Ante el disloque en el suplido de combustible en Puerto Rico, el sector privado ha decidido crear su propia cadena de suplido para poder llevar gasolina, pero particularmente diésel, a sus distintas operaciones industriales y comerciales.

Luego de días de reuniones con el gobierno y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) y tras confirmar que en Puerto Rico existe capacidad para almacenar y despachar combustible a gran escala, empresas como Coca-Cola Bottling Co., Cervera de Puerto Rico y Bacardí, entre otras, han comenzado a ordenar sus propios camiones para transportar diésel.

“Esto requiere una nueva manera de pensar”, dijo a El Nuevo Día, el presidente de Coca-Cola, Alberto E. de la Cruz.

Hace unos cuatro días, de la Cruz fue uno de los primeros empresarios en llegar al centro de comando habilitado por el gobierno para atender la emergencia causada por el huracán María. Ello, con la expectativa de que pudiera atenderse el caos que viven individuos y comercio, ante las serias dificultades para acceder a combustible, particularmente diésel, en aras de reanudar operaciones.

Una vez Puerto Rico quedó a oscuras por el paso del huracán María, la demanda por gasolina y diésel llegó a niveles nunca vistos, por lo que la flota de camiones y operadores que hay en la isla no es suficiente, particularmente para suplir el combustible que utilizan supermercados, fábricas, farmacias y restaurantes para sus plantas eléctricas.

Además, la falta de energía ha provocado que instalaciones críticas como hospitales y las plantas de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados requieran combustible en grandes cantidades y por más tiempo.

Según de la Cruz, en principio, los empresarios llegaron al centro de operaciones para ver cómo el gobierno podía resolver el asunto. Ahora, dijo el empresario, varios integrantes del sector privado han decidido viabilizar su propia solución y solo pidieron al gobierno les brindara apoyo.

De acuerdo con de la Cruz en aproximadamente una semana deben llegar a Puerto Rico unos 20 camiones para distribución y despacho de diésel. Las conversaciones con el gobierno resultaron en que esa flota reciba prioridad a la hora de arribar por barco a la isla y en una orden ejecutiva que exime a estas unidades del pago de arbitrios por un plazo de seis meses.

Aunque la compra de las 20 unidades aliviará en parte las necesidades del sector privado, según fuentes de El Nuevo Día, la demanda que se ha creado por combustible a causa de los generadores eléctricos podría requerir hasta casi un centenar de estos vehículos. Esto por la condición geográfica de la Isla.

De la Cruz explicó que además varias empresas privadas se proponen adquirir generadores de gran capacidad para reanudar sus operaciones a cabalidad hasta que se reanude el servicio eléctrico.

Aunque diariamente, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) energiza algunos sectores en la Isla, la corporación pública no ha dicho cuánto tomará restaurar la electricidad en todo Puerto Rico.