Rumbo a Japón la TunAmérica

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Quien los ve tan serios con sus uniformes compuestos de múltiples significados, sus mallas, los instrumentos que cargan como joyas preciosas y sus capas emblemáticas, jamás se imaginaría la disciplina, el orgullo y, sobre todo, la algarabía con la que TunAmérica transforma el concepto de las tunas en uno totalmente diferente.
Son joviales, bromistas, alborotosos, simpáticos, gritones, críticos, bohemios, cantores y músicos.
La química que han desarrollado los integrantes pareciera ser la de hermanos que tienen la habilidad de hablarse con las miradas, burlarse de ellos mismos y terminar las frases que comienza el otro. En otras palabras, son totalmente distintos de lo que la gente imagina.
En el año 1993, cuatro jóvenes universitarios con hambre de conocer el mundo y deseos indomables de llevar a un nivel internacional el talento que había en Puerto Rico se aventuraron a fundar una tuna que rompía con la tradición impuesta en la Isla.
Sentados en el suelo del Centro de Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras, Alexey Badillo, Francisco Chiroque, Rafael Vilá y José David Colón crearon TunAmérica, motivados por lo que hoy, 16 años después, manifiestan que fue la gran oportunidad de difundir la música de la tuna tradicional, originada en España en el siglo XII.
Pero, ¿qué pasaba con la Tuna de la UPR de la que eran miembros? Cuenta Badillo que, simplemente, no era una tuna tradicional, era mixta, y por consiguiente en muchas ocasiones no era invitada a participar en eventos de alto calibre internacional. Y a pesar de haber sido la primera tuna en Puerto Rico, los escollos y pocas oportunidades de exposición a nivel internacional en la mayoría de los casos se adscribieron a ese hecho.
“De ahí surgió la motivación de crear una nueva tuna que cumpliera con esos requisitos tradicionales”, detalló Badillo.
Ese mismo año, TunAmérica -compuesta ya por siete integrantes- salió en su primera aventura para participar del Festival de Costa Cali, en Murcia, España.
Allá ganaron dos premios que no les fueron entregados, porque no sabían que tenían que ser diez miembros. Negociaron estancias, comidas y hasta los pasajes, todo con su música.
Y es que, en sus inicios, un tuno era un joven universitario que era becado por su talento y que con éste lograba obtener alojamiento, comida y, por supuesto, estudios.
Un año más tarde, en 1994, se dieron a la tarea de organizar el primer Festival Internacional de Tunas FIT Caribe aquí en la Isla, al que asistieron agrupaciones procedentes de Latinoamérica, España, Portugal y Puerto Rico.
“Lo que parecía casi imposible en esa época, 16 años después es normal, que una tuna viaje una vez al año y represente en el extranjero a Puerto Rico”, añadió el fundador del grupo y consultor financiero de profesión.
Por su parte, José David Colón, militar y maestro, relató que, a pesar de las particularidades que tenía la Tuna de la UPR, para él fue la oportunidad que lo lanzó a alcanzar todo lo que hoy en día es.
“Yo le agradezco a Goyo (Gregorio Acevedo, director de la Tuna de la UPR) porque me dio la oportunidad de entrar a la tuna, si no hubiese sido así, yo no estaría aquí”, afirma el recién graduado de leyes.
Para el peruano Luis Chiroque, TunAmérica “es una hermandad con cuyos integrantes hemos tenido vivencias que me han permitido crecer como ser humano. Mis compañeros tunos son mis mejores amigos”.
Luis Moreno, quien se encarga de la parte administrativa de la tuna, mientras, dice que el pertenecer a ella ha sido una experiencia muy significativa porque es cuando se retira de su trabajo en el Gobierno que se integra a ella.
“Con TunAmérica he hecho amigos en todo el mundo. Viajo y me quedo en las casas de esas amistades”, explica.
De otro lado, Neftalí Olmeda Rodríguez y Miguel Angelo Reymundí Micheo, de 26 y 33 años, respectivamente, el ser los más jóvenes de la agrupación no les ha limitado en el aprendizaje y en el compartir con sus amistades.
Olmeda confesó que por haber laborado en radio como locutor de una emisora de reguetón (Reguetón 94) por 10 años, la imagen que las personas tienen de él jamás podría ser la de tunero.
“Yo he sido objeto de burlas, pero es algo con lo que aprendí a trabajar. Desde muy niño tuve habilidad para tocar el cuatro y mis padres me encaminaron”, manifestó.
Reymundí, mientras, catalogó su relación con sus amistades como una normal.
“Ellos me apoyan, van a verme a las presentaciones, saben lo que hago”, dijo el joven graduado de Educación de la UPR, quien hace el famoso baile con la capa.
Entre los numerosos viajes de TunAmérica cabe destacar los realizados a Chile, Bolivia, Perú, Venezuela, Ecuador, Estados Unidos, España, Portugal, Francia, Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra, Kenia, México, Colombia y, próximamente, Japón.
Han recibido múltiples premios internacionalmente, entre ellos, a la mejor tuna, tuna más tuna, mejor solista, y siete mejor bandera, entre muchos otros.
Mañana, viernes, TunAmérica viajará a Japón donde participará representando a Puerto Rico en el Festival Latinoamericano 2009.
Es la primera vez que una tuna boricua participa en el evento, que se realizará en las ciudades de Atami, Mishima y Fujisawa.
TunAmérica se quedará 15 días en Japón y recorrerá otras ciudades de interés cultural, como Osaka, Hiroshima, Yokohama y Kyoto.
Primerahora.com tendrá un espacio en el que diariamente se consignará el recorrido de la agrupación puertorriqueña con fotos, vídeos y reflexiones de sus integrantes.
Será un especial donde los usuarios podrán conocer a través del Internet todo lo que acontezca con TunAmérica en Japón.
Además de tocar los temas de su primer disco, Corazón vagabundo, TunAmérica presentará su nueva propuesta musical que salió al mercado tan recientemente como el martes pasado, titulada Toda-Vía, en el que entonan canciones conocidas, como Entre la tierra y el cielo, y de su autoría como Vanessa.