La portavoz del Censo en Puerto Rico, Gisselle Laffitte, aseguró que han confrontado muchas dificultades –desde amenazas con armas de fuego hasta insultos– para completar el proceso de contabilizar a la ciudadanía, que es un requisito por ley federal, y que culmina el 30 de septiembre.

La funcionaria explicó que la información recogida por los censistas la utiliza la Cámara de Comercio de Estados Unidos para planificar la economía, saber dónde se encuentran los lugares con más necesidad y así destinar o restar fondos federales.

Entre esos escollos que han encontrado destacó que hay administradores de apartamentos y urbanizaciones con control de acceso que no les permiten la entrada a los censistas, con la excusa de que no les gusta que “molesten” a los residentes. Esto ha llevado a tener que utilizar a la policía municipal en algunas ocasiones.

“Nos preocupa que hay muchos lugares de control de acceso que no nos están dejando entrar. Si no nos ayudan, el por ciento no va a llegar a 100, que es lo que necesitamos todos para que el dinero que Puerto Rico se merece llegue correctamente. Si no nos contamos todos, eso afecta –a los que se contaron y los que no se contaron– porque va a descuadrar la economía totalmente, porque no van a recibir los servicios para todo el mundo”, manifestó Laffitte.

Según la portavoz, eso provocaría que los boricuas “se muden de Puerto Rico”, “que no haya empleos” y que la gente “esté molesta con el gobierno”.

“Habría una tragedia económica si no nos permiten ese acceso y llegar a contar a todo el mundo en Puerto Rico para el 30 de septiembre… Podemos perder miles de millones de dólares anualmente y, si lo multiplicas por diez años, perderíamos billones de dólares”, añadió.

Amenazas con armas

Por otro lado, censistas han tenido experiencias impactantes en las que residentes les han amenazado con armas de fuego y les han insultado.

“El trabajo del censista es uno difícil, arduo y peligroso. Nos hemos visto en casos que censistas han dicho: ‘Yo no voy a volver a ir a ese sitio porque ya me amenazaron o me sacaron un revólver o me dijeron cosas bien feas’. Todas las personas tienen que tener un poco de paciencia y entender que esto es un trabajo sumamente difícil, pero importante. Tienen que ponerse en el lugar de ese empleado que lo que está haciendo es su trabajo para el beneficio de Puerto Rico y de todas las personas que viven aquí”, dijo.

Hasta el momento, hay más de 3,500 censistas trabajando en la Isla. Mientras otros aun se encuentran en adiestramientos para salir a la calle próximamente.

“Hemos tenido muchas dificultades, muchas, con las personas. Mucha molestia y apatía y, entonces, no nos ayudan. Y esto es para beneficio de todos”, manifestó Laffitte.

Igualmente, resaltó que las personas no deberían tener temor por el COVID-19 ya que los censistas toman medidas de prevención, tienen mascarillas y mantienen el distanciamiento.

“Si la persona no quiere abrir la puerta puede contestar por la ventana, porque eso no te va a tomar ni cinco minutos. Hay personas que le piden el celular al censista y lo llaman desde al frente de la casa y le dan la información”, contó.

Hasta 5 visitas

Asimismo, la funcionaria alertó que los residentes podrían recibir hasta cinco visitas de censistas.

Explicó que este censo no solo es poblacional sino también de vivienda y que algunas de estas visitas se deben a que las personas que llenaron el cuestionario por Internet colocaron direcciones que no son compatibles en el sistema. Además, verifican que la dirección concuerde con el número de personas que viven en la residencia.

“Si el sistema no registra un número, un punto, algo que se le quedó al residente, tenemos que verificar y reverificar”, puntualizó.

Asimismo, podrían visitarlos empleados de Control de Calidad, una división del Censo que trabaja de forma arbitraria e independiente que verifica la labor realizada por los censistas.

Además, Laffitte señaló que el Censo también está realizado la Encuesta sobre la Comunidad, información que se publica cada dos años. Se realiza desde 2005, y cada mes censistas acuden a 1,000 hogares para recabar información detallada sobre, por ejemplo, la pobreza, transporte y consumo. Esto ayuda a que el Censo solo sea de una decena de preguntas.

“A cualquier persona en estos momentos, aunque llene el cuestionario corto, puede ir un censista para dejarle el cuestionario largo, que tiene 75 preguntas, es bien específico”, expresó.

Ya no somos los que menos contestamos

En otros temas, la portavoz indicó que Puerto Rico ya no es la jurisdicción con el nivel más bajo de respuesta de todo Estados Unidos, como nos encontrábamos en julio pasado.

En el País, la entrega de cuestionarios casa por casa ocurrió desde el 22 de mayo hasta mediados de junio. A finales de julio fue que comenzaron la etapa de seguimiento por falta de respuesta.

Hasta hoy, un 32.3% de las personas llenaron el cuestionario por su cuenta. Mientras, que el trabajo de campo, en esa fase de seguimiento, ha logrado obtener el 75.8%.

No obstante, Laffitte señaló que Puerto Rico no debería compararse con la república norteamericana porque el “lock-down” impuesto por la gobernadora Wanda Vázquez Garced en busca de prevenir la propagación del coronavirus paralizó las operaciones locales. En Estados Unidos la mayoría de las personas obtuvo su cuestionario por correo en marzo.

“Puerto Rico no, porque el trabajo de nosotros era entregar ese cuestionario a la mano porque teníamos que verificar las direcciones. La operación en Puerto Rico era un poco diferente a Estados Unidos, no en el sentido de fecha sino en que la operación de nosotros era ir y dejar el cuestionario directamente en la casa. Tiene que ver con las direcciones, en el área rural tienes un montón de buzones juntos, no sabes a dónde llega. No podemos enviarlo a ningún P.O. Box porque no sabemos a quién le va a llegar ese cuestionario. Tuvimos que esperar hasta mayo 22 para empezar, cuando se supone que empezáramos en marzo 15”, expuso.

Aunque la fecha límite para llenar el cuestionario es el 30 de septiembre, la vocera del Censo exhortó a las personas a no esperar hasta el último día ya que si la dirección no concuerda con la del sistema no habrá personas que puedan verificar la información.