Hubo un tiempo en que casi todo lo que Blas Pizarro consumía provenía de la tierra o de los animales del barrio sanjuanero de Caimito.

“Hasta los 15 años nosotros estuvimos comiendo el huevo que ponía la gallina. Estuvimos bebiendo leche que se la sacaban a la vaca por la mañana. Estuvimos comiendo lechuga que la sacaban del campo. Estuvimos comiendo carne de pollo de la gallina que mataban”, recordó a Primera Hora.

Pero esa esencia agrícola fue esfumándose al pasar el tiempo.   Ahora, sin embargo, hay posibilidades  de que la historia vuelva a renacer. 

“Esta piña es de aquí. ¡Mire!”, exclamó  Blas, vecino del barrio. 

El hombre, de 66 años, hizo referencia a uno de los frutos que se están sembrando y vendiendo desde el 16 de octubre pasado en el Mercado Agrícola de Caimito Haydée Colón, una iniciativa impulsada por vecinos de la comunidad para rescatar la agricultura en el barrio -con el apoyo de la Oficina de Alianzas del Municipio de San Juan- y que aspira a evolucionar para convertirse en una empresa social de desarrollo económico comunitario.

Y hasta cada una de esas ediciones  han llegado entre 700 a 1,000 personas, según la  directora de la Oficina de Alianzas del Municipio de San Juan, Nilsa Medina. 

El entusiasmo es tanto que ayer  celebraron su sexta edición en la avenida Montehiedra -al lado de la urbanización que lleva el mismo nombre. Allí se reunieron  unos 50 vendedores de productos agrícolas -de Caimito, Cupey y otras zonas  vecinas-, con plantas medicinales, comida criolla y artesanías.

La nostalgia les mueve a no quitarse, además de la falta de empleo en la comunidad  y la seguridad alimentaria, ya que el 85%  de los alimentos que se consumen en la Isla son importados, según ha dicho la Asociación de Agricultores de Puerto Rico.  

“Todas las familias cultivaban. Todos los almuerzos provenían de lo que se cultivaba en la tierra de cada uno de nosotros, en los patios, en el huerto casero. Y, pues, yo recuerdo en mi casa las latas de galletas llenas de huevos, las vacas, papi sembrando yautía, calabaza… Caimito era un barrio bien agrícola”, recordó otra vecina, María de los Ángeles Sepúlveda.

También se destacaban las plantas medicinales que eran usadas debido a que, para entonces, “los servicios de salud eran difíciles (de costear y conseguir) y casi todo se curaba en la casa”, compartió la también vecina  Migdalia Morales.  

El grupo, compuesto por unos 20 residentes, se reúne semanalmente para impulsar la evolución del mercado agrícola a fin de que -en términos formales- pase de ser un  proyecto de cogestión entre la comunidad y la Oficina de Alianzas a una  empresa social de desarrollo comunitario.

De acuerdo con  Medina, la iniciativa aspira a convertirse en un proyecto que genere empleo en el área, mayores oportunidades económicas para el vendedor,  cohesión social e incentivar la agricultura.

Algunos modelos a seguir identificados por el grupo son la Cooperativa Orgánica Madre Tierra y el Huerto Comunitario Capetillo.

  También, detalló que el proyecto comunitario apunta a siembras en el área  de pequeñas unidades de producción.  

  De otro lado, Medina mencionó que  otras de las iniciativas agrícolas que se están desarrollando en el barrio es relacionada con la creación de un programa educacional agrícola para el nivel superior de la escuela Inés María Mendoza en Caimito.

Así las cosas, el grupo de vecinos va encaminado, y muy entusiasmado, a que Caimito vuelva a ser un área agrícola.