San Juan. Cientos de gatos callejeros que deambulan en el Paseo del Morro, la zona turística costera del Viejo San Juan, donde son considerados tanto un motivo de regocijo como una molestia, serán retirados el próximo año, en virtud de un plan presentado el martes por el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos.

La agencia dijo que contratará a una organización de protección animal para retirar a los 200 gatos que se cree viven en 30 hectáreas (75 acres) que rodean un fuerte en el Sitio Histórico Nacional de San Juan que la agencia federal opera en el Viejo San Juan. Si la organización no puede llevar a cabo la tarea en un plazo de seis meses, el servicio de parques dijo que contrataría a una agencia de control de animales.

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Los amantes de los gatos estaban consternados por el plan, pero el servicio de parques señaló que los felinos pueden transmitir enfermedades a los humanos. “Todos los visitantes se beneficiarán del retiro de un posible vector de enfermedades del parque”, de acuerdo con el plan de la agencia.

El plazo de seis meses para retirar a los gatos de las calles no es realista, dijo Ana María Salicrup, secretaria de la junta directiva del grupo sin fines de lucro Save a Gato, que actualmente ayuda a cuidar a los felinos y que espera que sea elegida para implementar el plan.

“Cualquiera que haya trabajado con gatos sabe que es imposible”, comentó Salicrup. “Nos están preparando para el fracaso”.

El plazo de seis meses para retirar a los gatos de las calles no es realista, dijo Ana María Salicrup, secretaria de la junta directiva del grupo sin fines de lucro Save a Gato, que actualmente ayuda a cuidar a los felinos y que espera que sea elegida para implementar el plan.
El plazo de seis meses para retirar a los gatos de las calles no es realista, dijo Ana María Salicrup, secretaria de la junta directiva del grupo sin fines de lucro Save a Gato, que actualmente ayuda a cuidar a los felinos y que espera que sea elegida para implementar el plan. (Archivo)

Gatos de todos los tamaños, colores y temperamentos deambulan por los senderos junto al mar que rodean El Morro, con vistas a una extensión de profundas aguas turquesas en el extremo noroeste de la capital San Juan.

Se cree que algunos son descendientes de gatos de la época colonial, mientras que otros fueron llevados a la capital por la legendaria alcaldesa de San Juan, Felisa Rincón de Gautier, para matar a las ratas a mediados del siglo XX. Desde entonces, se han multiplicado por centenares para el gozo de algunos residentes y turistas, y el disgusto de otros.

A los visitantes se les puede ver tomando fotografías de los gatos a diario mientras residentes y voluntarios de Save a Gato los cuidan. El grupo los alimenta, esteriliza y da en adopción.

Hace unos dos años, funcionarios federales dijeron que la población felina había crecido demasiado y que los “encuentros entre visitantes y gatos, y el olor de la orina y excremento son... incompatibles con el paisaje cultural”.

El año pasado, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos realizó una audiencia como parte de un plan que, señaló, mejoraría la seguridad de los visitantes y empleados, y protegería los recursos culturales y naturales. Ofreció dos opciones: Retirar a los gatos o mantener el statu quo.

Los asistentes rechazaron abrumadoramente la primera opción, y un hombre dijo que los gatos son “una de las maravillas del Viejo San Juan”. Los gatos incluso tienen su propia estatua en la zona histórica donde deambulan.

Hace unos dos años, funcionarios federales dijeron que la población felina había crecido demasiado y que los “encuentros entre visitantes y gatos, y el olor de la orina y excremento son... incompatibles con el paisaje cultural”.
Hace unos dos años, funcionarios federales dijeron que la población felina había crecido demasiado y que los “encuentros entre visitantes y gatos, y el olor de la orina y excremento son... incompatibles con el paisaje cultural”. (Archivo)

“Estos gatos son exclusivos de San Juan”, comentó Danna Wakefield, una contratista de la industria solar que se mudó a Puerto Rico en 2020, durante una entrevista. Visita a los gatos cada semana. “Yo y muchas otras personas amamos esa caminata por los gatos. De otra forma, sería una caminata muy aburrida”.

Tiene tres gatos favoritos, incluido uno negro con ojos dorados al que apodó “Cross”.

El plan del Servicio de Parques Nacionales presentado el martes contempla que las estaciones de alimentación de los gatos sean retiradas a menos que sean utilizadas temporalmente para ayudar a atrapar a los felinos. Señaló que está prohibida la alimentación no autorizada de los gatos, debido a que atrae a las ratas y alienta a la gente que quiere abandonar a sus gatos para que lo haga en esa zona, porque sabe que serán alimentados.

El plan de la agencia dice que la organización de protección animal que sea seleccionada estará encargada de decidir si los gatos atrapados serán puestos en adopción, colocados en un hogar adoptivo, mantenidos en un albergue o enfrentarán otras opciones.

Salicrup dijo que es complicado encontrar casas para tantos gatos, y que Save a Gato ha contactado a muchos santuarios en el territorio continental de Estados Unidos. “La respuesta siempre es: ‘No podemos traer a 100 gatos para acá’”.

El Servicio de Parques Nacionales señaló que el plazo de seis meses para atrapar a los gatos podría ampliarse si notan un avance significativo. En caso de que no sea así, la agencia pondrá fin al plan actual y contratará a una agencia de control de animales.