Cada día sus conocimientos, experiencia y análisis son desafiados con la misma intensidad con la que el fenómeno atmosférico reta cualquier obstáculo para alcanzar su máximo poderío.

Hasta los sofisticados modelos por computadora, los cuales los guían en sus instintos y conocimientos, pueden fallar a la hora de determinar cuándo, por dónde y bajo qué condiciones un fenómeno ciclónico tocará tierra.

Los meteorólogos viven ese desafío día a día. Tanto cuando tratan de pronosticar si llueve o no llueve como en eventos de mayor intensidad, como fue el paso cercano por la Isla del poderoso huracán Earl.

“A través de los años se hace un poco más fácil (pronosticar), aunque aun así es una ciencia bastante difícil y a veces se nos hace complicado hacer un pronóstico preciso”, indicó Ernesto Morales, del Servicio Nacional de Meteorología (SNM).

Pero, así es la meteorología: la ciencia que estudia el estado del tiempo, el medio atmosférico, los fenómenos allí producidos y las leyes que lo rigen.

Esa imprecisión de la que se jacta esta ciencia está presente los 365 días del año, pero es durante esta etapa cuando quizás la notamos más, precisamente porque es cuando más atentos estamos al estado del tiempo.

El huracán Earl así lo demostró porque, aunque desde un principio los modelos meteorológicos lo llevaban a tomar una ruta oeste-noreste que lo alejaría de la Isla, no fue hasta casi llegar a la zona que finalmente asumió ese rumbo, lo que tuvo en jaque al país y a los expertos.

Pero, ¿cuán complicado es pronosticar?

Morales lleva 15 años realizando esta compleja labor. Sus predicciones y las de sus compañeros meteorólogos dependen de sofisticados equipos tecnológicos que, a su vez, se nutren de datos tan cambiantes como lo son la temperatura, humedad, viento y la presión atmosférica.

De ahí, precisamente, lo incierta. “El modelo te puede decir que va a llover en un sitio, pero si ese día no salió el sol y se mantuvo nublado, pues la lluvia que se espera en esa región no se desarrolla”, dijo a modo de ejemplo.

Como primer paso, explicó el experto, está analizar lo que está “gobernando la Tierra”, o sea, si hay huracanes, vaguadas u ondas tropicales. A medida que pasa el tiempo se concentran en el ámbito local.

Para lograr ese pronóstico certero se valen del radar, del satélite y de las estaciones meteorólogicas ubicadas en distintos puntos de la Isla.

“Hicimos un buen pronóstico en cuanto a la trayectoria. En cuanto a intensidad, también hicimos un buen trabajo. Somos personas que estamos todo el año haciendo adiestramientos sobre esto”, sostuvo sobre la labor del SNM relacionada con el huracán Earl que fue cuestionada por el gobernador Luis Fortuño.

El equipo de 10 meteorólogos también se dedica a monitorear el tiempo para los próximos ocho días. “Pronosticamos lo que es condiciones del tiempo, desde temperatura, lluvia, cantidad de lluvia recibida, condiciones marítimas...”, indicó para agregar que es esta última la más famosa en su página web.

También, diariamente recopilan datos climitológicos que posteriormente se tabulan, se les da control de calidad y se envían a las agencias de climatología nacionales.

Trabajan las 24 horas, los 365 días del año, en turnos de ocho horas. Durante la temporada de huracanes, obviamente, el trabajo es más intenso, pues además de hacer el pronóstico del tiempo tienen que tenerles el ojo echado a los ciclones en desarrollo.

El trópico lo complica

Morales precisó que es mucho más complicado pronosticar el tiempo para el trópico que para Estados Unidos gracias a nuestro amigo, el sol.

El experto explicó que la cantidad de energía que recibe el área del trópico provoca que los modelos meteorológicos no procesen bien ese calor y cambien todas las ecuaciones.

“Las ecuaciones que vienen de estos modelos tienen problemas con bregar con la cantidad de energía que recibimos del sol”, apuntó al sostener que en Puerto Rico “en todos los sitios va a haber lluvia en algún momento del día”.

En el país, el mal tiempo usualmente está asociado a vaguadas y ondas tropicales. “Entre cada tres a cinco días hay una onda tropical pasando sobre la región”, dijo.

Su mayor reto

El análisis está completo, el pronóstico se ha revelado, pero es entonces cuando viene la parte crucial de su trabajo: que el público escuche el pronóstico. Ése es el mayor reto para estos profesionales.

“Es bien frustrante que uno pone un montón de avisos afuera, pronostica desde mucho antes y que aun así la gente se aventure a cruzar una crecida y muera”, lamentó.

“Ésa es una de las frustraciones que todo meteorólogo tiene”, apuntó.

El promedio nacional para lanzar una alerta es alrededor de 30 minutos antes de que inicie el evento. Claro, su experiencia con ciertos cuerpos de agua les permite anunciar los pronósticos con mayor anticipación.

La vigilancia de huracán, dijo, tiene que salir entre 36 y 48 horas de anticipación y el aviso de huracán sale 24 horas antes de que llegue el sistema.