Rompe con los estereotipos de las personas con Síndrome de Down
“Ellos no son niños con Síndrome Down, él es David, El Delfín Boricua, David Torres Rivera y él tiene mucho que dar….”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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“Ellos no son niños con Síndrome Down, él es David, El Delfín Boricua, David Torres Rivera y él tiene mucho que dar….”
De esta manera, Marizel Rivera Matos, madre de David “El Delfín Boricua” Torres describió la visión bajo la cual ha levantado a su hijo desde que llegó al mundo hace 23 años.
“Dios nos bendijo con esa condición (Síndrome de Down), porque ha sido una bendición, más que, a lo mejor, una dificultad, limitación o una condición negativa. Nos ha ayudado mucho a crecer e ir más allá de lo que estamos acostumbrados”, abundó.
Esta forma de enfrentar la vida ha hecho que David no solo sea un ganador en el agua, su verdadera satisfacción para ella como atleta y como madre, sino también en el diario vivir.
“David se graduó en (escuela) elemental con alto honor. Comenzó en grupos contenidos y, en tercer grado, la directora de la escuela pública Ernestina Bracero, en Candelaria Arenas, me hace el acercamiento de que por las notas, tenía que ir a corriente regular. Fue impactante para mí, que me dijeran eso, porque aparte de la alegría, era la incertidumbre de que si él podría mantener (su buen desempeño académico), pero nada decidimos enfrentarlo de semestre a semestre. Y, de semestre a semestre, fue que terminó cuarto año con honores”, acentuó la orgullosa madre, a quien se le entrecortó la voz por la emoción de las pruebas superadas y expectativas sobrepasadas.
“Personas, hasta sicólogos, me dicen ‘mamá -eso nunca se me olvida- él va a llegar a un nivel en que se estancará’, pero gracias a papá Dios, hasta hoy, sigo esperando ese momento. Los pronósticos que dieron, la visión que tienen, es errónea. Si uno se deja llevar por libros, si se deja llevar por los profesionales... Yo, en mi caso, me dejo llevar por el corazón y es lo que nos tiene aquí”, puntualizó Marizel quien es oriunda del pueblo de Vega Alta.
Precisamente, el corazón los llevó a la natación, después de experimentar con programas de intervención temprana, terapias ocupacionales, educación física y natación adaptada en distintas etapas.
“David comenzó en la natación, en el agua, desde bebé y vimos lo favorable que era para él, no solo en lo físico, sino en lo social y lo cognoscitivo, porque el agua es terapéutica. Era la mejor terapia que él podía hacer, y al ver lo beneficioso, decidimos envolverlo en la natación”, destacó Marizel de su hijo, quien comenzó en la Liga “pamper” de Béisbol, “pero cuando van subiendo de ligas, ya, entonces, lo dejaban más tiempo sentado y no se disfrutaba el deporte”.
Fue así como, desde los desde los 8 años de edad, comenzó a participar en las Olimpiadas Especiales y, actualmente, también pertenece al equipo Escambron Masters, de la Liga de Natación Master de Puerto Rico.
Durante los Juegos Centroamericanos de las Olimpiadas Especiales en Panamá 2012, en el evento de 200 metros libre, David lució como un “delfín” en el agua, gesta que le valió una medalla de oro y, también, su apodo.
El atleta profesional domina todos los estilos de nado, pero se especializa en pecho y ha participado en eventos en aguas abiertas, los cuales suelen ser de entre 1,500 o 1,600 metros, y en piscina en eventos largos y cortos. Para esto practica y entrena tan duro como cualquier nadador.
“Para (prepararse para) las competencias del 2015 y 2017 de los Campeonatos Iberoamericanos, Colombia y los Mundiales estuvimos en la playa, martes y jueves, básicamente, hacíamos un “boot camp”. David estaba desde que nos levantábamos y en casa hacíamos físico, en la playa y en las tardes prácticas en el natatorio con el equipo de “Special Olimpics” y de allí, salíamos. Y en casa, lunes, miércoles y viernes hacíamos pesas”.
¿David, te gusta nadar?, preguntó El Norte
“Sí, mucho”, contestó el joven a quien le encanta practicar en la playa de Punta Salinas en Toa Baja, donde reside, y en el Natatorio de San Juan.
David practicamente acaba de llegar de representar a la Isla en el Campeonato Iberoamericano, en Colombia. “Yo gané ese evento de 100 libres y llegué en primer lugar. Me gustó eso allá, Colombia”, destacó el atleta que ante todo goza de representar a la Isla en esos eventos internacionales.
Es por esto que tras cada triunfo “cuando voy a salir grito, ‘¡Puerto Rico, viva Puerto Rico! ¡Yo soy boricua pa’ que tú lo sepas!’, sostuvo quien para los viajes siempre se lleva sus pleneras como parte del equipo y se encarga de ser siempre el que “la monta”.
Además, ha izado la monoestrellada en campeonatos mundiales en el 2011, en Grecia, y en 2015 en Los Ángeles. “Fue el único puertorriqueño que ganó todos sus eventos en primer lugar, sus tres medallas de oro”, estableció Marizel, del nadador a quien le encanta su apodo y hoy lo usa como su distintivo.
El trabajo, aunque ha rendido fruto, no ha sido fácil. “Para cada competencia, como que todos los meses anteriores surgen situaciones. Hemos pasado por situaciones personales, que hemos tenido que superar, situaciones de las que, básicamente, hemos empezado de cero, y pues, el resultado está en que no nos detenemos”, reiteró Marizel.
Y los resultados se mantienen sólidos. “En Colombia mejoró sus tiempos. Los pronósticos es que no lo mejoren por la altura (sobre el nivel mar que tiene dicho país) y entiendo que en mariposa mejoró dos segundos de su mejor tiempo, que en natación, eso es bastante”.
El futuro de David está abierto a varias posibilidades, más allá de la natación. “Somos salvavidas, así que vamos a seguir trabajando esta área, a él le gustan mucho los entrenamientos. Además, él tiene certificaciones de entrenador personal para trabajar con niños, como masajista personal y de yoga. Él tiene mucho potencial a lo que le ha sacado provecho. Y seguir preparándonos en lo que venga, seguir abriéndonos puertas profesionales”, estableció la entregada madre.
rodeados de “ángeles”
David y su mamás no han estado solos en el camino, sino que han contado con la ayuda de personas que han querido formar parte de la vida del atleta en diferentes etapas.
“Estamos sumamente agradecidos”, expresó Marizel de gente como sus entrenadores Laiza Bas de “Special Olimpics” Daniel Cuellar y Carli Berríos, entre otros, del equipo del Escambrón.
“Estos ángeles, que siempre aparecen, auspiciadores directos como Mi Pan y todos los que han venido con el tiempo, como el doctor Ramón Durán, y muchos que nos han ayudado para poder viajar, porque sino, no sería posible. Ha sido un apoyo grande incluso, hay gente que no conocemos. Pero hay una pieza importante que ha sido su trabajador 1, Maribel Rivera, que lo trabajó de primer grado hasta cuarto año”, concluyó Marizel.