La estructura de lo que antes fue el negocio El Bejuquito, en Vega Alta, ahora se convirtió en una obra de arte y parada obligada para los conductores de la carretera 647 del barrio Candelaria.

Egresados de la clase Slayer de la Escuela Superior Maestro Ladi, en Vega Alta, son los héroes de la iniciativa de remozar y rescatar lo que quedó de la estructura abandonada por más de dos décadas y cuyo objetivo es que se convierta en atractivo y motivación para que te aventures a visitar la ruta gastronómica en la zona.

Un grupo de ciudadanos se dieron a la tarea de rescatar el abandonado espacio, convirtiéndolo en una parada obligada para los que van de chinchorreo.

En el lugar se plasmó la obra “Puerto Rico desde los taínos”, donde se resalta la esencia del puertorriqueño, diseñada por los artistas Melva Cardona y Guillermo Ortiz. Pero la mano de obra la ejecutaron alrededor de 25 excompañero de clase, que ayudaron a darle color y vida a la pieza que está compuesta por la bandera de Puerto Rico, pero con elementos indígenas como el sol naciente y el coquí taíno.  

“Vega Alta no es solo costa, también es campo y tiene su ruta gastronómica. Es importante resaltar eso. La carretera PR-647 es una que siempre estaba triste con ese edificio deprimente. Ahora le dimos un poco de felicidad, para que se vea más bonita y la gente pueda visitar la zona”, indicó Carlos Candelaria, autor de la iniciativa y egresado de la clase Slayer del 86.

Según Candelaria, el área bien puede ser una de las alternativas para los famosos chinchorreos que tanto gusta planificar el boricua.

En la ruta, además de parar a hacer tu foto, puedes hacer paradas en los estableciemientos Rancho Nativo, cuya especialidad es la carne frita con tostones y en El Batey del Recuerdo, donde también podrás disfrutar de comida criolla. Y de ahí, la ruta la completas tú al conectar con los pueblos colindantes como Corozal y Morovis.