GUAYAMA.- Ocho confinados de la cárcel de mediana seguridad Guayama Mil, considerados de alta peligrosidad, se fugaron espectacularmente ayer, pero uno de ellos fue capturado poco después por la Policía.

Los reos -siete de ellos asesinos convictos- entrelazaron sábanas para formar una soga que usaron para bajar desde la azotea de un edificio. Luego cortaron dos cercados que requerían de pinzas de gran tamaño hasta ganar acceso al exterior de la penitenciaría, que no tiene torres de vigilancia.

La fuga ocurrió cerca de las 11:00 de la mañana, según indicó el director regional para el Este de la Administración de Corrección, Ramón Luis Díaz.

Los fugados fueron identificados como Xavier Colón Figueroa, de 23 años; Carlos Rodríguez Viera, de 25; Omar Reyes Rodríguez, de 33; Edwin Aponte Lebrón, de 28; Oliver Colón García, de 29; Víctor Martínez Rivera, de 32; Ramón Montijo Casanova, de 29, y Félix Reyes Camareno, de 38 años.

Colón Figueroa, el único que no está preso por asesinato, fue capturado al mediodía en la autopista PR-53 y reingresado en la prisión. Condenado a 18 años por uso ilegal de armas largas, Colón Figueroa enfrentará ahora nuevos cargos que podrían representarle otros 12 años de prisión.

Díaz dijo que las autoridades se percataron de la fuga después que uno de los reos no se presentó a una cita médica en el penal, lo que provocó la activación de un alerta y un conteo de reclusos.

“El oficial que estaba a cargo del perímetro vio a un confinado adentrándose al solar yermo que tenemos en la parte de atrás de la institución y emprende la persecución”, explicó Díaz, quien entonces solicitó asistencia de la Policía.

Inicialmente se contaron cinco ausentes, pero luego se confirmó que eran ocho.

Espectacular plan

Para ganar acceso al techo, los reos rompieron una plancha que da paso a una tubería sanitaria en el salón común, tras lo cual llegaron hasta un extractor de aire por el que subieron al techo. Allí rompieron un generador y se abrieron paso por la azotea. Luego usaron las sábanas para descender en un sector no vigilado.

El capitán Gilberto Negrón Falcón, asesor de seguridad del penal, explicó que primero debió haber descendido uno de los reos para esconderse detrás de unos pilares y dar el aviso para que los demás bajaran y llegaran al cercado para luego cortar las rejas.

El funcionario cuestionó que el grupo hubiese podido elaborar su escape desde el salón común, que pertenece a los módulos de 56 celdas cada uno y donde se supone estén vigilados las 24 horas por un oficial de custodia.

Díaz, en tanto, no descartó que los prófugos obtuvieran ayuda interna o externa debido a que uno de ellos no habitaba en el módulo del que se escapó y los confinados de módulos distintos no son mezclados.

¿Qué le ha ordenado su jefe, Miguel Pereira, sobre esta fuga?

“Que los quiere capturados ‘ayer’”, respondió el funcionario, quien reconoció que ésta ha sido la fuga de mayor magnitud efectuada en un penal bajo su responsabilidad.

El comandante del área de Guayama de la Policía, Alejandro Figueroa, indicó que desplegó 50 agentes de varias unidades y advirtió a la ciudadanía a estar alerta ante la peligrosidad de los individuos, ninguno residente de Guayama.

El superintendente Pedro Toledo se mostró preocupado por la fuga y activó la Unidad de Arrestos Especiales y Extradiciones de la Policía para cooperar.

“Tenemos que localizar esa gente. Eso es preocupante. Le dije a la gente nuestra que activaran a todo el mundo”, dijo por teléfono Toledo.

Maribel Hernández colaboró en esta historia


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