Luego del susto de días atrás, tras ver las aguas de un canal de riego desaparecer por un socavón, la comunidad Mantilla en Isabela está más tranquila, después que obreros de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) trabajaran durante largas horas para volver a sellar el conducto y que pudiera continuar sirviendo agua a las comunidades del noroeste.

El socavón, de hecho, no fue una sorpresa para la gente de esta comunidad, pues situaciones similares han ocurrido ya en el pasado en otros puntos del canal o cerca del mismo, según varios vecinos que hablaron esta mañana con Primera Hora, ya con la tranquilidad de ver las aguas fluyendo por el canal y por las tuberías de sus casas.

“Eso había pasado otras veces. Ahí en esa esquina también había otro, que se hizo un boquete bien grande, y había una yunta de bueyes, y se la tragó, porque se abrió bien grande. Pero esto es un área de eso, de sumideros. Así que no me sorprendió que pasara eso. Para nada”, afirmó doña María Vélez, quien reside en el lugar hace siete décadas.

“Esta área siempre ha sido así, siempre ha habido sumideros. Eso para la parte de allá arriba, de la otra calle, se había también hundido un tiempo, y se hizo unos pozos bien grandes”, agregó.

“Pero ya, todo bien, gracias a Dios. Esperamos que no vuelva a pasar. Pero eso es cuestión de la naturaleza, que con tantos temblores que han hecho, eso le hace daño a eso”, comentó Vélez.

No obstante, considera que, por la misma situación de los sumideros que hay en la zona, “de un momento a otro puede pasar lo mismo, puede explotar por cualquier lado”.

“Pero eso ya es cuestión de la naturaleza. Y como sigan estos temblores de tierra, pues puede seguir pasando. Hay que vivir confiado siempre en Papá Dios. Que Dios nos cuide y nos proteja, y que no vuelva a suceder. Pero si vuelve a suceder, pues no hay de otra”, comentó Vélez.

La vecina tuvo palabras de elogio para los obreros de la AEE. Aseguró que “bregaron superbién, y bregaron a millón. Hicieron un trabajo ahí tremendo. Estuvieron ahí trabajando hasta de noche. Gente muy buena, muy buenos trabajadores”.

“Definitivamente estamos satisfechos con su trabajo. Ellos hicieron lo máximo, ellos dieron el máximo”, reiteró, recordando que, luego de que arreglaran el socavón inicial, se abrieron otros dos que también lograron corregir.

“Y ya tenemos agua. Y ya en el canal está fluyendo el agua muy bien. Ya está bregando bien, gracias a Dios”, aseveró la vecina.

Mientras, en la terraza de otra casa, Monserrate Colchado Fuentes y Wilfredo “Millo” Laboy Santiago, ambos con varias décadas viendo en la comunidad, comentaron que en el pasado ya habían visto otros socavones relacionados a los sumideros que existen en la zona.

“Eso revienta a cada rato. Y eso es enorme. Y no avisa. Cuando va a explotar, explota”, afirmó Laboy. “Y las piedras, más bien piedrones, que le echaron ahí y se las tragó. Piedras grandes como guaguas, y se las tragó como si nada”.

Agregaron que algunas casas más cercanas al sumidero sufrieron daños, y señalaron una en particular, junto al canal, que aseguran se llevó la peor parte.

“Esa casa enfrente se craqueó toda, en el techo, el suelo”, comentó Colchado.

“Y el agua salió pa’ los terrenos. Estaba saliendo a presión”, agregó, recordando que “hace par de años hubo otro hueco más arriba (a lo largo del canal)”.

Colchado aseveró que, hace años, “yo me tiraba ahí (en el canal). Pero ya no me atrevo, va y se revienta eso, y no da chance a nada”.

Sin embargo, ambos coincidieron en que los trabajadores de la AEE no tardaron en llegar y atender el asunto, aunque tuvieron que lidiar con otro socavón que se abrió apenas horas después que terminaran de hacer un arreglo.

“Ellos vinieron rápido. Arreglaron ahí, y a las cuatro horas se volvió a romper”, relató Laboy.

“Y también se rompió una llave por allá arriba. Pero es que todo eso tiene como 100 años”, agregó Colchado, refiriéndose a toda la estructura del canal, originalmente construido para llevar agua a la zona para propósitos de riego, pero que ahora también se usa para consumo de agua potable.

Los dos vecinos expresaron alivio por el hecho que ya tenían otra vez servicio de agua, y pusieron sus esperanzas en que no ocurra otro socavón en mucho tiempo.

“Ya tenemos agua y todo. Pero esperemos a ver si no pasa más nada, porque eso es un sumidero ahí. Eso es la naturaleza”, aseveró Laboy.

El dúo, además, lamentó y condenó que haya personas “desconsideradas” que usen el canal como vertedero, “y tiran de todo por ahí, animales muertos, neveras, lo que sea”, incluso a sabiendas de que esa agua se usa para suministro de agua potable a la población, si bien antes de llegar a las casas pasa por un riguroso proceso de purificación.

Otra vecina del lugar también resaltó la rápida movilización de obreros para reparar el canal.

“Eso lo atendieron bien rápido. Ya tenemos agua desde ayer”, comentó la mujer, que hacía quehaceres en su vivienda, muy cerca del lugar donde ocurrió el socavón, ahora marcado por el cemento de color más claro de la reciente reparación.

“No tengo preocupación. Llevo años aquí y es la primera vez que eso pasa por aquí”, agregó la mujer, que prefirió mantener su nombre en el anonimato. “Ellos vinieron rápido, trabajaron horas en la noche. De verdad que no tengo quejas de su trabajo”.

Entretanto, a lo largo del canal, un grupo de obreros y supervisores de la AEE inspeccionaba los trabajos y hacía anotaciones. No pudieron emitir declaraciones a este diario porque no están autorizados para hacerlo. Primera Hora contactó al portavoz de prensa de la AEE para tener expresiones autorizadas, pero al momento no había contestado.

Por su parte, el alcalde de Isabela, Miguel “Ricky” Méndez Pérez, se mostró complacido con que ya se esté restableciendo paulatinamente el servicio a las comunidades de su municipio, pero hizo un llamado a la población a ejercer prudencia en el uso del agua, toda vez que el lago Guajataca, que abastece a buena parte del noroeste, se encuentra en niveles bajos a consecuencia de la sequía que golpea a la Isla.

Méndez comentó, con tono de alivio, que el problema se resolvió, “pero esto es entre comillas, porque de la situación inicial que atendieron surgieron otras, una luego ahí en el mismo socavón y otro socavón adicional unas millas más abajo, que se vio cuando secaron el canal, porque ese otro no se veía”.

“Y el problema es que al secar bajó el agua de los tanques reguladores y el agua no está llegando a la capacidad máxima, y eso está afectando el servicio a las comunidades”, lamentó Méndez, agregando que todo eso se agravaba por el hecho que, “el lago Guajataca está con problemas por la sequía, está en (nivel de) observación”.

Méndez observó que, ya desde ayer comenzó a fluir agua por el canal, “pero como está todo seco, pues obviamente el sistema se está tardando”.

“Está trabajando, pero el proceso va lentamente”, indicó, agregando que no se anticipan problemas adicionales y que la situación se debe ir estabilizando paulatinamente.

Entretanto, agregó, han ubicado varios camiones cisternas a través de las comunidades y unas 10,000 cajas de agua que esperan distribuir en los próximos días, “para mitigar la situación”.

Méndez lamentó que el sistema de esos canales, que está próximo a cumplir 100 años, no ha recibido el mantenimiento adecuado a través del tiempo, lo cual, combinado con los efectos naturales, hace más probable que ocurran eventos como este.

En ese sentido, indicó que hizo un llamado al gobernador Pedro Pierluisi para que haga una declaración de estado de emergencia que impulse la entrada de fondos de emergencia a las agencias involucradas en la reparación y mantenimiento del canal, así como la distribución de agua a la población.

“Eso coge dinero y coge tiempo. Porque hay que hacer estudios. Ya vimos lo que pasó, que se reparó el canal y se volvió a romper en el mismo sitio. La ingeniería que hay que utilizar tiene que ser de mayor grado”, explicó. “Y lo que le pedí al gobernador fue eso. E, inclusive, para ayudar a Acueductos a distribuir agua, porque un camión de agua cuesta un dron de chavos pa’ uno traerlo”.

Sostuvo que, tras su petición, en Fortaleza “se han mostrado responsivos. Han estado llamando. Y espero que sí, que el gobernador finalmente firme la declaración. Porque un día o dos (sin agua) uno lo puede aguantar, pero ya llevamos hoy 10 días, 11 mañana, ya son muchos días. Y por más agua que uno almacene y demás, es complicado”.

Por otro lado, indicó que en el área de la comunidad Mantilla, en el barrio Arenales Alto, donde ocurrió el socavón, había sido revisada por una geóloga del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y un geólogo de la Autoridad de Carreteras y Transportación, y determinaron que no había que desalojar ninguna vivienda.

Comentó que, en caso de otros socavones ocurridos en el pasado, había sido “en áreas remotas, puro bosque, y no había problemas con estructuras”. En esta ocasión, en cambio, aunque “no llegó a estructuras como tal, sí se acercó bastante. Incluso afectó patios y un terreno que es agrícola. Así que hay que tener mucho cuidado con esto”.

“Inclusive el canal de riego lo utilizan balseros en ocasiones. Así que esto pudo haber sido una tragedia mayor”, advirtió.

Comoquiera, el alcalde aseguró estar “muy agradecido con la movilización de las agencias” para atender la emergencia del socavón.

Por último, Méndez reiteró el llamado a la población “a que tengan mesura en el uso de agua, que hagan buen juicio. Estamos en sequía y hasta que no llueva, el (lago) Guajataca no se va a llenar, así que no se puede malgastar el agua”.