Rafael Manuel Castro Dones es un joven ingeniero químico que, aferrado a su inquebrantable fe, superó un raro tipo de cáncer. Sin embargo, cuando parecía que esa pesadilla había quedado atrás, hace unos meses recibió la dura noticia de que la enfermedad regresó, y está inmerso en una nueva batalla para volver a derrotarla.

Rafael conversó con Primera Hora y relató que, luego de graduarse de ingeniería química, prácticamente de inmediato comenzó a trabajar, y laboró por unos cinco años.

Yo siempre he sido bien servicial. Me gusta ayudar a las personas. Me criaron en la iglesia, con mi familia. Siempre he tenido una comunidad bien bonita”, describió el joven de 30 años, residente de Guaynabo.

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En el 2023, le diagnosticaron “un cáncer sumamente raro. Prácticamente, son dos casos al año en todo Estados Unidos y Puerto Rico; para un adulto de 28 años yo era el único en ese momento aquí”.

A consecuencia de ese cáncer, desarrolló un tumor en el lado derecho de la cara que continuaba creciendo y presionando otras partes de su rostro, como el ojo, el paladar, las encías y, además, estaba también creciendo hacia la base del cerebro.

“Cuando me hicieron el diagnóstico y la biopsia, rápido un cirujano de aquí de Puerto Rico, del Centro Médico, aceptó hacer la cirugía, quiso operarme y me removió el tumor. No me tuvieron que remover otras partes de mi cara, solamente un poquito del hueso de la base del ojo. La cirugía fue un éxito”, recordó.

Luego de la cirugía, recibió 40 sesiones de radioterapia. Pero los oncólogos que lo trataban en ese momento no conocían ese tipo de cáncer y no sabían qué tratamiento darle, por lo que viajó a los Estados Unidos “a buscar contestaciones”, y allí le dieron el régimen de quimioterapias a seguir. Regresó a la Isla, y recibió 20 ciclos de quimioterapia.

En diciembre de 2024, luego de año y medio de tratamientos, tuvo “un descanso”. Dos meses después, en febrero pasado, se hizo el estudio para determinar si aún tenía células cancerosas “y los resultados fueron sumamente positivos. No tenía nada, simplemente inflamación por las quimios, etcétera, y estaba en monitoreo”. Se comunicó con todos los médicos que lo habían tratado, incluyendo los de Estados Unidos, y todos le confirmaron que no tenía que recibir más tratamientos, sino solo mantener el monitoreo.

La recaída

Por los siguientes dos meses, todo seguía saliendo bien. Hasta que sintió un dolor “sumamente fuerte” que lo llevó a la sala de emergencias, donde luego de hacerle unas imágenes, le encontraron dos tumores en el páncreas.

“Ahí paso un proceso bien difícil. Me hicieron la biopsia (…) el tumor empezó a obstruir el ducto biliar y me puse amarillo, me puse bien mal. Entonces me hicieron un procedimiento que es ponerme una malla en el ducto biliar para liberar la presión. Eso salió con éxito. Y luego empecé a recibir quimioterapias de nuevo”, indicó.

“El viernes pasado recibí la última quimio del ciclo dos. Pero esta semana pasada nos habíamos reunido con un cirujano para ver si había opciones para operar, para poder sacar el tumor, y ellos me hicieron unas imágenes y lamentablemente descubrieron que el cáncer siguió progresando. El tumor creció sumamente más rápido. Es tres veces el tamaño que como estaba al principio. No tuvimos las noticias que esperábamos”, continuó explicando.

“Pero ese mismo día nos llamaron de Estados Unidos de que tenían un espacio disponible para mí para la próxima semana, para poder recibir tratamiento, hacerme pruebas, etcétera. Yo digo que eso fue Dios que me abrió esa puerta, porque dentro de la noticia mala rápido hubo una noticia muy buena”, agregó.

Rafael se trata actualmente en el Hospital Oncológico, desde hace un año y medio, con el doctor Elías Sobrino, a quien describió como “un excelente oncólogo, el único que ha metido mano, que ha luchado conmigo, ha buscado contestaciones, me ha dado los tratamientos, me ha cuidado”, y quien luego de hablarle sobre la posibilidad del tratamiento en Estados Unidos le dijo estar dispuesto a acompañarle.

“Obviamente, el plan médico no me cubre allá en Estados Unidos, más los gastos que yo estoy haciendo aquí en Puerto Rico han sido sumamente altos. Pero enfocándonos en Estados Unidos, pues, como los planes médicos no nos cubre allá, pues todas esas pruebas, todos esos tratamientos, pues obviamente es costoso. La realidad es bien costoso”, comentó Rafael.

Detalló que lo que está enfrentando “es el mismo tipo de cáncer, que se transfirió al páncreas. Y, lamentablemente, yo soy el único caso ahora mismo en todo Estados Unidos y Puerto Rico. Así que es un poquito más complicado de lo que se ve”.

Agregó que, a consecuencia de la enfermedad y la combinación de tratamientos y quimioterapias, no puede trabajar. De hecho, apenas camina, y durante un tiempo no podía comer. Ahora recibe un medicamento que le ayuda a absorber alimentos y nutrirse, lo que se suma a sus crecientes gastos.

“Mi petición es, prácticamente, muchas oraciones. A mí me encanta que la gente ore por mí, porque eso me da fuerzas, eso me hace continuar batallando esta enfermedad. Sé que, con Dios adelante, voy a lograrlo. Lo logré en la primera pelea, en mi primer diagnóstico”, afirmó.

Sin embargo, ante la realidad que enfrenta, Rafael estima que va a necesitar como mínimo $200,000 para ese viaje en busca de tratamiento, y está recabando fondos con ese fin.

“Pero eso es escalonado, porque mientras me siguen haciendo más pruebas, pruebas para entrar en algún ensayo clínico, es bien complicado. Pero todo tipo de pruebas, todo tipo de tratamiento que me vayan a dar, más los alojamientos, más otras citas con otros especialistas que se unan al caso, los hospitales, por eso digo que es escalonado, y los costos pueden llegar hasta que uno no se puede imaginar”, comentó.

Para que tenga una comparación, los costos del proceso de cáncer anterior que logró superar, ascendieron a $500,000, y todavía no los ha terminado de pagar por completo.

Aunque afortunadamente Rafael ya ha recibido la solidaridad y donativos de muchas personas, como explicó, es muy probable que sus gastos superen por bastante ese monto.

“Estoy sumamente agradecido por el apoyo y las oraciones, y estoy bendecido por eso. Sé que voy a sanar, porque Dios está conmigo. Tengo una fe sumamente grande, inquebrantable hacia Dios, y eso es lo que me mantiene de pie, más mi familia, mis amistades, el equipo médico que siempre me ha apoyado”, afirmó.

“Lo que puedo decir, a todas las personas que están pasando por esta situación, se vale llorar, se vale estar frustrado por un tiempo, pero siempre es bien importante sonreír, agradecer, y enfocarse en esa fe en Dios. Porque yo soy un testigo de que sí, Dios me da mucha fuerza, y por eso llevo todo este tiempo luchando y ganando la batalla contra esta enfermedad. Si tú tienes fe en Dios, Dios siempre va a tener fe en ti, y Él siempre va a obrar”, agregó.

Si deseas cooperar con Rafael, puedes enviarle un donativo por ATH Móvil al 787-347-3626, por Paypal a paypal.me/RCastroDones, o si prefieres hacerlo por correo regular, puedes enviárselo a PO Box 2756, Guaynabo, Puerto Rico 00970.