas.
El festival inició temprano en la mañana de ayer, viernes, con la apertura de los kioscos de comida que ofrecen distintas versiones del pastel, tan solicitado en esta época de Navidad. Que si el pastel sin mancha, el pastel gourmet, o simplemente un pastel “normal”, los asistentes tienen para escoger.
¿Sin mancha?
Doña Victoria Hernández Hernández explicó a Primera Hora que su pastel sin mancha –porque no lleva guineo ni plátano- surgió para complacer a su esposo, a quien el pastel regular le caía mal.
“Mi esposo decía que el pastel con mancha lo ‘repetía’, o sea, que le caía mal. Entonces hicimos este pastel con yautía, calabaza, apio y yuca, que se puede rellenar con pollo, cerdo o garbanzos, como los tradicionales”, manifestó doña Victoria.
Hace 20 años que se dedica a venderlos y el éxito ha ido en aumento. De hecho, por ahí se escuchaba a uno que otro decir que los mejores pasteles son los de la “abuelita”, en referencia a Doña Victoria.
Los hay gourmet
Al lado, feligreses de la Iglesia Misionera Ebenezer Defensores de la Fe vendían los pasteles gourmet.
“Son distintos, diferentes, algo fuera de lo tradicional. Tiene cinco variedades de carne, masa, repollo, garbanzo y pimiento. Es hecho con carne de pollo, carne de cerdo, carne de tasajo, jamón, chorizo. Lo que lo hace diferente es que está envuelto en una hoja de repollo”, contó la pastora Lourdes Meléndez. “Este año también hicimos el pastel de yuca gourmet, yuca con longaniza, apio con bacalao, diferentes variedades para el público”, añadió.
Vienen de la Isla
No eran sólo orocoveños los que se dieron la vuelta al evento.
“Hoy es el primer día y me parece que se ve interesante, muy entusiasta. Nos imaginamos que mañana (hoy, sábado) será de mayor aceptación del público”, dijo Ada Luzunaris, que viajó desde Carolina con su esposo Andrés para asistir por segunda ocasión al Festival Nacional del Pastel. La pareja probó el pastel sin mancha, que Andrés calificó de “exquisito”.
Chicos, jóvenes, adultos y viejos cruzaban el estacionamiento municipal –sede de la actividad- para visitar, además, la exhibición de artesanías desplegada bajo una gran carpa.
De todo como en botica
Artesanos de distintas partes del país se han dado cita para mostrar sus creaciones: jabones aromáticos, prendas, muñecas, bolígrafos, artículos en madera, bambú y metal, instrumentos musicales, entre muchas otras propuestas. También tienen su espacio los bien solicitados dulces típicos de coco, guayaba, ajonjolí y otros sabores.
Una casa de brincos sirve de entretenimiento para los pequeñines, mientras se puede conseguir una buena piragua o piña colada para refrescarse, aunque la temperatura en la montaña se siente agradable.
Buena música
Se adueñaron de la tarima a media tarde Raulito “El niño cuatrista”, un verdadero músico virtuoso de apenas 10 años, junto a Axel Cruz. Más tarde, tomó el micrófono el grupo Café Colao, que trajo desde Yauco su repertorio navideño. En la noche se presentaría Edwin Colón Zayas y su Taller Campesino, para deleite de sus compueblanos.
Los orocoveños muestran este fin de semana sus mejores sonrisas, su carácter afable y servicial, y el espíritu navideño que ya se encendió. Usted que está en el área metro, en el oeste, en el sur o en el este, saque a pasear a la familia y llegue hasta el “Corazón de Puerto Rico” a disfrutar del pastel, la buena música y la buena vibra que se da cuando muchos boricuas se juntan en un mismo lugar.