Luego de conocerse la difícil situación financiera por la que atravesaba, el Hospital El Maestro se acogió este lunes al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras federal.

La institución arrastra deudas por $39.6 millones, informó El Nuevo Día.

La bancarrota era una de las tres alternativas que barajaba la junta de directores para tratar de salvar el hospital, un asunto que estaba sobre la mesa desde, por lo menos, el 2022. Las otras incluían la venta de los activos o la selección de un operador privado, se indicó.

Sin embargo, bajo el Capítulo 11 del Código de Quiebras, la institución hospitalaria podría reorganizar sus finanzas. Actualmente, las cuentas del hospital están embargadas por el Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés) porque la institución incumplió con un plan de pago que le habían preparado por violentar el pago de la retención de impuestos a los empleados por Seguro Social y Medicare.

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Actualmente, opera mediante una línea de crédito que le provee la Asociación de Maestros de Puerto Rico (AMPR).

La situación precaria que atraviesa el hospital se agudizó desde el pasado martes, cuando 62 empleados fueron despedidos. También se anunció la intención de reducir el número de camas disponibles en el hospital a apenas 18 debido a la falta de personal para atender pacientes, algo que quedó evidenciado el domingo durante una vista ocular de la Comisión de Salud de la Cámara de Representantes.

Trascendió que la institución debe $11.8 millones por el servicio de energía eléctrica y $870,000 de agua.

Los directivos de la atribulada institución médica apostaban a conseguir un acuerdo con alguna entidad que tuviera el suficiente capital para asumir el rescate y control del hospital.

Esa apuesta descansaba en gran medida en la asignación de unos $150 millones en fondos de recuperación que hizo FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) al hospital hace más de dos años, pero que para poder usarse requería de un pareo de 10%, es decir sobre $14 millones, que la institución médica no había podido conseguir.

“No es sostenible. Sencillamente, no es sostenible, con una deuda, por ejemplo, de LUMA, de cerca de $12 millones, con una deuda de (la Autoridad de) Acueductos y Alcantarillados acercándose al millón de dólares, con las cuentas embargadas por el IRS, sin decir todo lo que representa los retos que tienen para pagarle a los empleados, que hoy se sostienen con las cuentas de la Asociación de Maestros. Si la Asociación de Maestros cierra la cuenta para no pagar ni un centavo más a esta institución, sencillamente, se quedan sin dinero y no pueden pagar”, sostuvo entonces el presidente de la comisión, el representante Gabriel Rodríguez Aguiló.

“Con este hospital no se puede contar. Porque tiene las facilidades, tiene las camas, pero no tiene el personal. Así que no pueden traer a ningún paciente a estas facilidades, porque no va a haber quién lo atienda”, agregó.