No hay dudas que quienes gozan de la buena cocina típica  de Puerto Rico, disfrutan degustar de las arepas que fácilmente se hallan en los establecimientos gastronómicos del litoral noreste.

Desde las islas municipios de Vieques y Culebra, luego desde Naguabo, Ceiba, Fajardo, Luquillo, Río Grande hasta Loíza y pueblos adyacentes, las arepas –con coco o mantequilla- son el bocado más buscado tanto por los puertorriqueños como por visitantes del exterior.

El por qué de esta supremacía distintiva en la zona tiene su explicación histórica y social, que doña Lucy Sanjurjo Rodríguez se dispuso narrar desde su hogar en Luquillo. La exposición se basa en las experiencias verbales de sus parientes y amistades de antaño, que ubican a Vieques como el lugar de origen del manjar.

Y como toda buena idea, las arepas nacen de una necesidad. En este caso en particular, una de vida o muerte.

“Las arepas son típicas de la isla de Vieques. Para el tiempo que España traía los esclavos de Las Canarias (1513), hubo una gran escases de suministros en sus colonias del Caribe. Se menciona entre ellos la harina y la manteca, que son elementos básicos para los horneados como el pan. Aquí no había trigo. Lo que había era maíz y la yuca; con la que hacían casabe”, inicia su exposición doña Lucy.

“Estos esclavos que traían de las Islas Canarias, hacían ‘domplines’ con harina de trigo. Cuando ellos llegaron a Vieques introdujeron los domplines. Luego cuando hubo la crisis, porque los barcos españoles dejaron de traer provisiones a Puerto Rico, es que comienza la historia de las arepas con coco”, dice Doña Lucy.

 “Esto me lo cuenta una persona de Vieques, porque esta historia que yo sé, no la he encontrado en ningún sitio. Esto va pasando de generación en generación”, detalla.

“Ante la precaria situación, ellos –los esclavos- comenzaron a utilizar el coco rallado para completar la poca harina disponible y de ahí las arepas de coco. Sucede también que ante la falta de manteca, utilizaban el aceite que brota del coco para solucionar ese asunto”, explica Doña Lucy.

 “Las arepas son autóctonas de Puerto Rico. No las he visto y no sé que existan en otro lugar”, puntualizó.

La mayoría de estas delicias están rellenas de mariscos, queso y pasta de guayaba; piña u otra jalea, pero existen quienes las prefieren con jamón cocido en su interior. Esta versatilidad al paladar sólo lo brinda la arepa, que por sí puede servir para el desayuno, merienda y como plato principal.